1 de Diciembre de 2019 (I Domingo de Adviento – Ciclo A)
En la celebración de la eucaristía damos comienzo a un nuevo ciclo y la primera reflexión que nos hace la Iglesia es ésta: "Estad preparados..."
Y uno se preguntaba: -¿Preparados para qué? Y casi sin darnos cuenta nos decíamos que llegaba la Navidad, que teníamos que prepararla, que teníamos que hacer algo especial... Porque venía el Señor. Íbamos a celebrar su nacimiento y también vendría a nacer en nuestra casa, en nuestro corazón... Y entre villancicos y celebraciones tratábamos de preparar su venida...
Luego seguiríamos con nuestra vida, nuestras costumbres y nuestras actividades, contentos porque habíamos tenido unas fiestas estupendas celebradas con toda la familia.
Todo eso es lo tradicional, lo de siempre. Lo que hemos oído y vivido a lo largo de toda nuestra vida. Pero... ¿Realmente es de eso de lo que habla el evangelio?
Aquellas primeras comunidades cristianas, como la Mateo, llegaron a creer que Jesús de Nazaret volvería a aparecer. Que se haría realidad el reino de Dios a partir de ese momento. Pero pasaron los años, hubo guerras y destrucción, los primeros testigos fueron muriendo y... Llega esa reflexión: "Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa..."
José A. Pagola comenta: «Estad en vela», «daos cuenta del momento que vivís», «es hora de despertar». Todos hemos de preguntarnos qué es lo que estamos descuidando en nuestra vida, qué es lo que hemos de cambiar y a qué hemos de dedicar más atención y más tiempo."
Tal vez nos hemos agarrado a esa palabra de la venida del Señor como a algo que nos sucederá algún día. Pero, como dice Pagola, es precisamente eso lo que tenemos que cambiar. El Señor no va a venir. El Señor está ahí, en medio de nosotros. El reino de Dios está dentro de cada uno de nosotros como una semilla, como algo que yo tengo que activar y dedicarle más atención y más tiempo.
Fray Marcos lo comenta así: "Jesús hizo presente el Reino de Dios en su trayectoria humana. La primera e imprescindible referencia para nosotros es su vida terrena, porque es en su vida donde hizo presente el amor y desterró el odio..."
En mi vida, en mi actitud y en mi modo de entender las cosas, mi referencia imprescindible... Jesús de Nazaret. Pero es que, además, -continúa el comentario Fray Marcos- Jesús no sólo hizo presente el Reino, sino que hizo una propuesta a todos... Celebrar el adviento hoy sería tomar conciencia de esta propuesta de salvación y prepararnos para hacerla realidad..."
Y eso nos remite al primer anuncio de la Buena Noticia que proclamaba Jesús de Nazaret: El reino de Dios está cerca (está dentro de vosotros), convertíos, cambiad de actitud, cambiad vuestra manera de hacer y de vivir. Y eso se mide por la atención al hermano, al necesitado, al marginado, al sin papeles, a la persona anciana sola, al los parados de larga duración... Sí, nos cuesta prestar atención y fijarnos en esas personas. Enseguida vemos sus carencias y problemas sin llegar a ver al hombre, a la mujer, al niño... En definitiva, al hermano.
Estad también vosotros preparados, porque no sabéis cuándo vendrá vuestro Señor...
Y cuando llega ese cambio a nuestra vida se empieza a hacer realidad esa venida, la aparición del reino de Dios. Y hay como un eco lejano que nos llega: Venid benditos, porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; desnudo y me vestisteis, solo y marginado y me acompañasteis...
Texto del evangelio de Mateo (24,37-44)