Estad despiertos
Domingo 28 de Noviembre de 2021
Este domingo, 28 de noviembre, comenzamos el tiempo de Adviento.
Tanto en la Iglesia, como en otros círculos o grupos, se nos propone un tiempo de preparación. ¿Para qué?
Dentro de la predicación y catequesis de la Iglesia se trata de preparar la venida del Señor, es la preparación de la Navidad. En otros grupos se preparan para la celebración del solsticio de invierno con toda la carga emocional que le van poniendo al tratar de recuperar el respeto por la naturaleza y esa realidad que nos envuelve y nos hace vivir…
Pero, tanto para unos como para otros, me atrevería a decir que la llamada de atención que nos llega desde el evangelio no era precisamente ni una cosa ni la otra.
“A lo largo del evangelio -como escribe José Antonio Pagola- escuchamos su llamada insistente: «vigilad», «estad atentos a su venida», «vivid despiertos». Es la primera actitud del que se decide a vivir la vida como la vivió Jesús. Lo primero que hemos de cuidar para seguir sus pasos.”
Nosotros, en nuestro grupos y comunidades, nos ha parecido mejor celebrar que hace dos mil años nació Jesús de Nazaret y con él nos llegó la salvación… Por eso celebramos, cantamos, hacemos fiestas, incluso nos hacemos un poco más caritativos y sonreímos felices en la reuniones familiares…
Al empezar el Adviento, en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, y en todo momento deberíamos asumir el mensaje de Jesús tal como nos lo transmite.
Me gusta cómo lo comenta José Antonio Pagola: “Jesús no se dedicó a explicar una doctrina religiosa para que sus discípulos la aprendieran correctamente y la difundieran luego por todas partes. No era ese su objetivo. Él les hablaba de un «acontecimiento» que estaba ya sucediendo: «Dios se está introduciendo en el mundo. Quiere que las cosas cambien. Solo busca que la vida sea más digna y feliz para todos».
Jesús llamaba a esto el «reino de Dios». Hemos de estar muy atentos a su venida. Hemos de vivir despiertos: abrir bien los ojos del corazón; desear ardientemente que el mundo cambie; creer en esta buena noticia que tarda tanto en hacerse realidad plena; cambiar de manera de pensar y de actuar; vivir buscando y acogiendo el «reino de Dios».
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