viernes, 30 de abril de 2021
Yo soy la vid y vosotros los sarmientos
viernes, 16 de abril de 2021
Jesús en medio de ellos
Pensaban ver un fantasma
18 de abril de 2021
El texto que escuchamos y/o leemos este fin de semana es otro relato de las apariciones de Jesús, tomado esta vez del evangelio de Lucas. Más o menos todos conocemos la narración que nos cuenta que Jesús se apareció a los doce, se puso en medio, les mostró las manos y los pies, y los saludó diciéndoles: Paz a vosotros...
Texto del evangelio de Lucas 24, 35-48
Experimentar a Jesús
Experimentar a Jesús
11 de abril 2021 - 1º domingo de Pascua
Hemos celebrado la Semana Santa. Hemos vivido la fiesta de la Pascua y todos volvemos a las tareas de nuestras vidas.
Las narraciones que nos hacen los evangelios nos remiten a aquella primera comunidad o comunidades de seguidores de Jesús que volvían a sus trabajos y a sus familias: pescadores o lo que fueran; pero algo había cambiado en aquellas personas. Todos eran judíos y celebraban el “sabat” como todos los demás; pero habían añadido un encuentro, una celebración nueva, al día siguiente, en la que revivían su experiencia de Jesús de Nazaret. Sentían una marca especial, algo que les hacía vivir de una manera diferente. Y, en esa reunión, en esa nueva comunidad, oraban, partían el pan (como había hecho él), hacían comunidad de bienes y, por encima de todo, vivían y se sentían como hermanos.
Ahora nos toca a nosotros. Como comenta Fray Marcos: “Sin una experiencia personal, llevada a cabo en el seno de la comunidad, es imposible acceder a la nueva Vida que Jesús anunció antes de morir y ahora está comunicando. Se trata del paso del Jesús aprendido al Jesús experimentado. Sin ese cambio no hay posibilidad de entrar en la dinámica de la resurrección. Que Jesús siga vivo no significa nada si yo no vivo su misma Vida…”
El texto que escuchamos y leemos (del evangelio de Juan) nos introduce en una teología de la Pascua. Algo que resultaba difícil de explicar si no se experimentaba también esa nueva Vida. Y nos hace la narración de las apariciones, primero a los once y luego a los once+Tomás… El centro está en la comunidad (con Jesús como punto de convergencia y de unión).
No me sirve ir a misa cada domingo; rezar las oraciones de cada día; cumplir con todas las devociones aprendidas a lo largo de los años… Tengo que dar el paso ése del que habla Fray Marcos: “Tengo que pasar del Jesús aprendido al Jesús experimentado…” Y eso lo tenemos que hacer en comunidad. Recordemos lo que decía el Maestro: “Donde dos o más se reúnan en mi nombre, allí estoy yo”.
Y me gustaría añadir que sólo amando de verdad podemos experimentar la Vida que nos propone Jesús, que no es otra que la Vida misma de Dios. Y transmitir ese mensaje se convierte en la misión del grupo o comunidad. Que Dios nos ama con un amor incondicional y que me llama a vivir de la misma manera. Ése es nuestro mensaje como comunidad a nuestro mundo, a nuestra sociedad. Si sólo lo sabemos, pero no lo experimentamos… sonará a falso, a palabras de religión, a historias que tienen poco que ver con nuestra vida de cada día.
Un apunte más. El texto del evangelio de Juan nos habla de que Jesús sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el espíritu santo…”
Me parece importante afinar nuestro entendimiento y captar el sentido de la narración. Así lo comenta Fray Marcos: “El Espíritu es el criterio para discernir las actitudes que se derivan de esa Vida. Debemos tener cuidado de no hacer decir a los textos lo que no dicen. El Espíritu no es la tercera persona de la Trinidad. Se trata de la Fuerza que les capacita para la misión. Del mismo modo, deducir de aquí la institución de la penitencia, es ir mucho más lejos de lo que permite el texto. El concepto de pecado que tenemos hoy no se elaboró hasta el s. VII. Lo que se entendía entonces por pecado era algo muy distinto…”
A lo largo de nuestra vida se nos ha predicado, comentado y explicado lo de la bajada del Espíritu Santo, las lenguas de fuego sobre las cabezas de los apóstoles… De ahí se pasó a hablar de la tercera persona de la Santísima Trinidad. Y, con todo eso, ya nos hemos hecho un lío y apenas si entendemos nada.
