24 de Noviembre de 2019
"Según el relato de Lucas, Jesús ha agonizado en medio de las burlas y desprecios de quienes lo rodean. Nadie parece haber entendido su vida. Nadie parece haber captado su entrega a los que sufren ni su perdón a los culpables. Nadie ha visto en su rostro la mirada compasiva de Dios..." Así inicia su comentario José Antonio Pagola.
Me parece que muchos de nosotros no siempre llegamos a captar la profundidad y el alcance del mensaje de la Buena Noticia del Reino de Dios, ese proyecto que llevó a Jesús de Nazaret a la muerte de cruz. Acusado, condenado y ajusticiado como un malhechor... La Iglesia, como institución oficial del imperio romano, lo ha elevado a lo más alto; ha desarrollado una teología y unos estudios que lo han convertido en "hijo unigénito de Dios - segunda persona de la Santísima Trinidad - Rey del Universo, etc." y, a lo largo de los siglos, se ha vigilado y cuidado mucho de la ortodoxia y de la definición de la fe, o sea el Credo.
No dudo de que los doctores ha hecho bien sus deberes y los defensores de la Fe se han esforzado al máximo; pero... No creo que sea ése el camino adecuado.
Jesús de Nazaret, "como todo ser humano nació como un proyecto que se fue realizando durante toda su vida..." -así escribe Fray Marcos- y que culminó con la plenitud de ser que expresamos con el título de Rey. Pero Jesús respondió a Pilato que su Reino no era de este mundo..." La plenitud a la que llegó Jesús de Nazaret es todo un proceso al que nos cuesta muchísimo entender e imaginar. Nos habla en parábolas y comparaciones. Tiene un estilo de vida y una manera de hacer. Sabe que compromete su vida y es todo un riesgo... Se identifica con Dios (nuestro abbá = papá-mamá) y nos anima a ser hermanos e hijos de ese Padre.
Entiendo que no nos vale eso de proclamarle como Rey del Universo. Nosotros, como Él, tenemos que hacer también nuestro proceso e implicarnos cada vez más en su proyecto del reino de Dios. Sí, ese proyecto que le costó la vida, su gran fracaso como hombre y como persona... Porque tenemos que recordar siempre lo que pedía a sus seguidores...Estamos hablando de: "Un Jesús que dijo: Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de Dios. Un Jesús que invitó a sus seguidores a no someterse a nadie. Un Jesús que dijo que no venía a ser servido, sino a servir. Un Jesús que dijo a los Zebedeo: “El que quiera ser grande que sea el servidor, y el que quiera ser primero que sea el último..." Así comenta Fray Marcos. Y todo eso me hace pensar que tengo que ir cambiando mi mentalidad y la misma expresión de mi fe. Quiero decir que, al rezar el Credo, lo que quiero proclamar es que ese Jesús (acusado, condenado y ejecutado) no necesita para nada que yo lo proclame Rey de Universo, sino que lo que me pide y a lo que quiero comprometerme es a ser servidor, a tener el espíritu compasivo y tierno de Dios nuestro padre, a intentar una humanidad más justa y solidaria, a ser consciente de que... los poderes de este mundo (incluso los religiosos) pueden sentirse molestos por lo que digo y hago. Y... quién sabe, a lo mejor van preparando cruces para acusar, condenar y ejecutar...
No faltan ejemplos a lo largo de la historia de los pueblos, culturas y civilizaciones. ¿Creo en ese proyecto del reino de Dios? ¿Creo en la Buena Noticia de Jesús de Nazaret?
Señor, aumenta mi fe!!!
Texto del evangelio de Lucas (23,35-43)
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