Domingo 9 de Febrero de 2014
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En la Eucaristía de este domingo he escuchado las reflexiones que nos hacía el sacerdote y, aunque resultan tan ortodoxas y seguidoras de las directrices de la jerarquía, se me hacen ajenas y lejanas.
"Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo..." y parece que nuestro cometido es ir pregonando y diciendo a los demás lo que tienen que hacer, cómo tienen que comportarse... Que vean nuestro ejemplo.
Trato de ponerme en primera fila delante del Maestro y lo que entiendo al escucharlo es que yo mismo tengo que tratar de ser "sal" en esta sociedad en la que vivo. Que mi vida dé sabor a lo que hago y a los que me rodean. Que mi vida sepa a Dios, a su vida, a su estilo... Y ahí entra la solidaridad, la compasión, la ternura, ver a las personas como Dios las mira. Y con eso de ser la "luz" pasa lo mismo. No entiendo que yo voy a ser la luz que ilumina a los demás; sino que mi vida tenga luz, que no ande en tinieblas como los que no tienen esperanza o los que sólo piensan en los negocios, en el dinero, en los beneficios o en el poder...
Muchas veces me pregunto si de verdad me fío de Dios, si tengo esperanza y creo en un mundo más humano y solidario... Sobre todo viendo lo que ocurre en este mundo nuestro: desahucios, tantas personas sin trabajo, sin alimentos, sin casa... Y los inmigrantes africanos que arriesgan su vida buscando algo más humano... Ser sal y luz de nuestro mundo. Amén
Texto del evangelio de Mateo (5,13-16)
"Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo..." y parece que nuestro cometido es ir pregonando y diciendo a los demás lo que tienen que hacer, cómo tienen que comportarse... Que vean nuestro ejemplo.
Trato de ponerme en primera fila delante del Maestro y lo que entiendo al escucharlo es que yo mismo tengo que tratar de ser "sal" en esta sociedad en la que vivo. Que mi vida dé sabor a lo que hago y a los que me rodean. Que mi vida sepa a Dios, a su vida, a su estilo... Y ahí entra la solidaridad, la compasión, la ternura, ver a las personas como Dios las mira. Y con eso de ser la "luz" pasa lo mismo. No entiendo que yo voy a ser la luz que ilumina a los demás; sino que mi vida tenga luz, que no ande en tinieblas como los que no tienen esperanza o los que sólo piensan en los negocios, en el dinero, en los beneficios o en el poder...
Muchas veces me pregunto si de verdad me fío de Dios, si tengo esperanza y creo en un mundo más humano y solidario... Sobre todo viendo lo que ocurre en este mundo nuestro: desahucios, tantas personas sin trabajo, sin alimentos, sin casa... Y los inmigrantes africanos que arriesgan su vida buscando algo más humano... Ser sal y luz de nuestro mundo. Amén
Texto del evangelio de Mateo (5,13-16)
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