Cualquier judío entendía eso del “soplo” de Dios al crear al hombre (en la narración del Génesis), el soplo o aliento de Dios que dio vida a todas las cosas…
Ahora, en la nueva comunidad, vuelven a sentir el aliento de Dios al vivir como hermanos siguiendo las huellas del Maestro. Y ése será el criterio para discernir que entramos en esa nueva Vida.
Texto del evangelio de Juan 20, 19-31
domingo, 4 de abril de 2021
Es la Pascua
Pasar de la Muerte a la Vida
4 de abril de 2021
Celebramos la Pascua. Es una palabra tan conocida que todos la usamos sin apenas caer en la cuenta de toda la historia y tradición que acumula.La Pascua. La celebramos nosotros, todos los cristianos (católicos, ortodoxos, anglicanos, protestantes) y también los judíos... Es la Pascua! Lo difícil es que todos pensemos y sintamos lo mismo. Porque, ¿realmente qué celebramos?
Fray Marcos lo expone de esta manera: "La Pascua bíblica fue el paso de la esclavitud a la libertad, pero entendidas de manera material y directa. También la Pascua cristiana debía tener ese efecto de paso, pero en un sentido distinto. En Jesús, Pascua significa el paso de la MUERTE a la VIDA; las dos con mayúsculas, porque no se trata ni de la muerte física ni de la vida biológica. Juan lo explica muy bien en el diálogo de Nicodemo. “Hay que nacer de nuevo”. Y “De la carne nace carne, del espíritu nace espíritu”. Sin este paso, es imposible entrar en el Reino de Dios..."
Creo que muchas personas (y yo me incluyo entre ellas) hemos vivido la fe en Jesús de Nazaret, su seguimiento, como algo que sucedió en el pasado (la vida, muerte y resurrección del Maestro) y como algo que nos llegará en el futuro (la vida después de la muerte, el triunfo y la gloria junto a Dios con Jesucristo)... Y, mientras tanto, nuestra vida de ahora, tenía que ser un caminar por sendas que, a veces, podían ser luminosas; pero que, en otros momentos, se llenaban de oscuridad y tristeza, por no decir de amargura y dolor.
Y nuestra Pascua, nuestra celebración, tenía mucho de recuerdo, de fiesta de algo que ocurrió; pero que, fuera de la fiesta y su celebración, apenas si afectaba nuestra rutina del día a día.
Retomo el comentario de Fray Marcos. "Si Cristo no ha resucitado, nuestra fe es vana (dice San Pablo). Yo diría: Si nosotros no resucitamos, nuestra fe es vana, es decir vacía. Aquí debemos buscar el meollo de la resurrección. La Vida de Dios, manifestada en Jesús, tenemos que hacerla nuestra, aquí y ahora. Si nacemos de nuevo, si nacemos del Espíritu, esa vida es definitiva. No tenemos que temer la muerte biológica, porque no puede afectarla para nada. Lo que nace del Espíritu es Espíritu..."
"Ahora sabemos que Dios es amigo de la vida. Ahora empezamos a entender mejor tu pasión por una vida más sana, justa y dichosa para todos. Ahora comprendemos por qué anteponías la salud de los enfermos a cualquier ley o tradición religiosa. Siguiendo tus pasos, viviremos curando la vida y aliviando el sufrimiento. Pondremos siempre la religión al servicio de las personas..."
"Ahora sabemos que Dios hace justicia a las víctimas inocentes: hace triunfar la vida sobre la muerte, el bien sobre el mal, la verdad sobre la mentira, el amor sobre el odio. Seguiremos luchando contra el mal, la mentira y los abusos. Buscaremos siempre el reino de ese Dios y su justicia. Sabemos que es lo primero que el Padre quiere de nosotros..."
Y con esos pensamientos y sentimientos quiero desearos Feliz Pascua!
Texto del evangelio de Juan, 20, 1- 9
viernes, 2 de abril de 2021
La Vida de Jesús
Triduo Pascual
estos días se prestan a una reflexión, a revisar la propia vida como seguidores de Jesús de Nazaret. ¿Vivimos del recuerdo de una persona? ¿Celebraciones y funciones religiosas que son como homenajes a alguien que, como dice Pedro, "pasó haciendo el bien y curando a los poseídos por el diablo", o van más allá de las lecturas, los cantos las ceremonias, las procesiones y rezos diversos?
