domingo, 30 de junio de 2019

Valgo para el reino de Dios?

30 de Junio de 2019

Resultado de imagen de el hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabezaEl texto de Lucas que escuchamos este domingo es casi un test de seguimiento: 
-Te seguiré a dondequiera que vayas... -Vale, pero el hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza... -Sígueme. -Déjame primero ir a enterrar a mi padre... Deja... tú vete a anunciar el reino de Dios... -Te seguiré, pero déjame primero despedirme de los de mi casa... -Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios...
Estoy pensando que la Iglesia y las personas que la dirigen casi siempre se han apropiado de estos textos y los aplican a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas... a los que tienen "vocación", como suelen decir. Y todas las demás personas... qué? 
A menudo escucho comentarios y exhortaciones pidiendo por las vocaciones... Y me resulta extraño. La buena noticia del reino de Dios es para todos. La invitación a crear un mundo más justo y más humano es para todos. Y, tal como entendieron enseguida en las primeras comunidades, cada persona tiene un don, una cualidad, algo especial que puede aportar en esa nueva fraternidad... Cada persona que escucha el mensaje de Jesús, que desea unirse a su proyecto, tiene sí una invitación, una participación, algo que puede hacer... Y así deben o deberían  ser nuestras comunidades.
Otra cosa es si, personalmente, digo que quiero seguir a Jesús de Nazaret; pero le pongo condiciones: Enterrar al padre..., despedirme de los de mi casa..., o simplemente que tengo otras cosas que hacer... Tal vez, en más de una ocasión, me vuelvo a mirar atrás... ¿Valgo para el reino de Dios?
Si lo que importa es el "proyecto de Jesús", es decir intentar y poner todo nuestro esfuerzo en una sociedad compasiva y solidaria, fraterna y volcada sobre los más débiles y marginados, entonces toda mi vida tiene que verse polarizada por ese objetivo: La eucaristía y encuentro de la comunidad cristiana tiene que ser un impulso que me centra y me clarifica cada vez más lo que tiene que significar la "buena noticia". Mi escala de valores y lo que motiva e incentiva mi propia vida tiene que ser "seguir las huellas del Maestro"...
Leo el comienzo de la entrada nueva (para mañana, lunes)en ecleSALia.net: 
Y vendrán. «Ya lo dijo el Maestro, por sus hechos les conoceréis y vendrán quienes revitalizarán el evangelio sin tener siquiera experiencia de Dios (¿cuándo, Señor, te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? Mateo 25,31-46).»
Texto del evangelio de Lucas (9,51-62)

viernes, 21 de junio de 2019

Pan para todos

23 de Junio de 2019

PAN PARA TODOS
Así encabeza la presentación que hace Inma Calvo en ecleSALia.net sobre la celebración del Corpus Christi... 
Resultado de imagen de pan de la eucaristia"Recogiendo los comentarios y artículos de diferentes autores que nos dan una visión de conjunto muy completa acerca del sacramento de la Fracción del Pan... Señalaré dos de ellas... La primera es la dimensión social del signo: el relato de la multiplicación de los panes y los peces fundamentalmente habla de compartir. Cuando todos aportamos lo que tenemos, hay pan para todos...También es interesante reflexionar sobre las desviaciones en las que ha derivado el sacramento, como por ejemplo, toda esa cultura de la adoración de la eucaristía. Es más fácil adorar que imitar a Jesús, hincar la rodilla que comprometerse con las causas de los desfavorecidos..."

Cierto, es más fácil ir a misa y comulgar que comprometer nuestra vida en favor de una sociedad más justa y solidaria con las personas marginadas y desfavorecidas. Creo que, en general, la Iglesia como institución ha estado más ocupada y preocupada por celebrar bien los ritos y ceremonias que por hacer realidad la "buena noticia del reino de Dios", es decir, un mundo de hermanos, compasivo y solidario. Y no estoy pensando en los gestos de "caridad" que tanto se han practicado entre nosotros. No, se trataría más bien de vivir de manera que nuestro estilo de hacer y de comportarnos proclame que somos seguidores del proyecto de Jesús de Nazaret.
"Lo último que se le hubiera ocurrido a Jesús, -comenta Fray Marcoses pedir que los demás seres humanos se pusieran de rodillas ante él. Él sí se arrodilló ante sus discípulos para lavarles los pies; y al terminar esa tarea de esclavos, les dijo: “vosotros me llamáis el Maestro y el Señor. Pues si yo, el Maestro y el Señor os he lavado los pies, vosotros tenéis que hacer lo mismo”. Esa lección nunca nos ha interesado. Es más cómodo convertirle en objeto de adoración que imitarle en el servicio y la disponibilidad para con todos los hombres..."
Es verdad. Nos enseñaron y educaron que la Eucaristía era lo más sagrado, el centro de nuestra religión. Y en torno a ella todo era santo y sagrado... La adoración del "Santísimo", la celebración de las "Horasantas", las procesiones del día del Corpus... Y los ritos en la celebración misma de la misa...
Continúa el comentario de Fray Marcos: "Hemos convertido la eucaristía en un rito cultual. En la mayoría de los casos no es más que una pesada obligación que, si pudiéramos, nos quitaríamos de encima... La eucaristía fue para las primeras comunidades el acto más subversivo imaginable. Los cristianos que la celebraban se sentían comprometidos a vivir lo que el sacramento significaba, conscientes de que recordaban lo que Jesús había sido y comprometiéndose a vivir como él vivió..."

