sábado, 19 de diciembre de 2015

Dichosa porque has creído

Domingo 20 de Diciembre de 2015

virgen-embarazada

Ya estamos en vísperas de Navidad. El texto de Lucas, al igual que todo lo que escribe en sus primeros capítulos es la expresión de la primera comunidad de seguidores que apenas si sabían cómo presentar a Jesús.

Pedro dirá que "pasó haciendo el bien y curando a todos los que estaban atormentados por el diablo".
En otras muchas ocasiones comentan los evangelistas lo que decía la gente: "Jesús habla con autoridad", "tiene poder sobre las cosas", su contacto tiene fuerza y cura... Es tan especial que lo ven transfigurado, como por encima de todo y tan cercano a Dios mismo...
¿Cómo describir y hacer conocer a Jesús a los nuevos seguidores del Maestro?
Aquellos hombres y mujeres echaron mano de su cultura y de sus escritos religiosos. 
Y Lucas nos ofrece unos capítulos llenos de emoción, de ternura y de profundidad.

Quizás nos hemos quedado anclados en esas imágenes y preferimos llenarnos de emoción, colmar nuestra sensibilidad por medio de esas imágenes: el encuentro de las dos mujeres embarazadas (María e Isabel), el nacimiento en Belén, el anuncio de los ángeles, los pastores que acuden al portal... Y perdemos de vista al Jesús humano y real: su vida, sus actos, su mensaje, su estilo y modo de vida.
Sin embargo, hay un detalle que me llama la atención. Lucas pone en boca de Isabel estas palabras: "Dichosa tú porque has creído..."  Resulta curioso porque eso mismo responderá Jesús cuando una mujer alaba a su madre y le dice: "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que mamaste..." A lo que el Maestro responde: "Dichosos más bien lo que hacen la voluntad de Dios..." Dichosa la madre de Jesús porque creyó, porque se fió, porque (a pesar de que parecía una locura) adoptó el estilo de vida de su hijo. Creyó...
Y no debió de ser fácil. Parecía que a Jesús no le importaba nada, sino la buena noticia del reino de Dios. Y eso estaba bien lejos de lo que se aprendía en las sinagogas. Un Dios tan tierno, al que le llama "abbá" (papá), que pone su vista en los últimos y más pequeños y despreciados, que no mide según los mandamientos y reglas de la religión, que presenta la vida como una fiesta de hermanos en la que los que menos tienen son los preferidos y pasan delante...
Luego vino el desastre final (acusado, juzgado y condenado), asesinado en la cruz...
Por encima de todo, María creyó. Aquella comunidad de seguidores creyó en la buena noticia. Y Lucas escribe todo eso con todos los adornos e imágenes que permitían entroncar con las grandes aspiraciones de un pueblo (al que pertenecían el Maestro, María y la mayor parte de aquellos primeros seguidores.
Pero que no se me olvide: Estamos hablando del Maestro, de su buena noticia, de su estilo de vida. Eso es lo que importa.


Texto del evangelio de Lucas 1, 39-45


domingo, 13 de diciembre de 2015

Repartir y compartir


Domingo 13 de Diciembre de 2015

El texto del evangelio de este fin de semana está tomado de Lucas. Es al principio de su presentación: Primero los capítulos del nacimiento de Jesús. Luego nos presenta a Juan el Bautista (precursor se la buena noticia). Ese resumen que hace con las preguntas que le hacen al Bautista y respuestas que da son como el centro y enfoque del camino a seguir.

Como comenta José Antonio Pagola: "El Bautista no les propone ritos religiosos ni tampoco normas ni preceptos. No se trata propiamente de hacer cosas ni de asumir deberes, sino de ser de otra manera, vivir de forma más humana, desplegar algo que está ya en nuestro corazón: el deseo de una vida más justa, digna y fraterna... Lo más decisivo y realista es abrir nuestro corazón a Dios mirando atentamente a las necesidades de los que sufren..."

