viernes, 2 de julio de 2021

La humanidad de Jesús

¿No es éste el carpintero, el hijo de María...?

4 de julio 2021

Este fin de semana escuchamos (y leemos) una parte del texto del capítulo 6 del evangelio de Marcos. Es un texto que conocemos. "Fue a su tierra y el sábado (día de precepto) se presentó en la sinagoga y se puso a enseñar..."

Fray Marcos señala algo que me parece muy importante: "El relato de hoy nos habla de la humanidad de Jesús. Nos está confirmando que no tiene privilegios de ninguna clase. Por eso es tan difícil aceptarle como profeta envidado de Dios. Siempre será difícil descubrir a Dios en aquel que se muestra como muy humano. También hoy rechazamos por instinto cualquier Jesús que no esté de acuerdo con el que aprendimos de pequeños..."


Creo que en la Iglesia, en nuestras comunidades, se nos hace casi imposible pensar o imaginar a un Jesús de Nazaret distinto al que nos enseñaron en el catecismo, un Jesús tan Hijo de Dios, tan lleno del Espíritu Santo, que parece que tiene que esconder su poder, su sabiduría, su inteligencia... como si se hubiera disfrazado de mortal.

"Marcos no tiene relatos de la infancia, -escribe Fray Marcos-. Por eso puede narrar sin prejuicios este encuentro con los de su “pueblo”. Es un toque de alerta ante el afán de divinizar la vida humana de Jesús. Para los que mejor le conocían, era solo uno más del pueblo. Sus paisanos estaban tan seguros de que era una persona normal, que no pueden aceptar otra cosa. Eran sus compañeros de niñez, habían jugado y trabajado con él, lo conocían perfectamente. Lo encuadraban en una familia, (requisito indispensable para ser alguien en aquella cultura). Hasta ese momento no habían descubierto nada fuera de lo normal en él."

En más de una ocasión ya he leído que, en nuestra tradición, preferimos referirnos a Jesús de Nazaret como Jeucristo, con todos sus títulos y prerrogativas de Mesías, Enviado de Dios, Ungido, Hijo Unigénito de Dios, Sumo Sacerdote, Salvador del mundo, Profeta, Resucitado... y apenas si admitimos su humanidad.

Como señala Fray Marcos, -"El texto griego no dice: “desconfiaban de él” sino “se escandalizaban”, que indica una postura más radical. Ni siquiera pronuncian su nombre. Dicen despectivamente que es hijo de María; no nombran a su padre, que era la manera de considerar digna a una persona."

Me pregunto cómo reaccionaríamos nosotros, hoy en día, si en nuestras comunidades, en nuestras asambleas, apareciera alguien conocido (carpintero o mecánico o barrendero) y comenzara a hablarnos de la Buena Noticia del Reino de Dios, de convertirnos, de vivir como hermanos, de dar más importancia a las personas, a la compasión, a la solidaridad... Tal vez nuestra respuesta y nuestro comentario sería parecido al de sus paisanos.

"Porque sabían -dice Fray Marcosque era hijo de José (carpintero como él) lo rechazan. Nosotros, porque sabemos que es Hijo de Dios, rechazamos que es hijo de José y hermano de otros seres humanos..." 

¿Nos fiaríamos de él? ¿Aceptaríamos su mensaje? En otros pueblos y aldeas había gente que tenía fe (la mujer que sufría hemorragias, el padre de la niña que se moría...) y sentía que se curaba, que recobraba vida y fuerza...
A fuerza de admirarlo, lo hemos encumbrado tanto que ha dejado de ser humano y nos importan más los milagros y las señales prodigiosas que su mismo mensaje. Y necesitamos entender y asumir que es, precisamente, en nuestra humanidad, que tenemos que acoger el reino de Dios, aquí y ahora.

Texto del evangelio de Marcos 6, 1-6

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