Domingo 27 de Abril de 2014
2º Domingo de Pascua.
Las palabras de Jesús en el texto del evangelio de este domingo: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así os envío yo"... Me han hecho pensar y reflexionar y entiendo que, una vez más, el mensaje se centra en la buena noticia: el reino de Dios, la misericordia y la compasión, la fraternidad y la solidaridad, un mundo nuevo y diferente que se base en nuestra relación más humana... De ahí la "comensalía" (= compartir la mesa y los bienes que tenemos) y la "copa de vino" (=dar la vida, la sangre misma, por los hermanos).
Y, al hacer eso, nos llega la paz. La paz más profunda y completa que es la vida de Dios mismo en nosotros.
Y cuando comenzamos a vivir de esa manera entendemos mejor la vivencia de la primera comunidad de seguidores de Jesús ("que eran asiduos en la fracción del pan... que vendían y compartían con los hermanos... y eran felices y daban gracias a Dios..."). Paz a vosotros! Como el Padre me ha enviado, así os envío yo...
Todos los que queremos seguir al Maestro, tenemos que sentirnos enviados. Es decir, tenemos que asumir el camino de Jesús y proclamar con nuestra vida y con nuestra actitud que el reino de Dios ha llegado, que nuestro modo de vivir hace entrever ese mundo tan soñado y deseado: una sociedad basada en la compasión, en la solidaridad, en lo más humano que pueda haber en las personas.
Ojalá podamos experimentar en nuestra vida esa paz profunda!
Texto del evangelio de Juan (20,19-31)
Y, al hacer eso, nos llega la paz. La paz más profunda y completa que es la vida de Dios mismo en nosotros.
Y cuando comenzamos a vivir de esa manera entendemos mejor la vivencia de la primera comunidad de seguidores de Jesús ("que eran asiduos en la fracción del pan... que vendían y compartían con los hermanos... y eran felices y daban gracias a Dios..."). Paz a vosotros! Como el Padre me ha enviado, así os envío yo...
Todos los que queremos seguir al Maestro, tenemos que sentirnos enviados. Es decir, tenemos que asumir el camino de Jesús y proclamar con nuestra vida y con nuestra actitud que el reino de Dios ha llegado, que nuestro modo de vivir hace entrever ese mundo tan soñado y deseado: una sociedad basada en la compasión, en la solidaridad, en lo más humano que pueda haber en las personas.
Ojalá podamos experimentar en nuestra vida esa paz profunda!
Texto del evangelio de Juan (20,19-31)
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