28 de Junio de 2020
Texto del evangelio de Mateo. Un texto muy conocido, muy explicado y comentado y que, a lo largo de nuestra vida, nos ha ido marcando dejando en nuestra vida un poso más bien negativo.
Me explico. Palabras como éstas: "El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará..."
Casi siempre se han tomado como una negación de lo que siempre ha sido y será más querido en la vida de cualquier persona. Y era muy común el afirmar que para acercarse a Dios, para ir al cielo, teníamos que sufrir. De ahí las penitencias, los sacrificios, aceptar todos los males y dolores como el verdadero camino para santificarnos. Eso era "tomar la cruz y seguir a Jesús camino del Calvario..."
Todo eso iba unido a la afirmación de que Jesús vino al mundo para sufrir por nosotros, a morir por nosotros y así salvarnos de los pecados.
En fin, una colección casi infinita de libros y documentos para argumentar y enseñarnos el mensaje que nos ha traído Jesucristo, nuestro Señor.
Pero, realmente es ése el mensaje que pregonaba y vivía Jesús de Nazaret? O es que leemos y entendemos mal su Buena Noticia?
Cuando Pedro, en una de sus primeras intervenciones quiere hablar de Jesús, dice: "Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del espíritu santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo..."
La Buena Noticia de Jesús es que Dios es amor, nuestro papá-mamá, y nos invita a todas a las personas a vivir, a ser felices, a una nueva humanidad. Ése es su objetivo.
Me gusta cómo lo dice José Ant. Pagola: "Las fuentes lo presentan siempre combatiendo el sufrimiento que se esconde en la enfermedad, las injusticias, la soledad, la desesperanza o la culpabilidad. Así fue Jesús: un hombre dedicado a eliminar el sufrimiento, suprimiendo injusticias y contagiando fuerza para vivir..."
Entendiendo así el mensaje de Jesús de Nazaret, sí es Buena Noticia. Y cuando sus seguidores se presentan combatiendo la enfermedad, las injusticias, la soledad, la desesperanza o la culpabilidad..., aunque no digan una palabra, son una Buena Noticia para el mundo.
Lo que ocurre es que cuando te pones a combatir la enfermedad, las injusticias, la soledad, la marginación, la discriminación, la opresión, los abusos... eso no gusta a cierta gente.
Como escribe muy bien José Ant. Pagola: "...Pero buscar el bien y la felicidad para todos trae muchos problemas. Jesús lo sabía por experiencia. No se puede estar con los que sufren y buscar el bien de los últimos sin provocar el rechazo y la hostilidad de aquellos a los que no interesa cambio alguno. Es imposible estar con los crucificados y no verse un día «crucificado»..."
Se entiende mejor lo que nos dice Jesús: "el que quiera seguir mi camino, que se prepare, que es muy probable que le preparen una cruz y que lo machaquen..."
El objetivo no es sufrir, pasar penalidades, hacer muchas penitencias.
La Buena noticia es la felicidad de que Alguien más grande y más importante que todos nos ama. A pesar de todas las deficiencias, de todos los errores, de ser poca cosa, de todo lo que me falta o me sobra... me quiere. Y lo que me ofrece y a lo que me invita es a vivir y actuar a su modo y manera.
Y completando esto que digo me parece muy clarificador lo que escribe Fray Marcos: "Hay que tener mucho cuidado al hablar del amor a Dios o a Cristo. En el evangelio de Juan está muy claro: “Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. Creer que puedo amar directamente a Dios es una quimera. Solo puedo amar a Dios, amando a los demás, amándome a mí mismo como Dios manda. Jesús no pudo decir: tienes que amarme a mí más que a tu Hijo. Recordad: porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve ser y me disteis de beber...
Texto del evangelio de Mateo (10,37-42)
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