domingo, 26 de enero de 2014

Pescadores de hombres

Domingo 26 de Enero de 2014

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"El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.»
Evangelio 26 enero 2014 colorDos palabras y dos mensajes que, frecuentemente, hemos escuchado y comentado de manera tan religiosa y piadosa que terminaban por no decir nada. Totalmente desenfocados, por no decir fuera del tiempo.
Nuestra sociedad, nuestro mundo, experimenta la falta de luz, las sombras de muerte... Las noticias, los comentarios, las presentaciones, las películas, un día sí y otro también hacen desfilar delante de nosotros imágenes de violencia, de opresión, de marginación, de muerte y delincuencia que hacen que el panorama de nuestras vidas se vaya quedando sin luz, sin esperanza. Es como si, metidos en un círculo vicioso, nosotros (al igual que nuestros antepasados) estuviéramos condenados a ello.
Para romper esa tendencia, ese círculo vicioso, nos llega la palabra y estilo de vida de Jesús de Nazaret. Como comenta José Ant. Pagola: "El primer escritor que recogió la actuación y el mensaje de Jesús lo resumió todo diciendo que Jesús proclamaba la “Buena Noticia de Dios”. Más tarde, los demás evangelistas emplean el mismo término griego (euanggelion) y expresan la misma convicción: en el Dios anunciado por Jesús las gentes encontraban algo “nuevo” y “bueno”.
Es la esperanza de que podemos salir de ese modo de ver y vivir, que es posible otra sociedad, otro mundo...
La otra palabra o mensaje: Convertirnos en "pescadores de hombres".
Es una lástima que, tal como se explicaba antiguamente, todavía se comente y se aplique como un llamamiento a los que se hacen clérigos o monjes. Además creo que se entendía como que había que "pescar" a los hombres para llevarlos a la iglesia, a la religión... incluso al cielo.
A mí me parece que no ése el llamamiento que hizo Jesús a Pedro, a Andrés, a Santiago o a Juan.
Entonces y ahora seguimos teniendo a muchos hombres y mujeres que habitan en las tinieblas, en las sombras de la muerte... Son esos grandes males que hacen que la gente que vaya ahogando y vivan como zombis, cuerpos sin vida, que se arrastran sin esperanza, sin ánimo y sin ganas de nada.
"Pescadores de hombres", convertirnos en pequeñas tablas de salvación, en flotadores de vida, de esperanza, de nuevo aliento y nueva vida. 
Entiendo que ésa tiene que ser la gran preocupación de los seguidores del Maestro. Y nuestro encuentro semanal debe servirnos para recargar esperanza y coger nuevo aliento... El verdadero aliento o espíritu de Dios.
Texto del evangelio de Mateo (4,12-23)

domingo, 19 de enero de 2014

He contemplado el Espíritu

Domingo 19 de Enero de 2014

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Ciertamente el texto del evangelio de Juan, al igual que los otros tres, tienen expresiones y maneras de presentar que difícilmente podemos entender ahora. El "cordero de Dios", el espíritu que baja en forma de "paloma", incluso lo de "bautizar" sacado del contexto religioso... Por eso tenemos el peligro de perdernos en explicaciones que se convierten en clases de religión; pero alejadas de nuestra vida y que no tienen significado alguno.
Para aquellos hombres y mujeres que siguieron a Jesús de Nazaret, que echaron mano de las palabras y ejemplos de su cultura y de su educación, todo lo que estaban viendo y oyendo supuso algo tan novedoso, tan lleno de esperanza e ilusión que tenía que venir de Dios, que era como la mano misma de Dios, su espíritu, su aliento, su vida misma. Jesús con su vida, con sus palabras, con su estilo era el hijo mismo de Dios.
Hoy repetimos las mismas palabras; pero creo que nos falta la vivencia y la experiencia suya. Nos hemos quedado con las palabras, pero sin la densidad y profundidad que tenían para ellos.
En palabras de Juan, dice que ha visto el espíritu santo, el espíritu de Dios, su aliento, posarse sobre Jesús de Nazaret...
Me hace  recordar la respuesta que dio Jesús mismo: Id y decidle a Juan lo que habéis visto y oído. Los ciegos ven, los cojos anda, los leprosos quedan curados y los pobres reciben la buena noticia... ¿No será, precisamente eso, el espíritu de Dios? El aliento que movía a Jesús, lo que animaba su vida, lo que centraba todo lo que hacía y decía... Es que resulta que se convierte en el motivo, en el estribillo de todo lo que anuncia y vive: La Gran Noticia de la que da testimonio, la que le va a llevar hasta el final, hasta su propia muerte en la cruz.
O sea que lo importante no es lo del cordero de Dios, lo de la paloma que baja y se posa sobre él. Es su manera de vivir y respirar, su sentido de humanidad, de compasión y ternura. Precisamente el espíritu, el aliento que le falta a nuestro mundo y a nuestra sociedad. Es que lo de Jesús de Nazaret es una verdadera locura. Eso de poner como lo más importante, el centro, lo único que importa a las personas... ¿quién se lo cree? Y sin embargo así es. Ve a los humildes, a los más débiles, a los olvidados, a los marginados de todo tipo, como los primeros, como los preferidos de Dios. Nada, que te pones a decir eso y lo menos que te van a contestar es que eres un tonto, que no entiendes nada...
Es igual. Ése es el espíritu de Dios. Eso de espíritu quiere decir el "aliento", su manera de respirar... Entonces siempre que vea un modo de vivir y de actuar así, comprenderé que por ahí anda Dios. No tengo más que seguirlo y hacer lo mismo. Amén
Texto del evangelio de Juan (1,29-34)

