sábado, 18 de mayo de 2013

Recibid el Espíritu


19 de mayo 2013 - Pentecostés
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
En esta celebración de Pentecostés me llaman la atención estas palabras que Juan pone en boca de Jesús: "...así os envío yo". Es recibir de Jesús el testigo. Lo que él vivió como una urgencia: comunicar la llegada del reino de Dios, que podemos y debemos cambiar para que se haga realidad en mí y en todos nosotros el mundo nuevo a la medida de Dios, nuestro padre.
Ahora está en mis manos y lo más importante en mi vida es eso: el reino de Dios. Es como decir que pienso, organizo y programo mi vida en función de esa gran aspiración.
Hay muchas personas que llevan dentro toda una programación deportiva, económica, financiera, política o simplemente de hacer más y más cosas...
Así os envío yo... como el padre me ha enviado. Jesús vivió esa misión como algo vital. El tesoro encontrado, la perla preciosa, la gran fiesta, la alegría que llenaba su corazón... También era su escala de valores.

La otra palabra que me hace reflexionar hoy es ésta: "Recibid el espíritu santo; a quienes perdonéis... serán perdonados..."
Ante todo, como comenta José Antonio Pagola, "el espíritu santo de Dios no es propiedad de la iglesia. No pertenece en exclusiva a las religiones..."
Hoy nos toca a todos invocar y llamar a nuestro padre para que nos mande ese espíritu (ese aliento) suyo para su reino llegue a nosotros, a nuestra sociedad, a nuestro mundo.
"Nos hemos acostumbrado a vivir en un mundo ensangrentado por las guerras. Despierta en nosotros el respeto a todo ser humano. Haznos constructores de paz".
"Atrapados por un sistema que nos impide caminar juntos hacia un mundo más humano. Los poderosos son cada vez más ricos, los débiles cada vez más pobres... Haznos responsables y solidarios"...
"Una minoría disfrutamos de un bienestar que nos está deshumanizando cada vez más. Una inmensa mayoría muere de hambre, miseria y desnutrición. Entre nosotros crece la desigualdad y la exclusión social... Enséñanos a defender siempre a los últimos..."
Hoy pido a Dios, nuestro padre, que nos mande su espíritu, su aliento, para que sepamos llevar el testigo y hacer realidad el mundo nuevo que deseas para nosotros.
Que sepa perdonar tanto pecado... para que se borre tanto dolor, tanta miseria, tanta injusticia, tanto miedo y tanto temor. Que su aliento y su manera de vivir no permita que me atrape el mal de nuestro sistema. Amén.

(Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23)

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