viernes, 28 de mayo de 2021

Hijos de Dios y movidos por su Espíritu

Seguir los pasos de Jesús

30 de mayo de 2021


El evangelio de este domingo recoge una de esas frases programáticas para los cristianos: Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Como comenta Inma Calvo, "No se trata de un afán de proselitismo para que todos piensen como nosotros. Sintonizar con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es una forma de vida y no un “carnet” de pertenencia. Lo vemos todos los días. El espíritu sopla donde quiere y hay personas colaborando con el Reino de Dios sin estar bautizados. Por desgracia hay también muchos “cristianos de título” cuyos comportamientos dejan tanto que desear..."
Leyendo el texto de este evangelio venían a la mente dos temas: La Santísima Trinidad y el bautismo a todos los pueblos... Difícil resultaba (y sigue resultando) explicar el misterio (y tanto!) de la Trinidad (con sus tres personas,etc.) y también tiene lo suyo lo de bautizar a todos los pueblos (con cierta tendencia al proselitismo y atracción a "mi verdad")
A la hora de reflexionar sobre todo esto, me ha encantado el enfoque y perspectiva que presenta José Antonio Pagola: -"¿Cómo se comunicaba Jesús con Dios?, ¿qué sentimientos se despertaban en su corazón?, ¿cómo lo experimentaba día a día? Los relatos evangélicos nos llevan a una doble conclusión: Jesús sentía a Dios como Padre, y lo vivía todo impulsado por su Espíritu."
Me temo que aprendimos (muy de memoria) oraciones y credos y nos quedamos muy atrasados en lo de sentir y vivir a Dios como lo hacía Jesús de Nazaret.

"Jesús se sentía «hijo querido» de Dios. Siempre que se comunica con él lo llama «Padre». No le sale otra palabra. Para él, Dios no es solo el «Santo» del que hablan todos, sino el «Compasivo». No habita en el templo, acogiendo sólo a los de corazón limpio y manos inocentes. Jesús lo capta como Padre que no excluye a nadie de su amor compasivo. Cada mañana disfruta porque Dios hace salir su sol sobre buenos y malos."

Sigo con el comentario de J.A.Pagola, y me prgunto cómo es el Dios que yo siento, qué imagen me he hecho, cómo entiendo yo "la voluntad de Dios", lo que más desea, su "reino". -"Ese Padre tiene un gran proyecto en su corazón: hacer de la tierra una casa habitable. Jesús no duda: Dios no descansará hasta ver a sus hijos e hijas disfrutando juntos de una fiesta final..."

Todo eso me recuerda tantas parábolas y tantos comentarios de Jesús... Y me ayuda a comprender que eso de "Id y haced discípulos de todas las naciones..." tiene mucho que ver con ese programa y, aunque se dice textualmente lo de "bautizadlos", creo que es más importante el cambio de vida y el compromiso con nuestro pueblo, con nuestro barrio y tratar de conseguir un mundo mas humano y compasivo.

Así lo recoge J. A. Pagola: "Fiel a este Padre y movido por su Espíritu, Jesús solo se dedica a una cosa: hacer un mundo más humano. Todos han de conocer la Buena Noticia, sobre todo los que menos se lo esperan: los pecadores y los despreciados. Dios no da a nadie por perdido..."

"La mejor manera de creer en el Dios trinitario no es tratar de entender las explicaciones de los teólogos, sino seguir los pasos de Jesús, que vivió como Hijo querido de un Dios Padre y que, movido por su Espíritu, se dedicó a hacer un mundo más amable para todos..."

Y eso me parece una excelente noticia, la Buena Noticia que Jesús proclamaba y que cada uno de nosotros, a medida que conectamos y sentimos al Dios de Jesús, tenemos que anunciar y proclamar.

