Domingo 10 de Julio de 2016
El texto que nos ofrece hoy la celebración de la eucaristía es tan conocido que ya ni nos llama la atención: La parábola del buen samaritano.
Imagino que cada uno escucha y hace su propia lectura. A veces son los detalles. Otras nos fijamos en un sentido más profundo o que nos llega más...
Todos recordamos lo que dice la Ley (de Dios): «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.» Y casi sin querer nos ponemos a pensar en quién puede ser mi prójimo. Es la pregunta que le hicieron a Jesús de Nazaret.
-"Quién es mi prójimo...?" (como si pudiéramos elegir). A menudo hemos convertido lo de "ser cristianos" en una serie de mandamientos, actos religiosos y oraciones sin entrar en el verdadero sentido de la buena noticia del evangelio.
Entiendo que lo que quiere Jesús es que cambiemos nuestra mirada. En lugar de mirar a la "iglesia", mirar hacia afuera donde se encuentran los "caídos" en manos de bandoleros. En lugar de cumplir con ir a misa, prestemos atención a los que están medio muertos en la cuneta del camino...
Imagino que cada uno escucha y hace su propia lectura. A veces son los detalles. Otras nos fijamos en un sentido más profundo o que nos llega más...
Todos recordamos lo que dice la Ley (de Dios): «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.» Y casi sin querer nos ponemos a pensar en quién puede ser mi prójimo. Es la pregunta que le hicieron a Jesús de Nazaret.
-"Quién es mi prójimo...?" (como si pudiéramos elegir). A menudo hemos convertido lo de "ser cristianos" en una serie de mandamientos, actos religiosos y oraciones sin entrar en el verdadero sentido de la buena noticia del evangelio.
Entiendo que lo que quiere Jesús es que cambiemos nuestra mirada. En lugar de mirar a la "iglesia", mirar hacia afuera donde se encuentran los "caídos" en manos de bandoleros. En lugar de cumplir con ir a misa, prestemos atención a los que están medio muertos en la cuneta del camino...
Comenta J.A. Pagola: "Jesús le responde con un relato que denuncia de manera provocativa todo legalismo religioso que ignore el amor al necesitado... En el camino que baja de Jerusalén a Jericó, un hombre ha sido asaltado por unos bandidos. Agredido y despojado de todo, queda en la cuneta medio muerto, abandonado a su suerte. No sabemos quién es, solo que es un «hombre». Podría ser cualquiera de nosotros. Cualquier ser humano abatido por la violencia, la enfermedad, la desgracia o la desesperanza..."
"Anda y haz tú lo mismo". Es la única manera de "entrar en la vida"... La vida plena hecha de solidaridad, de fraternidad, de justicia y de ternura... En definitiva la vida de Dios mismo.
"Anda y haz tú lo mismo". Es la única manera de "entrar en la vida"... La vida plena hecha de solidaridad, de fraternidad, de justicia y de ternura... En definitiva la vida de Dios mismo.
Texto del evangelio de Lucas (10,25-37)
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