23 de Junio de 2019
PAN PARA TODOS
Así encabeza la presentación que hace Inma Calvo en ecleSALia.net sobre la celebración del Corpus Christi...
"Recogiendo los comentarios y artículos de diferentes autores que nos dan una visión de conjunto muy completa acerca del sacramento de la Fracción del Pan... Señalaré dos de ellas... La primera es la dimensión social del signo: el relato de la multiplicación de los panes y los peces fundamentalmente habla de compartir. Cuando todos aportamos lo que tenemos, hay pan para todos...También es interesante reflexionar sobre las desviaciones en las que ha derivado el sacramento, como por ejemplo, toda esa cultura de la adoración de la eucaristía. Es más fácil adorar que imitar a Jesús, hincar la rodilla que comprometerse con las causas de los desfavorecidos..."
Cierto, es más fácil ir a misa y comulgar que comprometer nuestra vida en favor de una sociedad más justa y solidaria con las personas marginadas y desfavorecidas. Creo que, en general, la Iglesia como institución ha estado más ocupada y preocupada por celebrar bien los ritos y ceremonias que por hacer realidad la "buena noticia del reino de Dios", es decir, un mundo de hermanos, compasivo y solidario. Y no estoy pensando en los gestos de "caridad" que tanto se han practicado entre nosotros. No, se trataría más bien de vivir de manera que nuestro estilo de hacer y de comportarnos proclame que somos seguidores del proyecto de Jesús de Nazaret.
"Lo último que se le hubiera ocurrido a Jesús, -comenta Fray Marcos- es pedir que los demás seres humanos se pusieran de rodillas ante él. Él sí se arrodilló ante sus discípulos para lavarles los pies; y al terminar esa tarea de esclavos, les dijo: “vosotros me llamáis el Maestro y el Señor. Pues si yo, el Maestro y el Señor os he lavado los pies, vosotros tenéis que hacer lo mismo”. Esa lección nunca nos ha interesado. Es más cómodo convertirle en objeto de adoración que imitarle en el servicio y la disponibilidad para con todos los hombres..."
"Recogiendo los comentarios y artículos de diferentes autores que nos dan una visión de conjunto muy completa acerca del sacramento de la Fracción del Pan... Señalaré dos de ellas... La primera es la dimensión social del signo: el relato de la multiplicación de los panes y los peces fundamentalmente habla de compartir. Cuando todos aportamos lo que tenemos, hay pan para todos...También es interesante reflexionar sobre las desviaciones en las que ha derivado el sacramento, como por ejemplo, toda esa cultura de la adoración de la eucaristía. Es más fácil adorar que imitar a Jesús, hincar la rodilla que comprometerse con las causas de los desfavorecidos..."
Cierto, es más fácil ir a misa y comulgar que comprometer nuestra vida en favor de una sociedad más justa y solidaria con las personas marginadas y desfavorecidas. Creo que, en general, la Iglesia como institución ha estado más ocupada y preocupada por celebrar bien los ritos y ceremonias que por hacer realidad la "buena noticia del reino de Dios", es decir, un mundo de hermanos, compasivo y solidario. Y no estoy pensando en los gestos de "caridad" que tanto se han practicado entre nosotros. No, se trataría más bien de vivir de manera que nuestro estilo de hacer y de comportarnos proclame que somos seguidores del proyecto de Jesús de Nazaret.
"Lo último que se le hubiera ocurrido a Jesús, -comenta Fray Marcos- es pedir que los demás seres humanos se pusieran de rodillas ante él. Él sí se arrodilló ante sus discípulos para lavarles los pies; y al terminar esa tarea de esclavos, les dijo: “vosotros me llamáis el Maestro y el Señor. Pues si yo, el Maestro y el Señor os he lavado los pies, vosotros tenéis que hacer lo mismo”. Esa lección nunca nos ha interesado. Es más cómodo convertirle en objeto de adoración que imitarle en el servicio y la disponibilidad para con todos los hombres..."
Es verdad. Nos enseñaron y educaron que la Eucaristía era lo más sagrado, el centro de nuestra religión. Y en torno a ella todo era santo y sagrado... La adoración del "Santísimo", la celebración de las "Horasantas", las procesiones del día del Corpus... Y los ritos en la celebración misma de la misa...
Continúa el comentario de Fray Marcos: "Hemos convertido la eucaristía en un rito cultual. En la mayoría de los casos no es más que una pesada obligación que, si pudiéramos, nos quitaríamos de encima... La eucaristía fue para las primeras comunidades el acto más subversivo imaginable. Los cristianos que la celebraban se sentían comprometidos a vivir lo que el sacramento significaba, conscientes de que recordaban lo que Jesús había sido y comprometiéndose a vivir como él vivió..."
Pan comido y sangre derramada... Y normalmente hacemos hincapié en la entrega de Jesús, en su sacrificio, en la salvación que nos regala... Y se nos instruye para que entendamos que Jesús es el "Cordero de Dios" que quita y borra los pecados del mundo... Y la eucaristía-comunión se convierte entonces en el medicamento que nos cura...
¿Es eso así? Hemos revestido los sacramentos de tanta magia y efectos tan sorprendentes que termina pareciendo publicidad... Entiendo que si no comprometo mi vida y me uno al proyecto del reino de Dios (viviendo como Jesús de Nazaret), no llega la salvación a mi casa, mis pecados se quedan ahí y mi mundo y mi sociedad seguirá siendo egoísta, cruel, abusadora, xenófoba, clasista y despreciadora de los débiles.
Fray Marcos lo comenta de esta manera: "Jesús se dejó partir, se dejó comer, se dejó asimilar; aunque esa actitud tuvo como consecuencia que fuera aniquilado por los jefes de su religión. El segundo signo es la sangre derramada, la vida misma. Está haciendo alusión a la vida de Jesús que estuvo siempre a disposición de los demás. No es la muerte la que nos salva, sino su vida humana que estuvo siempre disponible para todo el que lo necesitaba..."
Texto del evangelio de Lucas (9,11b-17)
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