El seguimiento de Jesús es una opción
26 de junio 2022
Los primeros discípulos de Jesús de Nazaret recibieron una invitación. Fruto de un encuentro cada uno de ellos recibió y sintió que le ofrecía una opción nueva, una manera nueva de vivir.
Juan, en su evangelio, nos habla de su primer encuentro cuando le siguen y a la pregunta de Jesús (¿Qué queréis?) ellos le contestaron: "Maestro, ¿dónde vives?" Y dice Juan que se quedaron con él.
En los otros evangelios leemos la invitación que Jesús va haciendo a unos y a otros: "Seguidme. Venid y os haré pescadores de hombres..."
Cada uno de ellos percibió algo muy especial. No siempre entendían lo que Jesús explicaba, su proyecto del Reino de Dios y todo eso. Y como ellos, muchas otras personas sintieron que se dirigía a ellas, que era una invitación abierta. La proclamación que iba haciendo Jesús de Nazaret no excluía a nadie. Lo contaba en forma de parábolas, pequeñas historias, modos de hablar que cualquiera podía entender: La celebración de una boda y los invitados; el sembrador y la semilla que la va sembrando a voleo y llega a todo tipo de terreno; la oveja y la dracma perdida; el pescador y la red con toda clase de peces...
Y, como dice Jesús, no es cuestión de preparación, de grandes conocimientos, de clase social... No, precisamente comenta que los pequeños y los menos importantes entienden y aceptan mucho mejor su mensaje... (Gracias porque lo has revelado a los humildes...) Los niños, las mujeres, los marginados, los enfermos.
En más de una ocasión los predicadores, los sacerdotes y la Jerarquía en general, han explicado lo del seguimiento de Jesús como una renuncia y la aceptación de toda una serie de sacrificios. Y, creo que eso no ha ayudado mucho a entender y aceptar la invitación de Jesús como lo que tiene que ser: Una invitación a una vida más gozosa, más entregada, más intensa y más humana.
Como comenta Fray Marcos: -"No pensemos que Dios quiere vernos sufrir. Presentar el seguimiento como renuncia nos ha despistado bastante. Seguir a Jesús debe ser una opción voluntaria y libre"
Tiene que ser algo como lo que decía Jesús al narrar la parábola de la "perla preciosa" o "el tesoro escondido en el campo"... Algo que provoca en nosotros una explosión de alegría y llena nuestra vida. Si, por el contrario, seguir a Jesús es el cumplimiento de toda una serie de normas, de prácticas religiosas o de aceptar prohibiciones... Entonces nos habremos convertido en un grupo de personas que cumplen, que son buena gente...; pero que no tienen ninguna alegría y su cuerpo sólo percibe la rutina, la obligación y el cumplimiento más o menos fiel de lo que está mandado.
Una invitación... Y no a cualquier cosa (una boda, un concierto, una obra de teatro, unas vacaciones...), sino a la alegría de una vida más humana, más plena, más intensa. Porque siguiendo a Jesús de Nazaret se trata de dar prioridad al amor, a esa manera de ver, escuchar y hacer propia de Dios mismo. Tal como vivía Jesús mismo.
Texto del evangelio de Lucas: 9,51-62
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