Pan comido y sangre derramada... Y normalmente hacemos hincapié en la entrega de Jesús, en su sacrificio, en la salvación que nos regala... Y se nos instruye para que entendamos que Jesús es el "Cordero de Dios" que quita y borra los pecados del mundo... Y la eucaristía-comunión se convierte entonces en el medicamento que nos cura... 
¿Es eso así? Hemos revestido los sacramentos de tanta magia y efectos tan sorprendentes que termina pareciendo publicidad... Entiendo que si no comprometo mi vida y me uno al proyecto del reino de Dios (viviendo como Jesús de Nazaret), no llega la salvación a mi casa, mis pecados se quedan ahí y mi mundo y mi sociedad seguirá siendo egoísta, cruel, abusadora, xenófoba, clasista y despreciadora de los débiles. 
Fray Marcos lo comenta de esta manera: "Jesús se dejó partir, se dejó comer, se dejó asimilar; aunque esa actitud tuvo como consecuencia que fuera aniquilado por los jefes de su religión. El segundo signo es la sangre derramada, la vida misma. Está haciendo alusión a la vida de Jesús que estuvo siempre a disposición de los demás. No es la muerte la que nos salva, sino su vida humana que estuvo siempre disponible para todo el que lo necesitaba..."
Texto del evangelio de Lucas (9,11b-17)

domingo, 16 de junio de 2019

Verdades para vivir

Santísima Trinidad 
16 de Junio de 2019

andrei-rubliov-sfanta-treime-e1385746716793"La fiesta de la Santísima Trinidad, que celebramos este domingo, -como expresa Inma Calvo en ecleSALia.net, no pretende que entendamos la cuadratura del círculo. No se trata de alimentar nuestra razón sino que es una verdad para vivirla: experimentar que Dios es Padre y origen, que se identifica con nosotros, hijos, y a la vez, es fuente de inspiración y consuelo..."Supongo que cada persona, cada teólogo/teóloga según su tiempo y su cultura, ha intentado explicar y comunicar su vivencia y experiencia de Dios. Quizás algunas personas se han dejado llevar de sus razonamientos filosóficos o de lo que otras personas dijeron anteriormente. Con todo eso hemos llegado a estos tiempos en los que utilizar cierto vocabulario nos resulta extraño, incomprensible. De manera que más bien parece una adivinanza.

Tomo prestado de Fray Marcos este comentario: "El lenguaje teológico de los primeros concilios, hoy, no lo entiende nadie. Los conceptos metafísicos de “sustancia”, “naturaleza” “persona” etc. no dicen absolutamente nada al hombre de hoy. Es inútil seguir empleándolos para explicar lo que es Dios o cómo debemos entender el mensaje de Jesús. Tenemos que volver a la simplicidad del lenguaje evangélico y a utilizar la parábola, la alegoría, la comparación, el ejemplo sencillo, como hacía Jesús. Todos esos apuntes tienen que ir encaminados a la vivencia no a la razón..."