Hubo un tiempo en el que todas esas funciones y ceremonias me resultaban tan emotivas... Tanto el Jueves Santo, como el Viernes Santo, con todo su protocolo, las diversas ceremonias, cantos y escenificaciones me parecían tan serias y tan profundas que estaba convencido que en ellas se concentraba lo más sagrado, la motivación más grande para seguir al Maestro.
Hoy tngo mis dudas. Sigo participando en las ceremonias y funciones. Me parecen importantes; pero no ando convencido. En más de un momento veo más la fachada de la Iglesia y la justificación de lo que la compone: su jerarquía, su organización, su doctrina y su poder. Sigue apareciendo la pirámide como sociedad y organización. Y eso, en algún momento, me desanima. Y pienso que andamos muy lejos de la comunidad de hermanos y hermanas que quieren vivir el mensaje de jesús de Nazaret.
Otros años me atrevía a escribir mis comentarios pensando que, quizás, podrían significar una pequeña aportación para las personas que los reciben. Este año no me siento con ánimo. He leído ya los comentarios que hacen otras personas más entendidas que yo, más cercanas al evangelio y más conocedoras del mismo y con eso me basta. Voy a recoger lo que más me ha afectado y queme ayuda a centrarme en lo profundo del mensaje.
IMMA CALVO, amigos@feadulta.com (LAS ROZAS (MADRID)POLVO, SUDOR Y GENTE "Viernes santo"
CÉSAR ROLLÁN SÁNCHEZ, eclesalia@gmail.com
MADRID.
Viernes, 02/04/21.- ¿Y si solo nos hemos quedado mirando la cruz? ¿Y si nada de lo que pasó tiene ya importancia después de su muerte? ¿Y si lo que vino después es un montaje interesado? Jesús muere en la cruz. Jesús pasó por el mundo haciendo el bien.
A Jesús le vivieron vivo quienes le siguieron por Galilea. Pero luego llegó Jerusalén y, más tarde, Roma, y lo que era pura vida se convirtió en institución. Con la intención buena, sin duda, en muchas y muchos, de organizar la asamblea, llegó la Iglesia. La institución, la organización, la jerarquización, mayoritariamente masculina, por otra parte, de la viva vida vivida de Jesús, se agarró a la historia, sostenida por bendecidas filosofías antiguas, justificando el poder “por la gracia de Dios”, convirtiendo en rituales los recuerdos de la vida del nazareno.
La primera luna llena de primavera nos marca el día de hoy como "viernes santo". Establecido el día de la Pascua, se colocan el resto de celebraciones de la pasión y muerte de Cristo. Bien por los recuerdos, bien por la memoria, bien por la tradición, pero ¿eso es todo? Nada hace sospechar que el hijo de María quisiera perpetuarse recogido en un sagrario, ni transformado en un templo, ni vivificado en una liturgia, y, sin embargo, aquí estamos los cristianos, cargando con todo eso, tratando de sostenerlo y buscando que no se pierda.
La mayoría no tenemos nada que ver con algunos tiempos oscuros del pasado, aunque haya quien se empeñe en glorificar gestas antiguas como propias del espíritu cristiano. Lo de Jesús es el auténtico pasado que, por ser auténtico, es presente y futuro. Jesús de Nazaret, el hijo de María, el que caminó por Galilea haciendo el bien y murió asesinado en Jerusalén, es el fundamento de la fe. Todo lo demás son montajes, que hacen el bien cuando sirven para avivar esa fe en esperanza y amor, pero que sobran cuando pretenden sostener creaciones de poder, discriminación y manipulación.
La asamblea de seguidoras y seguidores de Jesús, en este "viernes santo", no se queda delante de los sagrarios, ni en los templos, ni vive solo de las liturgias; no es eso es lo importante; lo importante y fundamental es la vida de cada una, de cada uno, resonando la vida de Jesús, construyendo eso que, según dicen, llamaba reino de Dios, que más sabe a polvo de los caminos que a incienso; al sudor de la lucha por la justicia que a cirios; a presencia de Dios (en el buen sentido de la palabra) con la gente que nos rodea que a jerarquías.
Lo mataron por no querer acatar las órdenes establecidas por el poder. Quienes le seguían lo vivieron resucitado porque no podían menos que sentirle profundamente interiorizado por el impacto que les causó. No podemos seguir sosteniendo montajes interesados en torno a la profunda experiencia de Jesús. Si es así, todo lo que sea alejarse de ellos será un buen camino para vivir como Él vivió
Se acerca vuestra liberación
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