30 de diciembre 2012 - Fiesta de la Sagrada Familia
"¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?"
La predicación de hoy, supongo que siguiendo el estilo de la institución, se centra en hablar del "modelo" de familia cristiana, en los valores y virtudes de lo que imagina o cree que debería ser esa imaginaria "familia cristiana". Y se apela a lo que dice el evangelio sobre María, José y Jesús en su estancia en Jerusalén...
Me pregunto si Lucas estaba pensando en esas cosas cuando escribió ese texto.
Si lo que impactó a aquellos hombres y mujeres fue el mensaje de Jesús de Nazaret, su manera de entender las cosas, su relación con Dios y el estilo que daba a todo lo que hacía..., supongo que todo lo que dice el evangelio se centra en la persona de Jesús y su mensaje.
La familia de Jesús, en Nazaret, fue como la de tantas familias humildes y marginales como había en aquellos tiempos en Palestina. Seguramente no muy diferentes de tantas familias que hoy en día que se ven desahuciadas, en paro, sin medios para subsistir, con niños que se les mueren de hambre, experimentando toda la violencia y opresión que los grandes medios y el poder del dinero va imponiendo a los más pobres de nuestra sociedad.
Y, al relatar la anécdota de la visita al templo de Jerusalén, escribe esa frase que me llama la atención:
"-No sabíais que debo estar en la casa de mi padre?"
Entiendo que ése es el mensaje central. Estar en la casa del padre, vivir a su estilo, hacer las cosas a su manera...
Vivir la realidad humana (relación hombre-mujer / relación de personas / convivencia) con toda la entrega hecha de carne y sangre y llena de ternura, compasión, solidaridad, amor, experimentación de la humanidad que nos une a todos los hombres y mujeres...
José Antonio Pagola lo expresa así: "El hogar se convierte entonces en un espacio privilegiado para vivir las experiencias más básicas de la fe cristiana: la confianza en un Dios Bueno, amigo del ser humano; la atracción por el estilo de vida de Jesús; el descubrimiento del proyecto de Dios, de construir un mundo más digno, justo y amable para todos. La lectura del Evangelio en familia es, para todo esto, una experiencia decisiva.
La predicación de hoy, supongo que siguiendo el estilo de la institución, se centra en hablar del "modelo" de familia cristiana, en los valores y virtudes de lo que imagina o cree que debería ser esa imaginaria "familia cristiana". Y se apela a lo que dice el evangelio sobre María, José y Jesús en su estancia en Jerusalén...
Me pregunto si Lucas estaba pensando en esas cosas cuando escribió ese texto.
Si lo que impactó a aquellos hombres y mujeres fue el mensaje de Jesús de Nazaret, su manera de entender las cosas, su relación con Dios y el estilo que daba a todo lo que hacía..., supongo que todo lo que dice el evangelio se centra en la persona de Jesús y su mensaje.
La familia de Jesús, en Nazaret, fue como la de tantas familias humildes y marginales como había en aquellos tiempos en Palestina. Seguramente no muy diferentes de tantas familias que hoy en día que se ven desahuciadas, en paro, sin medios para subsistir, con niños que se les mueren de hambre, experimentando toda la violencia y opresión que los grandes medios y el poder del dinero va imponiendo a los más pobres de nuestra sociedad.
Y, al relatar la anécdota de la visita al templo de Jerusalén, escribe esa frase que me llama la atención:
"-No sabíais que debo estar en la casa de mi padre?"
Entiendo que ése es el mensaje central. Estar en la casa del padre, vivir a su estilo, hacer las cosas a su manera...
Vivir la realidad humana (relación hombre-mujer / relación de personas / convivencia) con toda la entrega hecha de carne y sangre y llena de ternura, compasión, solidaridad, amor, experimentación de la humanidad que nos une a todos los hombres y mujeres...
José Antonio Pagola lo expresa así: "El hogar se convierte entonces en un espacio privilegiado para vivir las experiencias más básicas de la fe cristiana: la confianza en un Dios Bueno, amigo del ser humano; la atracción por el estilo de vida de Jesús; el descubrimiento del proyecto de Dios, de construir un mundo más digno, justo y amable para todos. La lectura del Evangelio en familia es, para todo esto, una experiencia decisiva.
En un hogar donde se le vive a Jesús con fe sencilla, pero con pasión grande, crece una familia siempre acogedora, sensible al sufrimiento de los más necesitados, donde se aprende a compartir y a comprometerse por un mundo más humano. Una familia que no se encierra solo en sus intereses sino que vive abierta a la familia humana."
Espero y deseo entender el mensaje de Jesús y vivirlo en las circunstancias actuales.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,41-52)
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó: « ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
Palabra del Señor