sábado, 21 de noviembre de 2020

Autoevaluación

 

Conmigo lo hicisteis
22 de Noviembre de 2020

"En el evangelio de hoy, - comenta Inma CalvoMateo nos da los “criterios de evaluación para el examen final”. “Conmigo lo hicisteis”… A los judíos les preocupaban mucho las postrimerías, el final de los tiempos. A nosotros nos debe preocupar más el día a día de nuestro ser cristiano. Tenemos toda la vida para ir aprendiendo las respuestas correctas. “Tampoco lo hicisteis conmigo”... Cuántos horizontes se abren si pensamos en las consecuencias de no hacer, del bien que dejo de hacer..."

Así encaramos la fiesta de Cristo Rey, último domingo del calendario de la Iglesia. Y es así como tenemos que escuchar hoy el texto del evangelio de Mateo: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.” Así nos dice Jesús.

José Antonio Pagola, nos hace esta observación: "Es sorprendente observar que Jesús apenas pronuncia en los evangelios la palabra «amor». Tampoco en esta parábola que nos describe la suerte final de los humanos. Al final no se nos juzgará de manera general sobre el amor, sino sobre algo mucho más concreto: ¿Qué hemos hecho cuando nos hemos encontrado con alguien que nos necesitaba? ¿Cómo hemos reaccionado ante los problemas y sufrimientos de personas concretas que hemos ido encontrando en nuestro camino?"

Somos "cristianos viejos". Fuimos bautizados cuando éramos bebés y podemos decir que somos cristianos practicantes o por lo menos lo intentamos. Y ¿qué es lo que nos define como cristianos? ¿somos en algo diferentes? ¿nuestros objetivos, nuestras prioridades? Si observamos los diferentes grupos, equipos, asociaciones..., cada uno de éstos se distingue por algo especial. Puede ser el deporte, una actividad cultural, una afición, un objetivo o meta. 
Seguro que podemos decir que "somos discípulos de Jesús de Nazaret" o "miembros de la Iglesia de Jesucristo", o simplemente que "estamos bautizados". Y eso, ¿es realmente un distintivo en mi vida?
Nosotros, los cristianos, solemos hablar mucho de amor al prójimo, de la caridad, de ayudar a los pobres, de la limosna; pero es muy posible que todo eso sean fórmulas que vamos aplicando como medio para alcanzar la salvación, para que me premien y consiga la salvación a la hora de la muerte. Creo, sin embargo, que lo que importa no es mi salvación más allá de la muerte, sino lo que voy haciendo en esta vida. Porque el objetivo es intentar ese mundo nuevo que Jesús de Nazaret nos propone: Ser y vivir de manera realmente humana, una realidad de la que yo formo parte, que me importa, que me afecta. Todo lo que rompe la fraternidad, la solidaridad, la compasión me tiene que afectar a mí porque es mi humanidad, es mi familia, es mi gente... La televisión y los medios nos hablan y nos ilustran sobre muchas cosas, también de los inmigrantes que llegan a nuestras costas; de la cantidad de familias que dependen de la ayuda de Cáritas; de los que se van quedando sin trabajo...

Creo que estas palabras que escribe José Ant. Pagola nos ayudarán a preparar nuestra autoevaluación: "La parábola de Jesús nos obliga a hacernos preguntas muy concretas: ¿estoy haciendo algo por alguien?, ¿a qué personas puedo yo prestar ayuda?, ¿qué hago para que reine un poco más de justicia, solidaridad y amistad entre nosotros?, ¿qué más podría hacer?..."

Creo que va a ser una autoevaluación difícil.

Texto del evangelio de Mateo (25,31-46)


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