jueves, 3 de octubre de 2024

Quien no acoja el reino de Dios como un chiquillo...

...No entrará en él

6 de octubre 2024


Hay textos del evangelio (en este caso del evangelio de Marcos) que la Iglesia se ha apropiado de ellos convirtiéndolos en verdadera arma contra aquellas personas que piensan de forma diferente.

Se suelen tomar al pie de la letra dándoles, además, un carácter sagrado como salido de la boca misma de Dios.

-"Está permitido al marido repudiar a la mujer?"... "Moisés permitió redactar un acta de divorcio y repudiarla..."
Y Jesús les hace ver que, más allá de lo que se lee en la Biblia (libro del Deuteronomio, cap. 24) hay una intención en la realidad de la unión de un hombre y una mujer...
..."por eso el ser humano dejará a su padre y a su madre y serán los dos un solo ser; de modo que ya no son dos, sino un solo ser".

Lo que importa es la intención. ¿Por qué y para qué se unen ese hombre y esa mujer?

"En tiempo de Jesús -comenta Fray Marcosel matrimonio era un contrato entre familias. Ni el amor ni los novios tenían nada que ver con el asunto. La mujer pasaba de ser propiedad del padre a ser propiedad del marido. El divorcio era renunciar a una propiedad que solo podía hacer el propietario, el marido. No debemos pretender encontrar respuestas a los problemas del matrimonio de hoy en soluciones que se dieron hace dos mil años. Las relaciones matrimoniales y familiares han cambiado drásticamente y necesitan soluciones nuevas."

Con razón comenta Imma Calvo: "Más que una doctrina concreta acerca del matrimonio o el divorcio, la propuesta de Jesús salía en defensa de las mujeres, criticando que el divorcio fuera unidireccional y machista. Solo los varones podían repudiar a la mujer. Y por cualquier motivo."

Como señala Fray Marcos: -"No podemos hablar hoy de matrimonio sin hablar de sexualidad; y no podemos hablar de sexualidad sin hablar del amor y de la familia. Son los cuatro pilares donde se apoya una verdadera humanidad."

"Hoy no tiene sentido hablar de matrimonio sin dejar claro lo que es el amor. Si una relación de pareja no está fundamentada en el verdadero amor, no tiene nada de humana. Pero lo complicado es aquilatar lo que queremos decir con amor. Es una palabra tan manoseada que es imposible adivinar lo que queremos decir con ella en cada caso. Al más refinado de los egoísmos, que es aprovecharse de lo más íntimo del otro, también le llamamos amor."

"Desde nuestro punto de vista cristiano, tenemos un despiste monumental sobre lo que es el sacramento. Para que haya sacramento, no basta con ser creyente e ir a la iglesia. Es imprescindible el mutuo y auténtico amor. Con esas tres palabras, que he subrayado, estamos acotando hasta extremos increíbles la posibilidad real del sacramento. Un verdadero amor es algo que no debemos dar por supuesto. El amor no es puro instinto, no es pasión, no es interés, no es simple amistad, no es el deseo de que otro me quiera. Todas esas realidades son positivas, pero no son suficientes para el logro de una mayor humanidad."

Con esos apuntes que nos hace Fray Marcos tenemos suficiente material para reflexionar sobre nuestra vida y nuestra relación con las otras personas.

Me resulta sumamente importante eso que Fray Marcos subraya: Mutuo y auténtico amor... Porque, tal como lo entiendo, es la raíz y fundamento del seguimiento de Jesús. Al hablar del Reino de Dios hace referencia a un cambio de vida, a una transformación en nuestras actitudes, en nuestras opciones y objetivos: Vivir como hermanos, crecer en humanidad, en compasión y entrega... En vivir como hijos de Dios. Creo que ése debe ser el mensaje de la comunidad de seguidores del Maestro.

Estos días he podido escuchar la charla que dió el obispo de nuestra diócesis en la que planteaba sus sueños y preocupaciones: -La comunión de los que componen la iglesia; la vida de los sacerdotes; el seminario y la necesidad de seminaristas; los grupos de laicos colaboradores; la pastoral en las zonas rurales...
Supongo que ésos deben ser los sueños de un obispo. Y sus preocupaciones.
Y, sin embargo, desde el punto de vista del evangelio, no me parecen lo más importante. La organización, la estructura, la composición de grupos, las líneas de funcionamiento... son cosas a las que se ven obligados a seguir y mantener. Es la Iglesia con su escalafón, su dirección y mantenimiento.
Pero todo eso no convence hoy en día. No es un mensaje que me anime a cambiar de vida, que me llene de optimismo, que haga mi vida más plena. No!
La falta de sacerdotes está obligando a la Iglesia a facilitar la celebración de la Eucaristía sin sacerdotes... Pero, eso sí, siguiendo exactamente el rito y las ceremonias. Los fieles asistirán a misa repitiendo lo de siempre. Pero no se llevarán el mensaje de esperanza, de ilusión, de vida nueva que es lo que impulsa Jesús con su buena noticia.

Por eso quiero subrayar, yo también, las palabras de Fray Marcos: "Mutuo y auténtico amor". Entender que eso es lo importante. Y que lo sagrado es la persona, especialmente los más desamparados, los marginados y oprimidos, los masacrados por el poder, por el dinero, por la prepotencia y por la guerra... No me acostumbro a oír y aceptar como sagrado: el templo, la iglesia, el altar, los sacerdotes, los consagrados, las vestiduras, etc. Esa actitud reverencial que aparece en boca de muchas personas cristianas. Un servidor es simplemente un servidor (un siervo), no un reverendo.
Me gustaría oír y sentir en nuestras celebraciones ese mensaje del evangelio: Mutuo y auténtico amor. Lo demás lo ponemos en manos de Dios.


Texto del evangelio de MARCOS 10, 2-16



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