Domingo 14 de Agosto de 2016
Una vez más el lenguaje de Jesús de Nazaret nos descoloca. Dice el texto de Lucas:
He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!...
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división...
Aquí, y en otros países, es tiempo de incendios forestales (provocados o no por los grandes calores) y escuchar a Jesús decir eso, cualquiera pensaría que es un incendiario... Y con eso de que "no ha venido a traer paz, sino división" aún nos lo pone más difícil.
¿Qué tenemos que hacer? Algo así ya le preguntaron alguna vez. Y Jesús contó la parábola del samaritano. También habló del valor de la vida por encima de las cosechas y de los dineros. Y en otro momento hizo como una presentación de la gran fiesta de la humanidad a la que todos estamos invitados... Lo que ocurre es que algunos (invitados quizás antes por sus conocimientos, por su religiosidad, por sus buenas costumbres...) no quisieron acudir a la fiesta (banquete de bodas) y entonces el señor mandó que fueran a invitar a todos los que se encontraran por los caminos.
Entonces, viendo el panorama de nuestra sociedad, de nuestro mundo, ¿puedo quedarme conforme? ¿Puedo sentirme en paz? Tal vez la religión (y la religiosidad) que hemos vivido no es exactamente el mensaje de Jesús de Nazaret. La paciencia, la resignación, el aguantar, el sufrir en silencio... Todo eso del "valle de lágrimas" y el mucho rezar para que nos salven en el último momento, me temo que no está de acuerdo con el mensaje: "He venido a prender fuego en el mundo... Traer paz? No, división"
Una vez más echo mano del comentario de J.A.Pagola: "El que ha entendido a Jesús actúa movido por la pasión y aspiración de colaborar en un cambio total. El verdadero cristiano lleva la «revolución» en su corazón. Una revolución que no es «golpe de estado», cambio cualquiera de gobierno, insurrección o relevo político, sino búsqueda de una sociedad más justa...
El orden que, con frecuencia, defendemos, es todavía un desorden. Porque no hemos logrado dar de comer a todos los hambrientos, ni garantizar sus derechos a toda persona, ni siquiera eliminar las guerras o destruir las armas nucleares..."
Por eso no estoy conforme. Por eso creo que, como seguidores de Jesús de Nazaret, tenemos que sentirnos movidos y motivados por su mensaje. Y, naturalmente, actuar de acuerdo con él. ¿A quién votamos, a quién elegimos, de qué lado nos inclinamos...? Claro, no hay respuestas escritas; pero sí podemos saber dónde están los hambrientos, los marginados, los que carecen de los medios indispensables, los sin papeles, los que no encuentran trabajo, los olvidados... También nuestra tierra está siendo agredida y de qué manera. Todo eso tenemos que llevarlo en nuestro corazón... Y así grito: "No estoy conforme"
Una vez más el lenguaje de Jesús de Nazaret nos descoloca. Dice el texto de Lucas:
He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!...
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división...
El orden que, con frecuencia, defendemos, es todavía un desorden. Porque no hemos logrado dar de comer a todos los hambrientos, ni garantizar sus derechos a toda persona, ni siquiera eliminar las guerras o destruir las armas nucleares..."
Texto del evangelio de Lucas (12, 49-53)
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