domingo, 26 de agosto de 2018

Palabras de vida

Domingo 26 de Agosto de 2018

Resultado de imagen de palabras de vida eternaSeguimos con el texto del evangelio de Juan (tema del pan de vida, Jesús como pan bajado del cielo y que nos dará vida para siempre...) y nos dice que muchos dejaron de ir con él...
Antonio, el sacerdote que preside nuestra eucaristía de los sábados por la tarde, nos hacía reflexionar comentando que ahora también sucede lo mismo: Para muchos el lenguaje de Jesús de Nazaret, su modo de entender la vida, es algo duro. O tal vez irreal o utópico. O simplemente no les interesa.
Nosotros que participamos en la eucaristía tenemos que responder a la pregunta que Jesús les hacía a los doce: "¿También vosotros queréis marcharos?"
Y es que seguir con él es aceptar su palabra y su estilo de vida, su modo de hacer y de comportarse... Sólo así podremos experimentar que es "espíritu y vida". Llegar a un punto en el que todo lo que hago, pienso y deseo está marcado por su palabra. 
Tal vez, sin darnos cuenta, nos hemos ido construyendo como dos vidas paralelas: la vida religiosa  en la que escuchamos lo que Jesús nos dice y llegamos a repetir las palabras de Pedro "a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna"... Y la vida de cada día, la de la calle... en la que manda y domina el sentir de todos, la publicidad, la moda, lo que todo el mundo hace. Y en ese ambiente el lenguaje de Jesús de Nazaret se hace duro y difícil de seguir...
Siento que debo centrar mi vida en la invitación que nos va haciendo en todos sus mensajes: Ese cambio que me lleve a descubrir a Dios (padre-madre) que está en mí y en todos... (La buena noticia del "reino de Dios). Y dejarme arrastrar por su espíritu y aliento que es el que me dará  la vida que va más allá de la vida física de nuestro cuerpo. Será como ir descubriendo una nueva humanidad en la que por encima de todo estará la solidaridad, la fraternidad y la compasión.
Texto del evangelio de Juan (6, 60-69)

domingo, 19 de agosto de 2018

Vivir para siempre

19 de agosto de 2018
Resultado de imagen de yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo el que coma de este pan vivirá para siempreEl texto del evangelio de Juan que escuchamos y leemos en estos domingos (tanto si son palabras de Jesús como si son la reflexión que hizo Juan y toda la primera comunidad de seguidores) nos lleva a repensar nuestras "eucaristías", nuestras reuniones y encuentros como cristianos.
"Yo soy el pan vivo bajado del cielo..."
"...el que coma de este pan vivirá para siempre..."
"...el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo..."
Estamos tan acostumbrados a escuchar todo esto que ya no nos llama la atención. O bien no lo creemos y nos da igual.

Todos tenemos ya experiencia de la vida y también de la muerte. Por eso que se nos diga que "el que coma de ese pan vivirá para siempre... se nos antoja que es una simple expresión, algo espiritual y religioso; pero que no nos afecta realmente.

¿Qué entendía Jesús de Nazaret al decir esas palabras? ¿Qué pensaba y sentía Juan y toda aquella primera comunidad?
¿Y yo mismo...? Tantos años participando de la eucaristía, de los encuentros de las diferentes comunidades cristianas... y sigo sin llegar al fondo de esa "vida para siempre".

José A. Pagola lo comenta así: "Para tener vida dentro de nosotros necesitamos alimentarnos de Jesús, nutrirnos de su aliento vital, interiorizar sus actitudes y sus criterios de vida. Este es el secreto y la fuerza de la eucaristía. Solo lo conocen aquellos que comulgan con él y se alimentan de su pasión por el Padre y de su amor a sus hijos..."

Entiendo que mi participación en la eucaristía, en la reunión de la comunidad cristiana, tiene que llevarme a la "conversión" que pedía Jesús de Nazaret. Un cambio de vida que ponga como centro y primer valor a Dios, nuestro padre, y la compasión y ternura hacia los demás. Esa actitud y esos criterios de vida que aparecen en Él. Porque si no hago mío ese modo de vivir, no "comulgo" con él y mi eucaristía podrá ser un acto religioso; pero no me llevará a esa "vida" para siempre.
Creo que sólo así empezaré a sentir la vida de Dios en mí que irá más allá de la muerte física (aunque no sepa ni pueda explicar lo que realmente significa).

Texto del evangelio de Juan (6,51-58)



domingo, 5 de agosto de 2018

Qué buscamos

Domingo 5 de Agosto de 2018

Resultado de imagen de pan de vida eternaEn la eucaristía de este domingo hemos seguido escuchando un texto del evangelio de Juan que es continuación del relato de la multiplicación de los panes y los peces.
Antonio, el sacerdote que preside nuestra eucaristía de los sábados por la tarde, insistía en que nos preguntáramos qué es lo que buscamos. Si vamos a la eucaristía por "cumplir un mandamiento", por "costumbre", para "pedir a Dios" por nuestras necesidades...
Como dice Jesús en el evangelio: "no me buscáis por los signos que habéis visto, sino porque habéis comido hasta hartaros..."
¿Qué buscamos?
Nos ocupa y preocupa el afán de cada día. Nuestra vida se va volviendo insaciable: la casa, el trabajo, el coche, la tecnología, los viajes, el comer, el descansar... Los medios de comunicación y el marketing ya se ocupan de que siempre tengamos sed de más y más cosas. Y al final...?
Cuando tienes alguien de la familia que parece que está agotando su tiempo de vivir entre nosotros, te preguntas cosas como ésas. ¿Qué he hecho con mi vida? ¿Qué es lo que busco?

Jesús de Nazaret nos empuja y nos plantea un cambio profundo y radical. "No trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que da vida para siempre..." Y la reflexión que añade Juan (que seguramente se hacía toda la primera comunidad de seguidores) es que hagamos las obras de Dios; que creamos en el mensaje de Jesús... Eso es lo que nos encamina hacia una vida que permanece, la vida de Dios mismo.

José A. Pagola lo comenta así: "Los alimentos que comemos cada día nos mantienen vivos durante años, pero llega un momento en que no pueden defendernos de la muerte. Es inútil que sigamos comiendo. No nos pueden dar vida más allá de la muerte...
Jesús se presenta como «Pan de vida eterna». Cada uno ha de decidir cómo quiere vivir y cómo quiere morir. Pero quienes nos llamamos seguidores suyos hemos de saber que creer en Cristo es alimentar en nosotros una fuerza imperecedera, empezar a vivir algo que no acabará en nuestra muerte..."

Algo así como hacer "vida" lo que celebramos en la eucaristía. Para eso buscamos a Jesús. Queremos unirnos a los hermanos y hermanas, seguidores del Maestro, para sacar fuerzas y ser capaces de partirnos y repartirnos como el pan que comemos... Porque queremos un mundo más justo y humano, una sociedad que sea compasiva y atenta a los más débiles. Ese tipo de vida es el comienzo de la vida que llamamos "eterna", que va más allá de la muerte... Ése sería el afán de Jesús de Nazaret y el de todos sus seguidores. Así hasta el momento en el que volvamos a nuestro origen: Dios mismo
Texto del evangelio de Juan (6, 24-35)

Se acerca vuestra liberación

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