Como quien tiene autoridad
28 de enero 2024
Seguimos en el primer capítulo del evangelio de Marcos. Y el texto de hoy nos dice que estaban impresionados de su enseñanza, pus les enseñaba como quien tiene autoridad. Y un poco más adelante vuelve a repetir: ¡Un nuevo modo de enseñar, con autoridad, e incluso da órdenes a los espíritus inmundos y le obedecen!
Eso ya lo habíamos escuchado antes. Que Jesús de Nazaret tenía autoridad sobre los espíritus inmundos, sobre las enfermedades, sobre la naturaleza... Y le aplicamos todo el poder de ser Hijo de Dios. Diríamos que estamos ya acostumbrados a ese comentario. Sin embargo, lo que no hemos llegado a pensar es que el texto de Marcos no habla de la autoridad de Jesús como poder, como dominio, como imposición.
"-¿Qué quiere decir el evangelista cuando le aplica a Jesús esa “autoridad”?
Lo comenta así Fray Marcos: "-Se trata de una autoridad que no se impone, de una potestad que se manifiesta en la entrega, de una facultad de acción que se pone al servicio de los demás. Sería la misma autoridad de Dios dándose a todas sus criaturas sin necesitar nada de ninguna de ellas."
"-Les llamó la atención ver que Jesús hablaba con la mayor sencillez de las cosas de Dios tal como él las vivía. Su experiencia le decía que lo único que Dios quería, era el bien del hombre. Que Dios no pretendía nada del ser humano, sino que se ponía al servicio del hombre sin esperar nada a cambio."
En nuestro mundo, en nuestra sociedad, la autoridad que percibimos (sentimos y/o sufrimos) es la del poder, la de estar por encima de los demás (incluso de la ley), que pretende sacar provecho de todo y dominar a los demás. ¿Acaso no lo vemos en la misma Iglesia? ¡Cómo nos cuesta entender el modo de vivir de Jesús: No he venido a ser servido, sino a servir... El que quiera ser el primero, que sea el servidor y esclavo de los demás. El gesto de lavar los pies a los discípulos en la última cena.
Entiendo que si nosotros, nuestra comunidad cristiana, no nos proponemos seguir su camino y vivir como él lo hizo, no merecemos gran credibilidad.
¿Cómo es nuestro discurso sobre la fe, sobre la religión? Es algo que siempre me ha hecho reflexionar.
Así lo comenta Fray Marcos: "-Hablar con autoridad hoy sería hablar desde la experiencia personal y no de oídas. Lo que hacemos, también hoy, es aprender de memoria una doctrina y unas normas morales, que después repetimos como papagayos. Eso no puede funcionar. En religión, la única manera válida de enseñar es la vivencia que se trasmite por ósmosis, no por aprendizaje. Esta es la causa de que nuestra religión sea hoy completamente artificial y vacía, que no nos compromete a nada porque la hemos vaciado de todo contenido vivencial. Esta es la razón también de que los jóvenes no nos hagan puñetero caso cuando les hablamos de Dios."
Y José A. Pagola añade esto: "-Su «autoridad» nace de la fuerza del Espíritu. Proviene del amor a la gente. Busca aliviar el sufrimiento, curar heridas, promover una vida más sana. Jesús no genera sumisión, infantilismo o pasividad. Libera de miedos, infunde confianza en Dios, anima a las personas a buscar un mundo nuevo."
No hay comentarios:
Publicar un comentario