sábado, 14 de abril de 2018

Ser testigos

Domingo 15 de abril de 2018

En las celebraciones de estos domingos después de Pascua escuchamos las narraciones que nos hacen los evangelios de la experiencia pascual de aquellos primeros seguidores (hombres y mujeres). No resultó nada fácil. El terrible final del Maestro representó todo un trauma que hizo que terminaran decepcionados y desencantados...
Imagen relacionadaLos discípulos que regresan de Emaús cuentan su experiencia... "Nosotros creíamos que...; pero han pasado ya tres días..." Los otros estaban encerrados "por miedo..."
La reflexión que nos llega es ya el reflejo de lo que vive la comunidad que se reúne en la oración y en la fracción del pan... Y esa vivencia, ese encuentro es lo que les da fuerzas.
Me gusta cómo lo expresa Fray Marcos: "Mientras estaba con vosotros. Indica con toda claridad que ahora no está con ellos físicamente. Estas son las pistas que tenemos que advertir para no caer en la trampa de una interpretación material. Jesús está presente en medio de la comunidad. Su presencia es objeto de experiencia personal, pero no se trata de la misma presencia de la que disfrutaron cuando vivía con ellos. Jesús es el mismo, pero no está con ellos de la misma manera que lo hacía cuando andaba por los caminos de Galilea..."
A lo largo de nuestra vida hemos reflexionado en la "resurrección" de Jesús y hemos escuchado a Pablo diciendo que "si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe".  Y nos hemos encontrado en un callejón sin salida... José A. Pagola escribe así: "Siempre que pretendemos fundamentar la fe en el Resucitado con nuestras elucubraciones lo convertimos en un fantasma. Para encontrarnos con él hemos de recorrer el relato de los evangelios; descubrir esas manos que bendecían a los enfermos y acariciaban a los niños, esos pies cansados de caminar al encuentro de los más olvidados; descubrir sus heridas y su pasión..."
Así pues, en muchos momentos hemos convertido a Jesús de Nazaret en un fantasma tratando de darle forma y cuerpo material. Y nuestra fe la hemos apoyado en imaginaciones y representaciones que están muy lejos de la experiencia pascual de los primeros seguidores.
"El relato de Emaús, que precede al texto de hoy, -escribe Fray Marcos- había dejado claro que Jesús se hace presente en el camino de la vida, en la Escritura y en la fracción del pan. Aquí se hace presente en medio de la comunidad reunida. Esto lo tenía ya muy claro la primitiva iglesia, cincuenta o sesenta años después de la muerte de Jesús, cuando se escribió este evangelio..."

Y para terminar el comentario de hoy como una reflexión personal para mi vida, el texto de la carta de Juan me obliga a cuestionar todo lo que hay en mí de "religioso y cristiano". Y lo expresa Fray Marcos de esta manera:..."Quien dice: yo le conozco y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso. Está claro que no habla de un conocimiento teórico, sino de una identificación con él. Una erudición exhaustiva sobre la figura de Jesús no garantiza una vida cristiana. Aceptar con escrupulosidad todos los dogmas no dará garantía ninguna de verdadera salvación en Jesús. No se trata de conocer mejor a Jesús, sino de nacer a la Vida que él vivió y desplegarla con la mayor intensidad posible..."


Texto del evangelio de Lucas (24,35-48)

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