21 de Junio de 2020
Del texto del evangelio de Mateo que escuchamos este fin de semana me quedo con dos expresiones: La primera - "No tengáis miedo" y la segunda . "Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día"...
Jesús de Nazaret, de forma insistente y por medio de muchas parábolas, contaba y explicaba la Buena Noticia del reino de Dios. Cómo entendía y cómo vivía una humanidad totalmente confiada en Dios, nuestro padre, y cuál tenía que ser el comportamiento en relación a las otras personas, hombres-mujeres, enfermos y marginados, extranjeros y no-judíos...
Aquello no era el clásico sermón del rabino en la sinagoga... El hombre era más importante que el sábado. Si tu hermano tiene algo contra tí, si te has portado mal con él..., antes de ir a presentar tu ofrenda en el templo (antes de ir a misa, por ejemplo), ve a reconciliarte con él. Si por casualidad te topas con alguien que está en apuros, no des un rodeo, no pases de largo. Y así tantas cosas que iba diciendo que, al final, las autoridades religiosas (los máximos representantes de Dios) dicidieron que no podía seguir así... Seguro que los rumores no sonaban muy bien. Y ahí llegan esos avisos de Jesús: "- Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día; lo que escuchéis al oído, publicadlo desde la azotea..."
"-No tengáis miedo!" Sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma. vuestro aliento y espíritu... Eso que escribe Mateo en su evangelio no debió de resultar fácil para aquellas personas que seguían al Maestro, especialmente cuando vieron la muerte en la cruz...
Ahora todo eso nos lo dice a nosotros. Lo que me habéis escuchado decir, todo lo que os he contado, esa manera nueva de entender la vida y la religión... no os lo guardéis dentro. Comunicadlo, haced que los demás lo sepan. Y no tengáis miedo! Es muy probable que, incluso dentro de la Iglesia, no todos estén de acuerdo... Poned vuestra confianza en vuestro Padre... (Y Jesús ponía el ejemplo de los gorriones que se venden por dos cuartos y de los cabellos que ni uno de ellos se cae sin que lo disponga vuestro Padre...)
"La confianza -escribe Fray Marcos- es la primera consecuencia de salir de uno mismo y descubrir que mi fundamento no está de mí. El hecho de que mi ser no dependa de mí, no es una pérdida, sino una ganancia, porque depende de lo que es mucho más seguro que yo mismo. Mi pasado es Dios, mi futuro es el mismo Dios; mi presente es Dios y no tengo nada que temer..." (Destaco esta última frase)
Eso que en Jesús era una actitud vital y constante ("en tus manos pongo mi espíritu, mi alma, mi vida") es un camino que tenemos que ir recorriendo. Es posible que, a lo largo de nuestra vida, nos hayamos encontrado con alguien que mostraba esa confianza en Dios de manera que, sin necesidad de muchas palabras, comunicaba una gran paz y serenidad en todo momento.
José Antonio Pagola termina su comentario de esta manera: -"Jesús imaginaba a sus seguidores como un grupo de creyentes que saben «ponerse de su parte» sin miedo. ¿Por qué somos tan poco libres para abrir nuevos caminos más fieles a Jesús? ¿Por qué no nos atrevemos a plantear de manera sencilla, clara y concreta lo esencial del evangelio?"
Esa es la invitación que recibimos hoy: "Todo eso que me habéis escuchado en la iglesia, en el grupo o comunidad, o simplemente en la lectura del evangelio... Comunicadlo, hacedlo saber a los demás. Y no tengáis miedo! Confiad en vuestro Padre... Sí, también cuando las circunstancias pueden amenazar nuestra propia vida.
Texto del evangelio de Mateo (10,26-33)
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