sábado, 25 de febrero de 2012

Está cerca el reino de Dios


26 de febrero 2012 - 1º domingo de Cuaresma
"Convertíos y creed en el evangelio"
Es como el resumen de lo que Jesús de Nazaret quiso comunicar.
Es la buena noticia.
Ahora, al menos para nosotros que llevamos tantos años en la iglesia, todo esto nos suena a "sabido", a palabras huecas sin mucho sentido, a enseñanza y predicación de gentes del oficio (sacerdotes, monjas, catequistas...).
Sabemos de memoria lo de las tentaciones en el desierto con sus escenas casi cinematográficas, las propuestas del diablo y las respuestas de Jesús... Nos hicieron ver a un superhombre agudo e inteligente que vence cualquier tentación, que supera toda dificultad.
La "buena noticia", por otra parte, se ha ido difuminando y se ha convertido finalmente en un texto, en un libro, en algo que se lee o no se lee, se escucha o no se le hace caso...
Sin embargo, lo que Marcos y los otros hombres que escribieron sobre Jesús de Nazaret quería expresar precisamente el impacto que les había causado. Era la gran noticia, la buena, buenísima noticia: "El reino de Dios está cerca".
Las gentes del pueblo judío estaba empapados de esa espera y esperanza: Dios venía, su reino se haría realidad. Tenían esperanza.
Hoy, casi a nivel mundial, hemos cambiado de antena y emisora. Y las buenas noticias van mezcladas de "mercados, bancos, empresas, riquezas y posesiones, dominio y control..." Y malas noticias hay tantas que nos da miedo abrir los ojos: Pueblos hambrientos, millones de personas que mueren de enfermedad, de pura necesidad... Y hombres y mujeres que emigran buscando un medio de vida y se ven rechazados a la vista de ese mundo rico y que siempre quiere más, nunca se contenta con nada.
Cuando Jesús les grita: "El reino de Dios está cerca" está hablando de eso. Su mundo no era mejor que el nuestro. La miseria, la esclavitud, la violencia, la degradación, el abandono y el desprecio... estaban allí presentes. La pobreza de aquellas gentes Jesús la estaba tocando. Pero les dijo bien fuerte: El reino de Dios está cerca!
Y si desmenuzamos y tratamos de averiguar lo que Jesús quería decir, nos quedaremos con la boca abierta. O bien le diremos: Tú estás loco. Eso es pura utopía. Es imposible...
Porque Jesús de Nazaret nos habla de un mundo solidario y fraterno, un mundo de justicia, un mundo libre de violencia, un mundo que se rige por el amor y la ternura, la compasión y la atención al hermano...
-¿Qué tenemos que hacer? Sería la pregunta lógica.
-Convertíos! y creed esta buena noticia.
Ahí está mi primer paso. Convertirme, cambiar, empezar a poner compasión y misericordia en mi mirada y en mi vida.
No voy a esperar que los bancos o los mercados cambien. Tampoco voy a esperar las consignas de nuestros políticos ni las opiniones de tantos expertos y asesores... Todos ellos buscan y sirven a otro señor. Y el reino que tratan de construir no es precisamente "el reino de Dios".
Es mi vida. Yo mismo. Y mi cambio y conversión van unidos a mi manera de ver y convivir.
Cuando decimos que "otro mundo es posible", estamos diciendo que "el reino de Dios" se puede ir haciendo realidad en nuestras vidas. Lo más probable es que ahora mismo seamos como el grano de sal o el gramo de levadura...; pero aunque son tan pequeños, a su lado todo cambia. Nuestra casa, nuestros vecinos, nuestro barrio... nuestro mundo va adquiriendo otro sabor.
Y a mí eso me llena de ánimo y esperanza. Es como empezar a sentir que el reino de Dios está cerca de verdad.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,12-15):
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

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