sábado, 25 de abril de 2015

Hablando en parábolas

Domingo 26 de Abril de 2015

Odres Nuevos Evangelio 26_de_abril_2015

Escucho, una vez más, la parábola del buen pastor. Ya me la sé de memoria. Cuántas veces la habré escuchado!

Quizás lo malo de nosotros es eso: que nos hemos acostumbrado y hemos perdido la frescura y el significado de las parábolas.
Nosotros, gentes de ciudad o de otra cultura, no tenemos en nuestra mente ni en nuestra sensibilidad la figura del "pastor", ni la figura de la "oveja"...Y, con eso, se nos fue toda la profundidad de las palabras del Maestro.
Nuestra torpeza nos ha llevado (guiados por los "ilustres doctores" de la iglesia) a tomar al pie de la letra las parábolas y, para más exageración, aplicarlas a otros seguidores de Jesús dándoles el papel de "pastores"... que, en más de una ocasión, se han convertido en "dueños y dominadores" de las ovejas llegando a ponerse "en el lugar mismo de Dios".
Jesús de Nazaret habría soltado una carcajada e incluso habría llegado a enfadarse como cuando la madre de dos discípulos le pidió que les diera los dos primeros puestos en su reino...
Hablando en parábolas.
¿Cómo hablar o explicar lo que nadie ha visto ni oído? ¿Como hablar del reino de Dios? ¿Cómo expresar la manera y estilo de Dios? 
Así son las parábolas: "Se parece el reino de Dios..." "Es semejante a..."
Y surgen las imágenes: el grano de trigo, el racimo de uva, el padre bueno, el pastor bueno, la levadura, el campo sembrado... Todas esas cosas que la gente veía siempre y entendía tan bien.
Y la madre que saca adelante a sus hijos. El viento que sopla y no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Y los lirios del campo o los pájaros...
El evangelio de Juan aplica la parábola del pastor bueno al mismo Jesús de Nazaret. Porque su vida entera y sus hechos fueron así: Como el pastor que cuida y se desvela por sus ovejas. Como la madre que lucha y pelea por sus hijos, por sacarlos adelante. Y los niños conocen bien a su mamá. Y saben de esa ternura "infinita" que alberga su corazón...
En la vida de Jesús aparece una constante: "curar, sanar, liberar..." Que tenga vida. Que sean felices. Que la persona es más importante que el sábado (la gran fiesta en honor de Dios)... Y si se trata de los pobres, los infelices, los marginados, los despreciados, los sin-papeles, los extranjeros sin documentos... Dice que son los preferidos de Dios!
Así era y así se comportaba como "el pastor bueno". Y así llegó hasta el final en que le arrebataron la vida colgándolo de la cruz, matándolo como a un renegado, revolucionario, blasfemo... Como a un esclavo.
A eso nos llama nuestro Maestro: a vivir como él. Nada de proclamarnos "pastores" o superiores a otras personas. No! Llamados a dar la vida, a entregarla poco a poco o de golpe; pero sí a convertirnos en granos de trigo (para formar el pan que da vida), o granos de uva (para formar el vino que alegra y consuela a los demás)...
Me quedo mirando y pensando en Jesús... Con qué sencillez nos empuja en esa dirección. A intentar vivir al estilo y manera del "reino de Dios"... ¿Cómo sería nuestra vida, nuestra sociedad y nuestro mundo si yo mismo comenzara a ser "pan y vino" para los demás...?

Texto del evangelio de Juan 10, 11-18


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