Texto del evangelio de Mateo 28, 16-20


viernes, 21 de mayo de 2021

La manifestación de su presencia

Atentos al Espíritu de Dios

23 de mayo 2021


Pentecostés. ¡Una fiesta vivida en la Iglesia con tanta solemnidad! Cantos, ceremonias, vigilias de oración, imposición de manos... pidiendo y clamando para que el "Espíritu Santo" venga también sobre nosotros.
Las predicaciones y comentarios que he escuchado a lo largo de mi vida crearon en mi pensamiento y en mi conciencia la imagen del "espíritu" en forma de lenguas de fuego que tenía que bajar sobre los que fueran verdaderos discípulos de Jesús. Y sólo entonces se crearía ese cambio y conversión que los convirtiera en verdaderos apóstoles del evangelio.
Desde luego, nunca llegué a experimentar tal fenómeno. A lo mejor sólo pudo ocurrir la primera vez. Y sólo a aquellos primeros discípulos...
Hoy en día, leyendo a los teólogos y conocedores de la biblia, me parece entender algo bien distinto. Dios, a quien llamamos "padre" (como nos enseña Jesús), es Uno, es Indivisible, es Fuerza, es Vida, es Amor... Como no lo podemos ver ni tocar, le henos echado mucha imaginación y cada persona se ha ido haciendo una imagen... Y ahí entra la Santísima Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. Todo a nuestra manera

Fray Marcos lo comenta así: "En esas culturas (las recogidas en la biblia) el signo de vida era la respiración. Ruah vino a significar soplo vital. Cuando Dios modela al hombre de barro, le sopla en la nariz el hálito de vida. En el evangelio que hemos leído hoy, Jesús exhala su aliento para comunicar el Espíritu. La misma tierra era concebida como un ser vivo, el viento era su respiración..."

Ese Espíritu tenemos que entenderlo como el aliento de Dios, su soplo vital, lo que quiere comunicarnos y compartir. De entrada, pues, tenemos que decir que estamos hablando de la mmisma realidad.

"Hoy sabemos, -explica Fray Marcos- que el Espíritu Santo es un aspecto del mismo Dios. Por lo tanto, forma parte de nosotros mismos y no tiene que venir de ninguna parte. Está en mí, antes de que yo mismo empezara a existir. Es el fundamento de mi ser y la causa de todas mis posibilidades de ser en el orden espiritual..."
Ese aliento vital, ese espíritu, se manifiesta de muy diferentes maneras en cada persona: "El labrador, el médico, el sacerdote tienen que tener el mismo objetivo vital si están movidos por el mismo Espíritu, pero su tarea es completamente diferente. Una mayor humanidad será la manifestación de su presencia. La mayor preocupación por los demás es la mejor muestra de que uno se está dejando llevar por él..."

Es cierto que, demasiado a menudo, podemos sentirnos como huérfanos, como si nos faltara ese Espíritu Santo. Y esperamos que en algún momento caiga sobre nosotros y sobre toda la Iglesia para que seamos buenos testigos de la Buena Noticia del Evangelio...

Quizás, como apunta José Antonio Pagola, lo que nos falta es una mirada más profunda, una mayor atención y una perspectiva diferente: Porque entre nosotros sigue habiendo personas llenas de ese Espíritu, de ese Aliento Vital: "No hablan mucho. No se hacen notar. Su presencia es modesta y callada, pero son «sal de la tierra». Mientras haya en el mundo mujeres y hombres atentos al Espíritu de Dios será posible seguir esperando..."
"Tienen defectos y limitaciones. No están inmunizados contra el pecado. Pero no se dejan absorber por los problemas y conflictos de la vida. Vuelven una y otra vez al fondo de su ser. Se esfuerzan por vivir en presencia de Dios. Él es el centro y la fuente que unifica sus deseos, palabras y decisiones...
Viven en comunión con personas a las que jamás han visto. Aman con ternura y compasión a gentes que no conocen. Dios les hace vivir en unión profunda con la creación entera..."

Estoy pensando que nuestra oración y nuestra máxima atención tiene que centrarse en acoger en la vida de cada día, en cualquier momento y actividad ese Espíritu que ya está dentro de mí... Y hacer mío ese Aliento Vital como manifestación de su presencia.