José María del Castillo cuando habla del mensaje de Jesús, de su buena noticia, y de lo que implica la eucaristía, habla de la "comensalía". Una palabra que no usamos y que desconocemos. Significa "compartir la mesa". Repartir y compartir.
¿Que tenemos que hacer?
Tratamos de preparar la Navidad (el recuerdo del nacimiento de Jesús de Nazaret o su venida o su salvación) y, también nosotros, nos preguntamos: Qué tengo que hacer?
Al final llegamos a las palabras de Jesús: "Convertíos, cambiad de vida, vivid al estilo de Dios"... 
Tomo prestado, de nuevo, el comentario de José A. Pagola: "¿Qué podemos decir ante estas palabras quienes vivimos en un mundo donde más de un tercio de la humanidad vive en la miseria luchando cada día por sobrevivir, mientras nosotros seguimos llenando nuestros armarios con toda clase de túnicas y tenemos nuestros frigoríficos repletos de comida?..."

Al contemplar los muchos adornos navideños, las tiendas abarrotadas de regalos, de ropas y de juguetes... voy a tratar de recordar las palabras de Juan el Bautista: Repartir y compartir. Quiero que se afine mi conciencia y mi modo de pensar y de vivir. Así para centrarme en lo que es vital para tener acceso a la "buena noticia" del reino de Dios.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 3, 10-18


domingo, 6 de diciembre de 2015

Preparar el camino

Domingo 6 de Diciembre
2 Domingo de Adviento


Año tras año, siguiendo el ciclo que la iglesia nos propone, hacemos la preparación de las fiestas de Navidad teniendo como guía los textos del evangelio de Lucas. 
"Estad en vela" (el domingo pasado). "Preparad el camino" (nos indica hoy)... 
Reflexionando un poco sobre todo ello, me pregunto qué significado tiene para nosotros. ¿Más oración? ¿Más sacramentos? ¿Más limosnas? ¿Más actos de caridad?... Incluso Lucas señala, al presentar a Juan el Bautista, que "predicaba el bautismo de conversión para el perdón de los pecados..."
¿Es ésa la preparación? 
Lo hemos escuchado tantas veces que hemos terminado por centrar nuestra vida, como seguidores de Jesús, en la conversión de los pecados. Recibo el bautismo, me confieso, limpio mi alma y me salvo... Así, como una receta médica.
¿Ése es el proyecto de Jesús de Nazaret?
¿Se trata de la venida de Jesús o de la llegada del reino de Dios?
Toda la catequesis que hemos recibido, toda nuestra práctica religiosa, la venimos centrando en imágenes tiernas y emotivas (la presentación que ofrece Lucas del viaje a Belén, el nacimiento en un pesebre, los pastores, los ángeles...) que han terminado por desplazar el mensaje central de Jesús, de la buena noticia del reino de Dios...
¿Entonces qué es preparar el camino?
Me gusta repetir las palabras que nos enseñó Jesús en la oración del padrenuestro.
"Que venga a nosotros tu reino"...
Hace muchos años leía los comentarios de Joaquín Jeremías y desde entonces se me quedó grabado y es como un pensamiento profundo que me impulsa a seguir. Creo recordar que decía: En arameo todos esos verbos son verbos "activos"... Cuando reza "que venga tu reino" no significa que esperemos la llegada del mismo. Quiere decir más bien que me esfuerce para que llegue tu reino a mi vida, que trabaje duro para que se vaya haciendo realidad entre nosotros...
Esa manera de entenderlo me dio nueva vida. No sólo en estos días de preparación de la Navidad; sino como un modo nuevo de seguir a Jesús de Nazaret.
En estos días de campaña electoral, nos desbordan las diferentes propuestas de los partidos políticos. Sus planes, sus aspiraciones, sus propuestas, sus deseos de imponerse a los demás, de ganar, de alcanzar el poder... Y tenemos que votar, claro.
Preparad el camino. 
Que venga tu reino.
Hay alguno que tenga en cuenta a los de abajo? Qué piensan hacer para que haya más justicia, más fraternidad, más solidaridad? Quién nos ayudará a repartir y compartir?


Lectura del santo Evangelio según San Lucas 3, 1-16


Se acerca vuestra liberación

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