Nos hablan de Dios, de la Trinidad, de la comunidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo, de las personas y naturalezas y terminamos alejándonos de la simplicidad del mensaje de Jesús de Nazaret... ¿Realmente necesitamos discurrir y explicar cómo son los entresijos de Dios? Si a Dios nadie le ha visto, a qué viene tanto esfuerzo en darle "forma humana" a quien es todo y está en todos? Sobran, por tanto, las preguntas y respuestas del Catecismo. En cambio necesitamos vivir al estilo del Maestro y hacer nuestra su manera de relacionarse con ese Dios al que llama "Abba", Padre.
Me gusta cómo lo dice José Antonio Pagola: "A Dios, Jesús lo llama «Padre» y lo experimenta como un misterio de bondad. Lo vive como una Presencia buena que bendice la vida y atrae a sus hijos e hijas a luchar contra lo que hace daño al ser humano. Para él, ese misterio último de la realidad que los creyentes llamamos «Dios» es una Presencia cercana y amistosa que está abriéndose camino en el mundo para construir, con nosotros y junto a nosotros, una vida más humana..."
Todavía escuchamos en las iglesias explicaciones y sentencias que pretenden ser muy profundas o muy elevadas (tomadas incluso de las cartas de Pablo) que nos hablan de "Jesús sentado a la derecha del Padre; del Espíritu Santo que vendrá a explicarnos; de la Santísima Trinidad que habita en nosotros..." Y con todas esas imágenes terminamos por perdernos y dejar de lado el verdadero mensaje de la Buena Noticia del reino de Dios.
Por el contrario me alegra poder leer y reflexionar lo que dicen y escriben otros teólogos de hoy. Entiendo que me ayudan a acercarme más a Jesús de Nazaret y a su mensaje. Siento revivir en mí la ilusión del proyecto nuevo y maravilloso del evangelio, apostar por él y caminar por este mundo con la alegría de la semilla que germina o la levadura que hace fermentar toda la masa...
Insiste Fray Marcos en la misma idea: "Jesús no separa nunca a ese Padre de su proyecto de transformar el mundo. No puede pensar en él como alguien encerrado en su misterio insondable, de espaldas al sufrimiento de sus hijos e hijas. Por eso, pide a sus seguidores abrirse al misterio de ese Dios, creer en la Buena Noticia de su proyecto, unirnos a él para trabajar por un mundo más justo y dichoso para todos, y buscar siempre que su justicia, su verdad y su paz reinen cada vez más en el mundo..."
Sólo me queda por decir: Amén.
Texto del evangelio de Juan (16, 12-15)

domingo, 9 de junio de 2019

El don de Dios mismo

Pentecostés 
9 de Junio de 2019

Escuchaba el comentario que nos hacía el sacerdote en la eucaristía y me preguntaba el significado que tenía para mí el "Espíritu Santo". Y me venían todos los recuerdos y explicaciones recibidas: las celebraciones invocando el Espíritu Santo, los cantos y salmodias, los rezos y peticiones, los dones del Espíritu Santo... y su venida y bajada en forma de paloma...
Y, después de todo, me quedaba con un grandísimo interrogante: qué y quién es el Espíritu Santo? 
Qué pasó el día de Pentecostés?  
Fray Marcos nos hace caer en la cuenta de que "Lucas nos está hablando de la experiencia de la primera comunidad; no está haciendo una crónica periodística. En el relato utiliza los símbolos que había utilizado ya el AT. Fuego, ruido, viento..."

Como humanos utilizamos nuestro lenguaje y nuestra cultura para comunicar lo que vemos y sentimos. Cada persona con la marca de su origen, su raza, su modo de vivir y de entender... Y al querer expresar lo que es y significa para nosotros "Dios" utilizamos nuestros conceptos y nuestras imágenes... A nuestra manera, a nuestro entender como personas (hombres y mujeres).
Y así, la iglesia cristiana utiliza esos conceptos (que no son nada fáciles) de Dios Uno y Trino, lo de las naturalezas humana y divina, la encarnación, la resurrección, el estar sentado a la derecha del Padre... y tantas otras doctrinas que a los cristianos de a pie se nos hacen demasiado elevadas y de difícil digestión.

Dios (origen y raíz de todo), al que Jesús de Nazaret llama "Abba=padre", es Uno. Al que nadie ha visto. Que se comunica de una manera íntima y personal. A quien, como nos dice Jesús, llamamos "papá" y sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos. Que nos quiere y le importa hasta lo más pequeño... Pues bien, Dios no es de carne, como nosotros, es Espíritu... Lo que ya nos resulta difícil explicar.
Es energía, vitalidad, fuerza, ternura... Todo son imágenes con las que intentamos decir lo que significa para nosotros.
Entonces pienso que Dios, su Espíritu, siempre está ahí. Cerca o, como dice Jesús, dentro de nosotros. La dificultad está en nosotros, en que no sabemos conectar y nos cuesta muchísimo dejarnos guiar por él.
Como comenta Fray Marcos: "El Espíritu está viniendo siempre. Mejor dicho, no tiene que venir de ninguna parte... Se trata del Dios UNO más allá de toda imagen antropomórfica. No es un don que nos regala el Padre o el Hijo sino Dios como DON absoluto que hace posible todo lo que podemos llegar a ser. No es una realidad que tenemos que conseguir a fuerza de oraciones y ruegos, sino el fundamento de mi ser, del que surge todo lo que soy..."

