...He ganado otros cinco
19 de noviembre 2023
La parábola que leemos/escuchamos en el texto del evangelio de Mateo es la de los talentos... El señor que, al irse de viaje, deja a sus empleados unas cantidades (de dinero) para que lo gestionen. Y, como ocurre en tantos casos, cada uno lo gestionó a su manera.
Uno recibió cinco talentos, otro dos talentos, y el tercero recibió uno solo.
Nuestro estilo de vida y la manera de funcionar de nuestra sociedad nos ha hecho fijarnos en la rentabilidad y el premio que recibe cada uno. Pero, nuevamente, tendríamos que preguntarnos si realmente el mensaje de Jesús va en esa dirección.
Como en todas las parábolas deberíamos añadir al comienzo de la misma las palabras que suelen ser el comienzo de las mismas: El reino de los cielos se parece a... A partir de ahí quizás podamos entender mejor que, como en tantas otras parábolas, señala la actitud de los personajes. Porque todos hemos recibido unos talentos. Todas las personas están llamadas e invitadas a participar y vivir el nuevo estilo del evangelio.
En otras parábolas (de la boda, por ejemplo) hay invitados que se excusan porque tienen otros negocios que atender, porque no tienen tiempo... ¿Acaso no nos ocurre a nosotros lo mismo?
El hablar de talentos no es para comparar o valorar más a una persona que a otra. Todas las personas (a partir de ese estilo nuevo de vida) tienen el mismo valor y la misma importancia. Incluso Jesús de Nazaret nos dice que el que quiera ser el mayor o más importante que sirva a los demás, que sea como su esclavo... Y que los últimos es muy posible que entiendan mejor el mensaje y vayan delante en el reino de los cielos.
Como expresa Fray Marcos: -"El mayor talento que todos poseemos es la capacidad de ser más humanos. Y ya sabemos que ser más humano es ser capaz de amar más, de darse a los demás..."
Si no hago nada con mi vida, si todo mi afán es acumular cosas y riquezas, si entiendo que mis valores o talentos son para estar por encima de las demás personas, para ser más importante, para figurar y ser más grande que las otras... Es que no he entendido nada.
Con todos esos trabajos, con todo ese saber, con todo ese figurar, no he conseguido ser más humano, soy incapaz de ver a las otras personas y mucho menos de amarlas... Me he convertido en el centro de mí mismo. Y ese egoísmo hace que mi vida carezca de valor...
Cinco talentos me dejaste, Señor. He ganado otros cinco.
Texto del evangelio de Mateo (25,14-30)
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