10 de abril 2011 - 5º domingo Cuaresma
-"Si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano..."
-"Tu hermano resucitará"
-"Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?"
Una narración bien larga y con muchos detalles que pueden iluminar nuestro caminar tras las huellas de Jesús de Nazaret.
No quiero olvidar que el evangelio, todas las narraciones del evangelio están escritas desde la fe. No son narraciones históricas, tal como las entendemos hoy en día. Por eso, no vale la pena ponerse a aclarar cómo ocurrió, qué fue lo que pasó exactamente... El que escribe el evangelio, en este caso Juan, nos está diciendo lo que es para él Jesús, su convencimiento, lo que le da ánimo y esperanza desde que decidió seguirle.
La realidad de todos los días nos presenta continuamente el final de nuestra vida, la muerte. Acompañamos a familiares y amigos en ese momento duro y trágico que nos hace llorar (como las hermanas de Lázaro y Jesús mismo) y que, probablemente, también podemos añadir: "Si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano..."
Entonces, al escuchar el evangelio de hoy, entiendo que lo importante no es el acontecimiento real o histórico, sino el convencimiento de que si acepto seguir a Jesús y vivir a su manera, aunque muera viviré.
Cómo? De qué manera? Dónde?
Eso no lo sé, ni creo que haya nadie que lo sepa. Hasta Jesús de Nazaret llegó a decir que, con referencia a algunas cosas, sólo Dios lo sabe.
Por otra parte, cuando escucho decir Jesús nos garantiza la resurrección a todos los que le seguimos y creemos en él. Que él es nuestra esperanza. Que como hemos sido bautizados, resucitaremos... Cuando escucho esa manera de hablar, me siento confuso y me parece que hay algo que se interpreta mal.
Porque qué ocurre con todos los millones y millones de personas que no han conocido a Jesús? Qué pasa con tantísima gente que no han sido bautizados, ni han recibido sacramento alguno, ni han seguido las normas y mandamientos de la iglesia? Y de todos ellos, los explotados, los que se han visto empobrecidos, despreciados, abandonados... y han tenido una vida inhumana, destrozada, arrebatada por otras personas que han acaparado la riqueza, el bienestar, los bienes de esta tierra... incluso dando gracias a Dios porque se lo ha dado a ellas.
Ellos no tendrán derecho a una vida más humana? Ellos no resucitarán? Ellos no alcanzarán nunca una vida mejor?
Cómo cabe todo eso en el plan de Dios? Si Dios, y así nos lo dice Jesús de Nazaret continuamente, quiere la vida y la vida para todos, el mensaje que nos llega en esta narración tiene que tener un sentido más profundo que, además, afecta a todas las personas. Jesús, verdadera humanización de Dios, se hizo tan humano que se colocó en el último escalón para coincidir con el nivel de todas las personas (aquellas a las que ya sólo les queda eso: que son hombres y mujeres, su humanidad), aquel en el que no tienen nada, ni bienes, ni comodidad, ni riqueza, ni poder, ni estudios... Y nos señaló ese lugar como punto de encuentro especial. Que ahí encontramos a Dios se ha hecho carne...
Entonces si seguimos su camino y su estilo de vivir, aunque muramos, viviremos.
Y siento que me dice: "Crees tú esto?"
Al decir que sí estoy diciendo que acepto su manera de ver y de vivir. No se trata de una idea o de una noticia o de una información... sino de un estilo de vida.
Entonces, aunque no entiendo nada, aunque no sepa cómo puede ser, ni en qué puede consistir, creo que comienzo a entender que siguiendo ese camino me estoy poniendo en la línea que a Dios le gusta, una humanización cada vez mayor que me llevará hasta él mismo.
Así trato de asumir la palabra de Jesús:"...el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre".
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