domingo, 12 de enero de 2014

Cumplir todo lo que Dios quiere

Domingo 12 de Enero de 2014

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Las primeras comunidades o grupos de seguidores de Jesús al recordar a Jesús de Nazaret entendieron y vivieron esa experiencia como la manifestación más cercana de Dios, nuestro padre. Su manera de actuar, sus palabras, su estilo tenía que ser el de Dios mismo.
Las imágenes que utilizan están tomadas de sus libros más sagrados (los profetas). Era difícil de explicar. Se trataba de algo que sobrepasaba su experiencia.
Así se nos ha transmitido. Y hoy en día, dos mil años después, en nuestras celebraciones y eucaristías, repetimos las mismas expresiones... Sólo que son imágenes que no nos dicen nada: "Se abre el cielo", "el espíritu en forma de paloma", "la voz del cielo"...
Creo que la mejor forma de acercarnos a la experiencia de los primeros seguidores de Jesús es la de tomar su mismo camino, su manera de vivir... "cumplir todo lo que Dios quiere". Porque lo que importa no es si se oyó la voz del cielo, o si bajó una paloma, sino la Buena Noticia que Jesús va a hacer resonar, esa buena noticia de liberación, de compasión con los débiles y oprimidos; la buena noticia de un Dios al que le importa la vida de todos los hombres y mujeres. Compasión, ternura, bondad, felicidad... pero para todos. Y cuando experimentamos que alguien nos muestra ese camino, sentimos que Dios mismo se manifiesta. Entiendo que cuando me dejo iluminar por el estilo de Jesús de Nazaret, es entonces que me resulta claro que él es el hijo de Dios que me muestra el camino. La diferencia está en dejarse iluminar, en aceptar vivir como él, en hacer de la buena noticia un estilo de vida. Porque no se trata de creer o no creer eso del cielo que se abre, de la paloma que baja, sino de cumplir "eso que Dios quiere".

Texto del evangelio de Mateo (3,13-17)

domingo, 5 de enero de 2014

A Dios nadie lo ha visto

Domingo 5 de Enero de 2014

CC
Cuando Juan hace esa afirmación, nos parece evidente y razonable. Nadie, ningún hombre, ningún sabio, doctor, sacerdote, obispo o papa. Y sin embargo llegamos a hablar de Dios como si lo conociéramos de toda la vida. Afirmamos y aseguramos cosas hasta convertirlas en eso que llaman "dogma de fe", algo que hay que creer con los ojos cerrados. 
Al pensar en todo esto esta mañana de domingo siento que nos hemos alejado tanto de la Buena Noticia de Jesús de Nazaret. El lenguaje del evangelio es sencillo y llano y mediante cuentos y parábolas nos dice el estilo y manera de Dios, algo tan profundo y tan vivido por él mismo que nos hace entrever cómo debe ser... El padre bondadoso del hijo pródigo, el dueño de la viña que contrata a última hora, el pastor que busca la oveja perdida, la mujer que busca la moneda... y tantos otras comparaciones.
Y aunque como dice "nadie lo ha visto", nos da otra pista: ..."se hizo carne y acampó entre nosotros". Quizás hemos centrado toda nuestra atención en el niño de Belén, en las fiestas de Navidad, en las representaciones y hemos olvidado las indicaciones que nos da Jesús mismo.
Porque no se trata de honrar, venerar y adorar a Jesús de Nazaret cuando nace; sino de vivir a su manera y estilo. Me creo que nos hemos quedado mirando al niño, nos enamoramos de él y olvidamos a los hermanos. Por eso nos encontramos con que las iglesias cristianas celebran estas fiestas al tiempo que nuestro mundo y nuestra sociedad sigue movida por los hilos del capitalismo y del consumo como si no tuviera nada que ver una cosa con la otra.
Entiendo que Dios acampa entre nosotros, carne de nuestra carne, y tenemos que descubrirlo y sólo podremos hacerlo si nos llenamos de ternura y compasión incluso hacia aquellos que nos hacen daño, hacia aquellos que nos oprimen con sus leyes, con sus imposiciones, con sus abusos y violencias... A ver si soy capaz de mirar y de actuar al estilo y manera de Dios.

Texto del evangelio de Juan (1,1-18)

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