Caminar tras la huella de Jesús nos ayudará a sentir y percibir esa fuerza y ese aliento de Dios que es espíritu, que es amor, que es energía, que es Don total... Y ése es un lenguaje que todos los pueblos entienden. Probablemente eso es lo que proclamaban aquellas primeras comunidades de seguidores y que todos entendían... No son las palabras y las explicaciones, los conceptos y las doctrinas, es esa manera nueva de vivir, es humanidad que pone por encima de todo la solidaridad, la compasión y la ternura... Todos entendemos eso. Es el don de Dios mismo.
Texto del evangelio de Juan (20,19-23)

domingo, 2 de junio de 2019

Vosotros sois testigos

La Ascensión del Señor 
2 de Junio de 2019

Resultado de imagen de la liberación de los CIEsHoy hemos escuchado en las lecturas de la eucaristía (tal como lo narra en el evangelio de Lucas y en los Hechos de los apóstoles) la separación de Jesús de Nazaret y su elevación al cielo... Lo que llamamos la "Ascensión del Señor".
Es como si a lo largo del tiempo de Pascua nos fueran dando por entregas la trasformación de la primera comunidad de seguidores, el cambio y sentido que fue conformando su vida: Desde los días trágicos de la pasión y muerte del Maestro a tomar conciencia de que su proyecto de vida (el reino de Dios) seguía vivo, que él estaba ahí con ellos y que era tan maravilloso que tenían que proclamarlo y llevar la noticia a todo el mundo...
El domingo pasado escuchábamos (del evangelio de Juan) que "el que me ama guardará mi palabra" y hoy (del evangelio de Lucas) "vosotros sois testigos de estas cosas"... Es como una puntualización del Maestro. Si me declaro "seguidor" suyo, eso significa que me apunto a vivir a su estilo y a empujar su proyecto. Y he decidido que quiero "ser testigo" de las cosas de Jesús de Nazaret.
José M. Pagola lo expresa así: "Esto es lo primero: «Vosotros sois testigos de estas cosas». Serán los testigos de Jesús los que comunicarán su experiencia de un Dios bueno y contagiarán su estilo de vida trabajando por un mundo más humano..." 

Aquellas primeras comunidades de seguidores de Jesús de Nazaret, con su mentalidad y su cultura, intentaron trasmitir el mensaje que cambió sus vidas: Habían conocido a Jesús, algunos le habían seguido por los caminos de Galilea, le habían escuchado y habían visto su manera de hacer y de vivir. Lo que proclamaba y repetía continuamente era todo un modo nuevo de vivir. Lo que él llamaba el "reino de Dios" iba mucho más allá que la religión. Todo hombre y toda mujer, sin distinción de raza y de color estaba llamado e invitado a algo extraordinario, a una vida que era más fuerte incluso que la muerte.
Así entendían ahora el camino y el seguimiento de Jesús de Nazaret.

Como explica Fray Marcos en su comentario: "La Ascensión no es más que un aspecto del misterio pascual... Las palabras son apuntes para que nosotros podamos entendernos... Resucitar no es volver a la vida biológica sino volver al Padre. “Salí del Padre y he venido al mundo; ahora dejo el mundo para volver al Padre”.
"Nuestra meta, como la de Jesús, es ascender hasta lo más alto, el Padre. Pero teniendo en cuenta que nuestro punto de partida es también, como en el caso de Jesús, el mismo Dios. No se trata de movimiento alguno, sino de toma de conciencia. Esa ascensión no puedo hacerla a costa de los demás, sino sirviendo a todos..."
Y aquí estamos nosotros tratando de hacer nuestra la "ascensión" en esta sociedad y en este entorno con una realidad social compleja y dolorosa, sobre todo para los grupos "molestos" y políticamente incorrectos: Los inmigrantes y los sin papeles encerrados en las CIEs, los sin techo, los parados de larga duración, los ancianos que viven como "dejados de la mano de Dios"... Y eso en unos tiempos en los que vemos a los llamados "políticos" peleando por los mejores puestos. ¿Les importará un poco por lo menos la necesidad y vida tan precaria de todos esos grupos? Todas esas personas "sin voz", quizás necesitan, precisamente, nuestra ascensión y nuestra voz. Y tenemos que intentar "ser testigos" del proyecto de Jesús de Nazaret
Texto del evangelio de Lucas (24,46-53)

Se acerca vuestra liberación

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