viernes, 7 de abril de 2023

La Humanidad de Jesús

La Divinidad de Jesús

7 de abril 2023
Viernes Santo

Hay tantísimas maneras de vivir la Semana Santa que no es fácil decir cuál de ellas es la mejor o la que conviene...
Hoy, día de Viernes Santo, dentro de la comunidad cristiana se suele centrar, ante todo, en una contemplación del juicio, condena y ejecución de Jesús de Nazaret. En algunas poblaciones, incluso, hacen teatro de ello. Las explicaciones y comentarios tienden a ser de compasión, de conmoción y arrepentimiento... Debido, sobre todo, a esa tradición que la Iglesia ha venido pregonando casi desde el inicio de la misma: "...Jesús murió por nosotros, por nuestros pecados..."
Ante una afirmación parecida y escuchando el relato de la Pasión y Muerte de Jesús te entra esa cosa: pena, arrepentimiento, deseos de conversión.
Y todo eso está muy bien; pero creo que no se enfoca adecuadamente.
Al igual que ayer, paso a recoger el comentario que ofrece Fray Marcos:
"La celebración ayer de la última cena, la celebración hoy de la muerte y la celebración mañana de la resurrección, son tres aspectos de una misma realidad: La plenitud de un ser humano que llegó a identificarse con Dios que es Amor. Este es el punto de partida para que cualquier ser humano pueda desarrollar su verdadera humanidad. Pero la meta a la que llegó Jesús y a la que tenemos que llegar nosotros es el amor. El amor es lo más dinámico que podemos imaginar, porque es el motor de toda acción humana."
"El recuerdo puramente litúrgico de la muerte de Jesús, sin un compromiso de mantener en nuestra vida sus mismas actitudes, es un folclore vacío de contenido. Otro peligro que nos acecha en esta celebración es caer en la sensiblería. Tal vez no podamos sustraernos a los sentimientos ante la descripción de una muerte tan brutal. El peligro estaría en quedarnos ahí y no tratar de vivir lo que estamos celebrando."
"No podemos presentar la muerte de Jesús como el colmo del sufri­miento. La vida de Jesús se desarrolló con relativa normalidad y con una cierta comodidad. Los sufrimientos duraron solo unas horas. Millones de personas, antes y después de Jesús, han sufrido mucho más en cantidad y en intensidad. No podemos seguir hablando de sus sufrimientos como si fueran los únicos. Fue una muerte cruel, sin duda, pero no podemos presen­tarla como el paradigma del dolor humano. El valor de la muerte de Jesús no está en el dolor, sino en su actitud de fidelidad absoluta a sí mismo y a Dios."
"Debemos superar la idea de que “murió por nuestros pecados”. El autor de la carta a los hebreos, (que seguramente no es de Pablo) lo que intenta es hacer ver a los judíos, que ya no tenía sentido el repetir los sacrificios que habían sido la base de su culto, porque ya estaba cumplida en Jesús toda la labor de mediación. Esta idea es posible, solo desde la perspectiva del Dios del AT que exige el pago por nuestros pecados. Este Dios no tiene nada que ver con el Dios de Jesús, que nos ama a todos siempre e infinita­mente."
¿Por qué le mataron? ¿Por qué murió? Si no hacemos esta distinción, entraremos en un callejón sin salida. Le mataron porque el Dios que él predicó no coincidía con la idea que los judíos tenían de YAHVE. El Dios de Jesús no es el soberano que quiere ser servido, sino Amor absoluto que se pone al servicio del hombre. Esta idea de Dios es demoledora para todos aquellos que pretenden utilizarlo como instrumento de dominio. Ningún poder puede aceptar ese Dios, porque no es manipulable ni se puede utilizar en provecho propio. Esta idea de Dios es la que no pudieron aceptar los jefes religiosos judíos. Este Dios nunca será aceptado por los jefes religiosos de ninguna época."
"Nosotros tenemos que separar la vida, la muerte y la resurrección de Jesús para intentar entenderlas, pero solamente la podremos entender si descubrimos la unidad de las tres. La muerte fue consecuencia inevitable de su vida, pero en esa muerte estaba ya la gloria. La trayectoria humana de Jesús terminó alcanzando la más alta meta: desplegar al máximo su humanidad, alcanzando y manifestando la plenitud divina. Si no tenemos presente esto, nunca descubriremos lo que significa para nosotros que un ser humano, en todo semejante a nosotros, pudiera llegar a esa meta humana y divina."
Paso a paso tenemos que ir meditando y reflexionando en todo esto que vivió Jesús y sufrió en su propia carne... intentando descubrir sus huellas para seguir su ejemplo y así caminar hacia Dios nuestro Padre.

JUAN 18, 1-40 y 19, 1-42

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