Conmovido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
- Quiero, queda limpio.
11 de febrero 2024
"Qué fácil es pensar en la «seguridad ciudadana» y olvidarnos del sufrimiento de pequeños delincuentes, drogadictos, prostitutas, vagabundos y desarraigados. Muchos de ellos no han conocido el calor de un hogar ni la seguridad de un trabajo. Atrapados para siempre, ni saben ni pueden salir de su triste destino. Y a nosotros, ciudadanos ejemplares, solo se nos ocurre barrerlos de nuestras calles. Al parecer, todo muy correcto y muy «cristiano». Y también muy contrario a Dios."
-"Si quieres, puedes limpiarme..."
Pienso que la gran preocupación de nuestra Iglesia tiene que ser ese mundo marginado, los impuros, los que no tienen cabida en nuestra sociedad de limpios. Ser portadores de Buena Noticia. Nuestra salvación está en esa vida nueva, en una humanidad que acoge, que es solidaria y nos hace vivir como verdaderos hijos de Dios.
Hay momentos en los que me digo si nosotros, los cristianos, nos hemos creado una religión a nuestra medida: Tenemos celebraciones, rezos y devociones que nos ofrecen salvación (y reparación en caso de avería = la confesión) y nos permiten vivir tranquilos sin necesidad de complicarnos la vida pensando en todos esos delincuentes y marginados que enturbian nuestra sociedad.
-Si quieres, puedes limpiarme...
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