22 de mayo 2011 - 5º domingo de Pascua
"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida"
"Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras..."
La lectura de hoy, del evangelio de Juan, traduce bien las entendederas de aquellos hombres y mujeres que seguían a Jesús de Nazaret... También la dificultad captar el sentido profundo del mensaje de Jesús.
Y Juan es, también, el que escribirá en su primera carta aquello de: "A Dios nadie le ha visto... si amamos a los hermanos (a los hombres y mujeres que nos rodean) Dios está en nosotros... En esto reconocemos que vivimos en El y Él en nosotros: en que nos ha dado su espíritu (su manera de hacer y de vivir)..."
Hay una insistencia grandísima en toda la carta de Juan. La manera de vivir nuestra humanidad (nuestro ser hombre-mujer) desde abajo, desde los más humildes y desfavorecidos, pendientes de compartir, de la justicia, de la fraternidad por encima de todo. Y a ese estilo -manera de vivir de Jesús de Nazaret- que muestra a lo largo de toda su vida y que intenta transmitir a aquellos hombres y mujeres que vieron en él algo diferente que les llegaba al corazón.
Y Jesús nos muestra que ésa es la manera de Dios, que sólo obrando así nos parecemos a Dios (ver todas las parábolas), que eso es lo importante. Es decir, que la persona (hombre-mujer) está por encima de la religión, de los ritos y ceremonias, de sacramentos e instituciones. Y que sólo si centramos nuestra vida en ese estilo de vida encontraremos a Dios, habremos captado el mensaje...
Y como veo que andamos tan lejos de vivir ese mensaje de Jesús, me temo que nosotros hacemos las mismas preguntas: "-Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?"...
Y la respuesta de Jesús: "Yo soy el camino..." Aunque Jesús no dijera textualmente esas palabras, da igual. Juan y aquellos hombres y mujeres sí llegaron a comprender que la verdadera manera de ir a Dios, al padre, era lo que Juan traduce en su carta: Amar... "En eso conocemos que amamos a Dios, en que nos amamos unos a otros". Y mira que lo repite veces.
Quizás lo que nos equivoca es que todas estas palabras de Jesús (y de Juan) las hemos llevado al terreno espiritual, las hemos metido en la iglesia, en los actos religiosos y de piedad. Hemos limitado el amor. Lo hemos hecho utópico y elevado. Y hemos olvidado a los hombres y mujeres de carne y hueso, a los que sufren, a los débiles y necesitados, a los olvidados, a los despreciados, a los que mueren de hambre...
Y lo fuerte es que ése es el camino. Jesús dirá aquello de "dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo, etc..." Ése es el camino. Así actuó Jesús de Nazaret. Él es el camino que nos mostró.
También, como Felipe, somos capaces de decirle a Jesús: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta"...
Cuántas veces apelamos a eso: Amar a Dios, conocer a Dios, ir a la casa de Dios, adorar a Dios... y un montón de fórmulas más. Y nuestro lenguaje se llena de palabras que se elevan y se elevan...
Y la respuesta de Jesús: "Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre..." Así de claro.
Sólo que la iglesia como institución, muchísimos sacerdotes como promotores y promulgadores de doctrina, lo ponen a ese nivel espiritual en el que Jesús es Dios, nos enseña como Dios, aparece como hombre; pero es Dios... y entonces se predica que, claro, sólo Él es el camino y la verdad y la vida... Y se nos queda tan lejos, tan elevado, que ya sólo nos queda adorar, reverenciar, hacer actos de fe...
Como que, visto y oído lo que dice Jesús, deberíamos tener claro que cuando amamos a los hermanos... conocemos el camino hacia el padre Dios, que cuando vivimos nuestra humanidad compartiendo, siendo justos, apoyando al más débil... entonces Dios está en nosotros y nosotros en Él.
Nada espiritual, nada religioso, nada de adorar y reverenciar, nada de actos piadosos y oraciones... Casi parece un sacrilegio, verdad? Pero es que el amor a los hermanos (hombres-mujeres) es muy carnal, muy de a pie, que tiene que ver con lo que viven y lo que les pasa...
"Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras..."
Eso mismo. A ver si consigo avanzar en esa línea.
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