Vivirá para siempre
10 de junio 2023
Fiesta del Corpus
"Esta semana -Inicia su presentación Imma Calvo- celebramos la fiesta del Corpus Christi. En algunos lugares serán unos días llenos de pompa, boato, idolatría y ritos mágicos. A pesar de ese descamino antievangélico, no debemos rechazar el símbolo. La fracción del pan puede y debe ser el alma de nuestras comunidades."
Así es. Nos declaramos cristianos, seguidores de Jesús de Nazaret, y desde bien pequeños aprendimos lo de la misa, comulgar y la celebración de los domingos.
A lo largo de los tiempos todo ello era un proceso que se iba desarrollando como una parte más de la etapa de hacernos adultos. Después, tal y como lo hemos visto en nuestro entorno, en muchísimos casos se dio por concluido el proceso. Los más cercanos a la Iglesia seguíamos yendo a misa, comulgábamos y repetíamos unos gestos y unos ritos que no siempre apreciábamos efecto alguno en nuestra vida.
Los doctores de la Iglesia y los más estudiosos nos han enseñado, explicado y recomendado tantas cosas y detalles referentes a la Eucaristía que no es fácil llegar a una comprensión plena que nos ayude a vivir en profundidad como verdaderos seguidores del Maestro de Nazaret.
El evangelio de Juan, sin hablar precisamente de la Eucaristía, nos habla del pan que Él nos da... Que el que coma de éste pan, vivirá para siempre. Y, según nos han enseñado, lo aplicamos directamente a la Eucaristía, al acto de comulgar. Como si se tratase de un medicamento mágico que producirá en nosotros efectos maravillosos. Utiliza, además, expresiones como comer su carne y beber su sangre... Algo que, ya entre aquellas personas que lo escucharon, produjo un rechazo total: - ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
No, no es nada fácil entender el sentido profundo del mensaje de Jesús. La comunidad del evangelista Juan seguramente tenía una experiencia y vivencias acumuladas que les permitía hablar de esa manera.
En cuanto a nosotros, ¿cuál es nuestra vivencia? ¿hasta dónde llega nuestra experiencia vital? ¿El mensaje de Jesús de Nazaret conforma nuestra vida?
En otros textos del evangelio y en los Hechos de los Apóstoles se habla de una práctica de aquellas primeras comunidades. También Pablo en sus cartas hace referencia a ello. Los hermanos se reunían para la fracción del pan... Y recordando a Jesús, recordaban algo más: Haced esto en conmemoración mía...
Y Fray Marcos nos ayuda a reflexionar: -"Haced esto, no se refiere a que perpetuemos un acto de culto. Jesús no dio importancia al culto. Jesús quiso decir que recordáramos el significado de lo que acaba de hacer. Esto soy yo que me parto y me reparto, que me dejo comer. Haced también vosotros esto. Entregad la propia vida a los demás como he hecho yo."
El evangelista Juan, en aquella última cena, narra el Lavatorio de los Pies... Y comenta Jesús: Haced vosotros lo mismo...
Quizás, nosotros nos hemos quedado en esa celebración, en ese culto externo que no nos implica, que no nos compromete a hacer lo mismo que Jesús. En consecuencia nuestra celebración se ha ido quedando vacía de sentido, sin fuerza, sin compromiso.
Todo el mensaje de Jesús es una invitación a vivir de otra manera. No es una clase de religión, de culto, de ritos y ceremonias. Desde el principio lo expresó con mucha fuerza: Ha llegado el reino de Dios..., cambiad. Convertíos. Y todos sus dichos, todo lo que hizo iba encaminado a hacer entender ese cambio. Porque, realmente, no se trataba de mejorar el culto del Templo de Jerusalén, sus ritos, su sacerdocio, sus ofrendas...
Y habló de signos, de detalles tomados de la vida misma: Algo tan frecuente y habitual como la comida y la bebida... elemental en la vida de la gente...
"Durante siglos, -continúa el comentario de Fray Marcos- se llamó a la eucaristía “la fracción del pan”. No se trata del pan como cosa, sino del gesto de partir y comer. Al partirse y dejarse comer, Jesús está haciendo presente a Dios, porque Dios es don infinito, entrega total a todos y siempre. Esto tenéis que ser vosotros. Si queréis ser cristianos tenéis que partiros, repartiros, dejaros comer, triturar, asimilar, desaparecer en beneficio de los demás. Una comunión sin este compromiso es una farsa, un garabato, como todo signo que no signifique nada."
Es más tajante aún el signo del vino. Cuando Jesús dice: esto es mi sangre, está diciendo esto es mi vida que se está derramando, consumiendo en beneficio de todos. Eso que los judíos tenían por la cosa más horrorosa, apropiarse de la vida (la sangre) de otro, eso es lo que pretende Jesús. Tenéis que hacer vuestra, mi propia vida. Nuestra vida solo será cristiana si se derrama, si se consume, en beneficio de los demás como la mía."
Hay una canción que cantamos muchas veces en nuestras Eucaristías. Dice así:
"EL PAN QUE COMPARTIMOS AL COMER
Y EL VINO QUE COMPARTIMOS AL BEBER,
SON SÍMBOLO DE UNIÓN,
SON SÍMBOLO DE AMOR, SON SÍMBOLO
DE LO QUE TU NOS ENSEÑASTE A SER."
"Tú nos has ofrecido tu cuerpo
y nos has ofrecido tu sangre
como signo de lo que nosotros
debemos hacer.
Ofreciendo nosotros la vida,
ayudando a vivir a los otros,
ya podremos sentarnos contigo a comer y a beber..."
Creo que es una buena pauta para captar el mensaje de Jesús y para vivir nuestra fracción del pan.
Texto del evangelio de JUAN 6, 51-58
Y EL VINO QUE COMPARTIMOS AL BEBER,
SON SÍMBOLO DE UNIÓN,
SON SÍMBOLO DE AMOR, SON SÍMBOLO
DE LO QUE TU NOS ENSEÑASTE A SER."
"Tú nos has ofrecido tu cuerpo
y nos has ofrecido tu sangre
como signo de lo que nosotros
debemos hacer.
Ofreciendo nosotros la vida,
ayudando a vivir a los otros,
ya podremos sentarnos contigo a comer y a beber..."
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