Si tuvierais fe como un grano de mostaza
2 de octubre 2022
El texto del evangelio de Lucas que leemos/escuchamos este domingo nos dice aquello de "si tuvierais fe como un grano de mostaza..."
Y nos dice lo de "...le diríais a esa morera: "quítate de ahí y tírate al mar", y os obedecería."
Y nosotros pensamos: ¡Anda ya! Eso no te lo crees ni borracho.
Porque estamos convencidos de que tenemos fe. Que siempre hemos tenido fe; pero que eso de la morera es una exageración.
¿Entonces?
El evangelio nos habla de un estilo de vida, del Reino de Dios, de cambiar, de la gran noticia, de cambiar el chip de nuestra mente y de nuestro corazón... Y nosotros hemos acumulado lecciones de Catecismo, doctrina, verdades, prácticas religiosas; pero no nos resulta fácil eso de cambiar de vida, de poner nuestra fe-confianza en Dios. Creemos en nuestra contabilidad, en la cantidad de obras buenas que voy haciendo, en los méritos que consigo día a día para ganarme el cielo. O sea que se podría decir que confío en mí mismo.
Fray Marcos nos ofrece una buena reflexión que nos ayuda a entender y profundizar en lo que quiere decir eso de tener fe-confianza en Dios: -
"Sigue el evangelio con propuestas aparentemente inconexas, pero Lucas sigue un hilo conductor muy sutil. Hasta hoy nos había dicho, de diversas maneras, que no pongamos la confianza en las riquezas, en el poder, en el lujo; pero hoy nos dice: no la pongas en tu falso ser ni en la obras que salen de él, por muy religiosas que sean. Confía solamente en “Dios”. Los que se pasan la vida acumulando méritos, no confían en Dios sino en sí mismos. La salvación por puntos es lo más contrario al evangelio. Ese Señor al que tengo que rendir cuentas tiene que dejar paso al Dios que es el fundamento de mi ser."
Confiar en Dios de verdad. Frecuentemente me gusta evocar la imagen del bebé en brazos de su mamá para descubrir cómo tendría que ser mi fe-confianza en Dios. El bebé no calcula, no hace méritos, no cuestiona, no duda, no tiene miedo. Incluso en las peores circunstancias.
Otro punto de reflexión de Fray Marcos: -"No debemos esperar que Dios nos libre de las limitaciones, sino de encontrar la salvación a pesar de ellas. Esa confianza no la debemos proyectar sobre una Realidad que está fuera de nosotros y del mundo. Debemos confiar en un Dios que está y forma parte de la creación y de nosotros. Creer en Dios es apostar por el hombre. Es estar construyendo la realidad material, y no destruyéndola; es estar por la vida y no por la muerte: por el amor y no por el odio, por la unidad y no por la división. ¿Por qué tantos que no "creen" nos dan sopas con honda en la lucha por defender la naturaleza, la vida y al hombre?"
Entonces tener fe como un granito de mostaza significaría asumir en mi vida esa opción por la humanidad, por la vida, por las personas. Y mi postura tendría que tener siempre ese objetivo por encima de conveniencias, de doctrinas, de ideas y de partidos políticos.
Y no hace falta mirar mucho para ver tantas personas a las que parece que se les niega lo más esencial para vivir como seres humanos.
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