Domingo 12 de Enero de 2014
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Las primeras comunidades o grupos de seguidores de Jesús al recordar a Jesús de Nazaret entendieron y vivieron esa experiencia como la manifestación más cercana de Dios, nuestro padre. Su manera de actuar, sus palabras, su estilo tenía que ser el de Dios mismo.
Las imágenes que utilizan están tomadas de sus libros más sagrados (los profetas). Era difícil de explicar. Se trataba de algo que sobrepasaba su experiencia.
Así se nos ha transmitido. Y hoy en día, dos mil años después, en nuestras celebraciones y eucaristías, repetimos las mismas expresiones... Sólo que son imágenes que no nos dicen nada: "Se abre el cielo", "el espíritu en forma de paloma", "la voz del cielo"...
Creo que la mejor forma de acercarnos a la experiencia de los primeros seguidores de Jesús es la de tomar su mismo camino, su manera de vivir... "cumplir todo lo que Dios quiere". Porque lo que importa no es si se oyó la voz del cielo, o si bajó una paloma, sino la Buena Noticia que Jesús va a hacer resonar, esa buena noticia de liberación, de compasión con los débiles y oprimidos; la buena noticia de un Dios al que le importa la vida de todos los hombres y mujeres. Compasión, ternura, bondad, felicidad... pero para todos. Y cuando experimentamos que alguien nos muestra ese camino, sentimos que Dios mismo se manifiesta. Entiendo que cuando me dejo iluminar por el estilo de Jesús de Nazaret, es entonces que me resulta claro que él es el hijo de Dios que me muestra el camino. La diferencia está en dejarse iluminar, en aceptar vivir como él, en hacer de la buena noticia un estilo de vida. Porque no se trata de creer o no creer eso del cielo que se abre, de la paloma que baja, sino de cumplir "eso que Dios quiere".
Texto del evangelio de Mateo (3,13-17)
Las imágenes que utilizan están tomadas de sus libros más sagrados (los profetas). Era difícil de explicar. Se trataba de algo que sobrepasaba su experiencia.
Así se nos ha transmitido. Y hoy en día, dos mil años después, en nuestras celebraciones y eucaristías, repetimos las mismas expresiones... Sólo que son imágenes que no nos dicen nada: "Se abre el cielo", "el espíritu en forma de paloma", "la voz del cielo"...
Creo que la mejor forma de acercarnos a la experiencia de los primeros seguidores de Jesús es la de tomar su mismo camino, su manera de vivir... "cumplir todo lo que Dios quiere". Porque lo que importa no es si se oyó la voz del cielo, o si bajó una paloma, sino la Buena Noticia que Jesús va a hacer resonar, esa buena noticia de liberación, de compasión con los débiles y oprimidos; la buena noticia de un Dios al que le importa la vida de todos los hombres y mujeres. Compasión, ternura, bondad, felicidad... pero para todos. Y cuando experimentamos que alguien nos muestra ese camino, sentimos que Dios mismo se manifiesta. Entiendo que cuando me dejo iluminar por el estilo de Jesús de Nazaret, es entonces que me resulta claro que él es el hijo de Dios que me muestra el camino. La diferencia está en dejarse iluminar, en aceptar vivir como él, en hacer de la buena noticia un estilo de vida. Porque no se trata de creer o no creer eso del cielo que se abre, de la paloma que baja, sino de cumplir "eso que Dios quiere".
Texto del evangelio de Mateo (3,13-17)
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