10 de Febrero de 2019
Hoy leemos y escuchamos el texto de Lucas: La indicación de Jesús de remar mar adentro, echar las redes y... Pedro que le dice que han bregado toda la noche y no han pescado nada; pero las echa y... Tienen que llamar a los compañeros para sacar tanta cantidad de peces... Llenos de estupor, tal vez de miedo... "Apártate de mi que soy un pobre pecador..." Y Jesús que le dice: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres"...
Me hace recordar tantas y tantas charlas y comentarios sobre ese texto. Lo maravilloso de la "pesca milagrosa" y la "vocación" de aquellos hombres (Pedro, Juan, Santiago...), escogidos para ser "pescadores de hombres"... ¡Qué honor! verdad? Y qué fuerza y seguridad tenían que sentir al hablar y actuar como representantes del Maestro...
Y ahora que leo y reflexiono sobre todo eso, me doy cuenta de que no me explicaron bien el mensaje, o quizás yo no llegué a entender lo que el Maestro quería comunicar.
Fray Marcos hace este comentario: "El tema de la vocación es muy importante en la vida de todo ser humano. La vida es siempre ir más allá de lo que somos, por lo tanto, el mismo hecho de vivir nos plantea las posibilidades que tenemos de ir en una dirección o en otra. Con demasiada frecuencia se reduce el tema de la "vocación" al ámbito religioso. Nada más ridículo que esa postura. Quedaría reducido el tema a una minoría. Todos estamos llamados a la plenitud, a desplegar todas nuestras mejores posibilidades..."
Entiendo, pues, que todo el texto es un mensaje dirigido a todos nosotros: "Rema mar adentro" y "desde ahora serás pescador de hombres"...
Por un lado, ser y confesarnos seguidores del Maestro es también atrevernos a ir más allá, mar adentro, a vivir a su manera y estilo con esa escala de valores que siempre nos parecen demasiado exigentes.
Como bien dice Inma Calvo: "El relato de Lucas nos invita a confiar en Dios. El Maestro pide a sus discípulos que vayan hacia lo profundo. La causa del evangelio requiere dejar el miedo a un lado y remar mar adentro, donde no hacemos pie, pero donde sabemos que hay personas a las que podemos ayudar..."
Y ser "pescador de hombres"... es mucho más que lo que se suele predicar... “Pescar hombres” era un dicho popular que significaba sacar a uno de un peligro grave. No quiere decir, como se ha entendido con frecuencia, pescar o cazar a uno para la causa de Jesús. Aquí quiere decir: ayudar a los hombres a salir de todas las opresiones que le impiden crecer..." (Fray Marcos)
Mirando nuestra iglesia, nuestras comunidades, vamos sintiendo algo así como tristeza, desánimo, falta de fuerzas... Lo que dice Pedro: Hemos bregado toda la noche y no hemos pescado nada..." Y vemos nuestras asambleas, nuestros encuentros en la eucaristía... Somos pocos y casi la mayoría jubilados... ¿Qué tenemos que hacer?
José A. Pagola escribe: "¿No hemos de poner el Evangelio en el primer plano de todo? Lo más importante en estos momentos críticos no son las doctrinas elaboradas a lo largo de los siglos, sino la vida y la persona de Jesús. Lo decisivo no es que la gente venga a tomar parte en nuestras cosas sino que puedan entrar en contacto con él. La fe cristiana solo se despierta cuando las personas se encuentran con testigos que irradian el fuego de Jesús..."
Claro, si yo no estoy en contacto con el Maestro, si no vivo a su manera y estilo, nunca podré hacer que otras personas puedan sentir y escuchar el mensaje de Jesús de Nazaret
Texto del evangelio de Lucas (5,1-11)
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