Texto del evangelio de Juan 20, 19-23


viernes, 14 de mayo de 2021

Para toda Humanidad

Proclamar la Buena Noticia

16 de mayo 2021

Se nos propone en este domingo después de la Pascua la celebración de la Ascensión. A través de las predicaciones, de las pinturas y de nuestra imaginación, se puede decir que todos guardamos esa imagen de Jesús elevándose hacia los cielos de esa manera milagrosa que nos dejaba mirando hacia arriba... (tal como dice el texto que se quedaron los discípulos).


Lo que ocurre es que al quedarnos con esa visión milagrosa y celestial, hemos perdido, quizás, la experiencia y la vivencia de las primeras comunidades cristianas. Algo tan fuerte que les cambió la vida y les impulsó a proclamar la Buena Noticia del Reino de Dios.

Tengo que echar mano de las explicaciones y del saber de personas estudiosas y conocedoras de los evangelios de manera que me ayuden a entender y profundizar en los textos y en las imágenes que recibimos.
Fray Marcos hace esta introducción: "Nos encontramos con el problema de siempre: confundir la realidad con el relato mítico. La Ascensión no es más que un aspecto de la cristología pascual. Resurrección, Ascensión, glorifica­ción, Pentecostés, constituyen una sola realidad, que está fuera del alcance de los sentidos. Esa realidad no temporal, no localizable, es la más importante para la primera comunidad y es la que hay que tratar de descubrir..."

A aquellas personas (hombres y mujeres) que siguieron a Jesús en vida, no les fue fácil entender ni el mensaje ni la tragedia final... Cuando perciben el sentido y el significado de todo lo vivido con Él, es tal su repercusión y los efectos producidos que tienen que echar mano de unas palabras y de unas imágenes sacadas de su cultura y de su religiosidad (los textos y relatos de la Biblia).

"La verdadera ascensión de Jesús, comenta Fray Marcos, empezó en el pesebre y terminó en la cruz cuando exclamó: "consumatum est". Ahí terminó la trayectoria humana de Jesús y sus posibilidades de crecer. Después de ese paso, todo es como un chispazo que dura toda la eternidad. Pero había llegado a la plenitud total en Dios, precisamen­te por haberse despegado (muerto) de todo lo que en él era caduco, transitorio, terreno. Solo permaneció de él lo que había de Dios y por tanto se identificó con Dios totalmente. Esa es también nuestra meta. El camino también es el mismo de Jesús: despegarnos de nuestro ego..."

Entonces, lo que la Ascensión (y la Resurrección, su glorificación y Pentecostés) me está proponiendo es que yo mismo me ponga en camino hacia esa meta que es aceptar y asumir la vida misma de Dios... Seguir las huellas del Maestro y, como Él, poner como objetivos de mi vida lo que nos enseñó a rezar: Que mi vida santifique su Nombre; que me esfuerce para que llegue su Reino; que sea capaz de hacer siempre su Voluntad...

"La experiencia pascual -concluye Fray Marcosconsistió en ver a Jesús de una manera nueva. El haber vivido con él, el haber escuchado lo que decía y visto lo que hacía, no les llevó a la comprensión de su verdadero ser. Estaban demasiado pegados a lo externo, y lo que hay de divino en Jesús no puede entrar por los sentidos. " 

Esa manera nueva de ver y entender a Jesús de Nazaret empujó a todos ellos a proclamar esa Buena Noticia que era lo más grande que les había ocurrido. De ahí viene ese impulso que todavía resuena en la mente y el corazón de no pocas personas dentro de la Iglesia: "Id por el mundo entero proclamando la Buena Noticia a toda la Humanidad..."

Es cierto, como escribe José Antonio Pagola, que: "Hoy hay más hambre y violencia en el mundo, pero hay también más conciencia para hacerlo más humano. Hay muchos que no creen en religión alguna, pero creen en una vida más justa y digna para todos, que es, en definitiva, el gran deseo de Dios..."

"El filósofo norteamericano Herbert Marcuse decía que «la esperanza solo se la merecen los que caminan». Yo diría que la esperanza cristiana solo la conocen los que caminan tras los pasos de Jesús. Son ellos quienes pueden «proclamar el evangelio a toda la creación». 

Texto del evangelio de Marcos 16, 15-20



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