II Domingo Tiempo Ordinario – Ciclo A
19 de Enero de 2020
Nuevamente leemos y escuchamos un texto del evangelio de Juan: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”...
Creo que nos hemos quedado con la imagen y la idea de la "bajada del Espíritu Santo en forma de paloma..." , que venía a confirmar simplemente que Jesús de Nazaret es el enviado de Dios. Y Jesús comienza su vida pública, predica, hace milagros, etc. Luego morirá por salvarnos, resucitará y de nuevo está en la gloria de Dios Padre junto con el Espíritu Santo.
Y sólo nos queda a nosotros decir Amén.
Pero, realmente, todo eso pensado y presentado así tiene algo que ver con la vida y el mensaje de Jesús de Nazaret? No será que nos hemos buscado una solución cómoda y fácil de ser cristianos?
El evangelio de Juan quiere ser un testimonio de fe, lo que movía y motivaba la vida de aquellas personas que siguieron sus huellas.
Como escribe José Antonio Pagola: "La fe que hay en la Iglesia no está en los documentos del magisterio ni en los libros de los teólogos. La única fe real es la que el Espíritu de Jesús despierta en los corazones y las mentes de sus seguidores. Esos cristianos sencillos y honestos, de intuición evangélica y corazón compasivo, son los que de verdad «reproducen» a Jesús e introducen su Espíritu en el mundo. Ellos son lo mejor que tenemos en la Iglesia..."
Creo que nos hemos quedado con la imagen y la idea de la "bajada del Espíritu Santo en forma de paloma..." , que venía a confirmar simplemente que Jesús de Nazaret es el enviado de Dios. Y Jesús comienza su vida pública, predica, hace milagros, etc. Luego morirá por salvarnos, resucitará y de nuevo está en la gloria de Dios Padre junto con el Espíritu Santo.
Y sólo nos queda a nosotros decir Amén.
Pero, realmente, todo eso pensado y presentado así tiene algo que ver con la vida y el mensaje de Jesús de Nazaret? No será que nos hemos buscado una solución cómoda y fácil de ser cristianos?
El evangelio de Juan quiere ser un testimonio de fe, lo que movía y motivaba la vida de aquellas personas que siguieron sus huellas.
Como escribe José Antonio Pagola: "La fe que hay en la Iglesia no está en los documentos del magisterio ni en los libros de los teólogos. La única fe real es la que el Espíritu de Jesús despierta en los corazones y las mentes de sus seguidores. Esos cristianos sencillos y honestos, de intuición evangélica y corazón compasivo, son los que de verdad «reproducen» a Jesús e introducen su Espíritu en el mundo. Ellos son lo mejor que tenemos en la Iglesia..."
Jesús vive y se siente lleno de ese aliento y energía de Dios al que llama padre y proclama que todos estamos llamados a vivir, a tener esperanza, a formar una comunidad de personas solidaria y compasiva... Ése es el espíritu de Dios, ése es el modo de vivir. Y para eso dice y proclama de todas las maneras posibles que tenemos que cambiar, que nos demos cuenta de que andamos equivocados viviendo con ese ansia por las riquezas, por el poder, por la fama, por tener y tener cosas... Sólo con ese cambio y transformación entrará en nuestra casa la vida, el espíritu de Dios.
Me gusta cómo lo expresa José Antonio Pagola: "Lo primero que necesitamos hoy los cristianos no son catecismos que definan correctamente la doctrina cristiana ni exhortaciones que precisen con rigor las normas morales. Solo con eso no se transforman las personas. Hay algo previo y más decisivo: narrar en las comunidades la figura de Jesús, ayudar a los creyentes a ponerse en contacto directo con el evangelio, enseñar a conocer y amar a Jesús, aprender juntos a vivir con su estilo de vida y su espíritu..."
Quizás estamos tan acostumbrados a la doctrina, al catecismo, a las normas y mandamientos, que no hemos dejado hueco en nuestra vida para el espíritu, para intentar vivir a la manera de Jesús de Nazaret. Y escuchamos debatir en la Iglesia sobre si personas casadas podrán presidir la celebración de la eucaristía..., o si las mujeres podrían... Desde la perspectiva del evangelio, del espíritu y vida de Jesús, tiene algún sentido todo eso? La comunidad de seguidores necesitamos, ante todo, centrarnos en el Maestro, en ese modo de convivir y compartir... "Que entre vosotros el que quiera ser el primero sea vuestro servidor... Porque si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios...", así decía Jesús a aquellas personas que le seguían.
Quizás estamos tan acostumbrados a la doctrina, al catecismo, a las normas y mandamientos, que no hemos dejado hueco en nuestra vida para el espíritu, para intentar vivir a la manera de Jesús de Nazaret. Y escuchamos debatir en la Iglesia sobre si personas casadas podrán presidir la celebración de la eucaristía..., o si las mujeres podrían... Desde la perspectiva del evangelio, del espíritu y vida de Jesús, tiene algún sentido todo eso? La comunidad de seguidores necesitamos, ante todo, centrarnos en el Maestro, en ese modo de convivir y compartir... "Que entre vosotros el que quiera ser el primero sea vuestro servidor... Porque si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios...", así decía Jesús a aquellas personas que le seguían.
Texto del evangelio de Juan (1,29-34)
No hay comentarios:
Publicar un comentario