miércoles, 25 de agosto de 2010

Hay últimos que serán primeros


22 agosto 2010 - 21º domingo tiempo ordinario
-Entrar por la puerta estrecha

A lo largo de mi vida he escuchado comentarios sobre esta palabra de Jesús: "entrad por la puerta estrecha" y siempre parecía que lo que hacía falta era hacer penitencia, privarse de cosas, ofrecer sacrificios a Dios... Algo así como hacerse sufrir y evitar las facilidades. Evitar el camino ancho y cómodo tomando una senda de montaña dura y escarpada...
Y quizás, en cierto sentido, tenían razón; pero me creo que tiene más que ver con el estilo de vida y las motivaciones que tenemos.
Si lo que Jesús nos repite una y otra vez es que lo importante es el Reino, sus palabras siempre irán referidas al mismo.
Y puede que hayamos puesto nuestra seguridad y salvación en cosas que no implican aceptar y vivir al estilo de Dios. Y dice Jesús que habrá muchos que comenzarán a decir: "Hemos comido contigo y has enseñado en nuestra plazas..."
Jesús, nuestro Maestro, utiliza ese lenguaje en forma de cuentos y parábolas y, a lo mejor, estamos pensado que se refería a los fariseos, a los judíos que no le hacían caso... Pero creo que eso que dice es para nosotros también. Y podemos pensar que por eso de estar bautizados y de ir a misa ya cumplimos con los requisitos del Reino de dios: "Hemos comido contigo..., has enseñado en nuestras plazas o en nuestras iglesias..."
Y nos advierte que dios mismo no está diciendo: "No sé quiénes sois".
Nos parece una barbaridad, verdad? Porque creyendo estar entre los primeros, a lo mejor nos encontramos entre los últimos. Y pasarán delante gentes de Asia y África que, sin tantas ceremonias y prácticas de piedad, sin tantas teorías sobre Dios "se sentarán a la mesa en el Reino de Dios".
Y tenemos que volver nuestra mirada a las señales que nos da Jesús: Hacer de nuestro mundo y nuestro entorno un mundo más justo, más humano y más fraterno. Esforzarnos para que la "salvación" llegue a todos. Y cuando decimos salvación nos referimos a las personas (no estamos hablando de las almas como de algo que está por encima de este mundo).
Naturalmente, los más necesitados son esos que, en nuestro mundo, están en último lugar: pobres, desamparados, inmigrantes, ancianos abandonados, los despreciados, los dejados de lado... Tal vez sea ésta la "puerta estrecha". Y esos últimos de nuestro mundo sean esos primeros en la mesa del Reino de Dios. Esa puerta estrecha es como la entrada de servicio, la de los criados y sirvientes, la de los pobres y menesterosos...
Entonces nuestra conversión y cambio tiene mucho que ver con nuestro mundo. De modo que podríamos decir que para acceder a la mesa del Reino tenemos que aprender a ver a todos esos últimos e implicarnos para que les llegue a ellos la salvación, una vida mejor y más humana... Es entonces cuando estaremos entrando por la puerta estrecha de los pobres.
Y es que, hablando en lenguaje humano, lo que a Dios le molesta más es una sociedad como la nuestra en la que millones de personas se mueren de hambre, unos pocos disponen de muchos medios y riquezas mientras muchísimos carecen de lo más elemental... U parece que le preocupa menos si hemos rezado mucho, si recibimos todos los sacramentos o escuchamos las palabras escritas en los evangelios... Si no nos esforzamos para que llegue el Reino de Dios, nos dirá: "No sé quiénes sois".
Así pues, después de reflexionar sobre esa palabra de Jesús, pido a Dios, nuestro padre, que me haga ver claro y me ayude en ese empeño para que llegue su Reino en mi casa, en mi entorno, en mi mundo. Amén

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