viernes, 3 de mayo de 2024

Para que llevéis dentro mi propia alegría

Que os améis unos a otros

5 de mayo 2024

En este sexto domingo después de Pascua escuchamos/leemos un texto del capítulo 15 del evangelio de Juan en el nos llega el mensaje de Jesús insistente, exigente y calificador de sus seguidores: Que os améis unos a otros...

A lo largo de su vida, en esa vivencia interior tan plena e intensa, Jesús descubre y hace suya la imagen de Dios como Abbá (papá-mamá). Y desde su propia experiencia en familia (con María, José y sus hermanos) siente y lo hace carne de su carne lo que tiene que significar que Dios te ama como lo puede hacer el mejor papá o mamá del mundo. De ahí a experimentar y hacer suyo ese mensaje de Dios-Amor. Y eso se le hace tan vital y fundamental que se convierte en el único mandamiento, en lo único importante. Por encima de la Ley que habían recibido (como pueblo de Dios), por encima del Templo y de todo lo que entendían los Doctores de la Ley, los Escribas y Fariseos.

Y el evangelio de Juan (al igual que sus cartas) se hace eco de una manera intensa y repetitiva.
Son palabras que conocemos. Es un mensaje que recitamos, decimos y cantamos. "Un mandamiento nuevo nos dio el Señor... Que nos amáramos todos como él nos amó".

La cuestión está en que todo ese saber y conocer se va quedando en algo intelectual, en palabras y cosas aprendidas.
Hoy me cuestiono yo mismo: -¿Hasta qué punto asumo y siento que Dios es amor? Que me ama con mucha más fuerza e intensidad que cualquier persona... Y me hacer recordar momentos en mi vida en los que he vivido y sentido eso que llamamos enamoramiento (activo y pasivo), eso que nos conmueve, nos emociona, nos hace vibrar, nos llena de energía, nos llega hasta lo más recóndito... Y llena nuestra vida de una ilusión y alegría que colma todas nuestras aspiraciones y deseos.

Dios es Amor. Y, como escribe Fray Marcos: "Dios no es un ser que ama sino el amor en sí. En Dios el amor no es una cualidad sino su esencia... Dios no puede hacer muestras de amor porque ama siempre y a todos de la misma manera..."
Y completa el comentario diciendo: "Se nos pide lo imposible, que despleguemos en nosotros lo que es Dios. Pero teniendo muy claro que eso que es Dios ya está en nosotros. Por eso dice el mismo Juan (en su primera carta): "El amor no consiste en que nosotros amemos a Dios sino en que Él nos amó. Descubrirlo es la base de todo".

A partir de ahí entiendo que ése es el camino. Descubrir y asumir esos pasos que nos llevan tras las huellas del Maestro.

Ya hace tiempo leí un comentario sobre eso del "Mandamiento del Amor". En ese escrito se decía que había como una contradicción en eso de poner como mandamiento "amar". Decía que no se puede mandar u obligar a nadie a amar... Y copio ahora el comentario que ofrece este domingo Fray Marcos: -"No se puede imponer el amor por decreto. Todos los esfuerzos que hagamos por cumplir un "mandamiento" de amor están abocados al fracaso. El esfuerzo tiene que estar encaminado a descubrir a Dios que es amor dentro de nosotros. Todas las energías, que empleamos en ajustarnos a una programación, tienen que estar dirigidas a tomar conciencia de nuestro verdadero ser. Solo después de un conocimiento intuitivo de lo que Dios es en mí, podré descubrir los motivos del verdadero amor."

Tomar conciencia de ese amor que está ya dentro de nosotros es lo único que me puede encaminar a llenar mi vida de esa realidad nueva que llene mi vida de la misma alegría de Jesús... "Que os améis unos a otros ... para que llevéis dentro mi propia alegría..."

Texto del evangelio de JUAN 15, 9-17


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