6 de Enero de 2019
Hoy es la fiesta de la Epifanía (la manifestación del Señor) o de los Reyes Magos... Todavía nos queda, a nuestra edad, algo de las vivencias y emociones de los años de infancia: la magia de los Reyes que llegaban a nuestra casa y nos dejaban regalos en aquel ambiente de belenes, estrellas y luces que nos anunciaban algo maravilloso.
Quizás al ir creciendo y ver las cosas desde otro punto de vista, fuimos perdiendo la emoción, la sorpresa y toda la magia que lo envolvía...
Ahora pienso en mis nietos y me doy cuenta de que la magia, la emoción y la sorpresa siempre están ahí aunque muy frecuentemente no soy capaz de descubrirlas.
La Epifanía del Señor, de ese Dios que Jesús de Nazaret experimentaba y anunciaba: Como buena noticia, como "padre-madre", con una ternura y una compasión infinitas, con un estar siempre presente... hasta en las cosas más pequeñas (los lirios del campo, los pajarillos, la hierba).
José A. Pagola hace este comentario: "El relato (de los Magos venidos de Oriente) es desconcertante. A este Dios, escondido en la fragilidad humana, no lo encuentran los que viven instalados en el poder o encerrados en la seguridad religiosa. Se les revela a quienes, guiados por pequeñas luces, buscan incansablemente una esperanza para el ser humano en la ternura y la pobreza de la vida..."
Gracias a personas como Pagola, Fray Marcos, José M.Castillo y tantos otros, también yo voy descubriendo una "estrella" que me guía e ilumina mi camino para captar el mensaje de la buena noticia (que es para todo el pueblo) y que está dentro de nosotros. Es como ponerse unas gafas nuevas, un modo de mirar y de entender diferente... Es el cambio y la conversión hacia una humanidad compasiva y llena de ternura que ha cambiado su escala de valores y que donde sólo veía a extranjeros sin papeles ahora ve a Dios; personas marginadas y sin "valor", personas ancianas y olvidadas... Jesús decía que todas ellas serían las primeras en el Reino de Dios. Es como la estrella nos va guiando y, aunque parece una locura, ahí es donde encontramos la salvación.
Quiero añadir un comentario de Fray Marcos que me ha ayudado mucho a centrar mi mente y mi corazón: "El concebir la acción de Dios como venida de fuera, y haciendo o deshaciendo algo en el mundo material, sigue jugándonos muy malas pasadas. Muchas veces he intentado explicar cómo es la actuación de Dios, pero acepto que es muy difícil de comprender, mientras sigamos creyendo en un Dios todopoderoso, apto para deshacer cualquier entuerto. Pensemos, por ejemplo, en el comienzo de la mayoría de las oraciones de la liturgia: “Dios todopoderoso y eterno… para terminar poniendo el cazo..."
"...Debemos superar la idea de Dios creador como hacedor de algo que deja ahí fuera. Dios no puede desentenderse de la criatura, como hacemos nosotros al ‘crear’ algo. Lo que llamamos creación es manifestación de Dios, que está ahí sosteniendo en el ser a su criatura..."
Sí, poco a poco descubrimos que Dios anda entre nosotros, en nuestro barrio, en nuestras casas, en pequeños gestos y atenciones que son como la pequeña estrella que nos lleva hasta "Dios, nuestro padre".
Quizás al ir creciendo y ver las cosas desde otro punto de vista, fuimos perdiendo la emoción, la sorpresa y toda la magia que lo envolvía...
Ahora pienso en mis nietos y me doy cuenta de que la magia, la emoción y la sorpresa siempre están ahí aunque muy frecuentemente no soy capaz de descubrirlas.
La Epifanía del Señor, de ese Dios que Jesús de Nazaret experimentaba y anunciaba: Como buena noticia, como "padre-madre", con una ternura y una compasión infinitas, con un estar siempre presente... hasta en las cosas más pequeñas (los lirios del campo, los pajarillos, la hierba).
José A. Pagola hace este comentario: "El relato (de los Magos venidos de Oriente) es desconcertante. A este Dios, escondido en la fragilidad humana, no lo encuentran los que viven instalados en el poder o encerrados en la seguridad religiosa. Se les revela a quienes, guiados por pequeñas luces, buscan incansablemente una esperanza para el ser humano en la ternura y la pobreza de la vida..."
Gracias a personas como Pagola, Fray Marcos, José M.Castillo y tantos otros, también yo voy descubriendo una "estrella" que me guía e ilumina mi camino para captar el mensaje de la buena noticia (que es para todo el pueblo) y que está dentro de nosotros. Es como ponerse unas gafas nuevas, un modo de mirar y de entender diferente... Es el cambio y la conversión hacia una humanidad compasiva y llena de ternura que ha cambiado su escala de valores y que donde sólo veía a extranjeros sin papeles ahora ve a Dios; personas marginadas y sin "valor", personas ancianas y olvidadas... Jesús decía que todas ellas serían las primeras en el Reino de Dios. Es como la estrella nos va guiando y, aunque parece una locura, ahí es donde encontramos la salvación.
Quiero añadir un comentario de Fray Marcos que me ha ayudado mucho a centrar mi mente y mi corazón: "El concebir la acción de Dios como venida de fuera, y haciendo o deshaciendo algo en el mundo material, sigue jugándonos muy malas pasadas. Muchas veces he intentado explicar cómo es la actuación de Dios, pero acepto que es muy difícil de comprender, mientras sigamos creyendo en un Dios todopoderoso, apto para deshacer cualquier entuerto. Pensemos, por ejemplo, en el comienzo de la mayoría de las oraciones de la liturgia: “Dios todopoderoso y eterno… para terminar poniendo el cazo..."
"...Debemos superar la idea de Dios creador como hacedor de algo que deja ahí fuera. Dios no puede desentenderse de la criatura, como hacemos nosotros al ‘crear’ algo. Lo que llamamos creación es manifestación de Dios, que está ahí sosteniendo en el ser a su criatura..."
Sí, poco a poco descubrimos que Dios anda entre nosotros, en nuestro barrio, en nuestras casas, en pequeños gestos y atenciones que son como la pequeña estrella que nos lleva hasta "Dios, nuestro padre".
Texto del evangelio de Mateo (2,1-12)
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