21 de Julio de 2019
Tomado del evangelio de Lucas, escuchamos este domingo el texto de Marta y María. Un texto que, al menos en los colegios y seminarios de religiosos y religiosas, siempre se ha venido comentando como algo referente a la vida religiosa: vida contemplativa y vida activa.
De nuevo, tengo como una impresión o un entendimiento de que la jerarquía o jefes de la Iglesia a lo largo de los siglos se han adjudicado el reparto de Iglesia: Vida contemplativa (las monjas y monjes que se dedican a la oración y contemplación en sus monasterios) y vida activa (la de los sacerdotes, misioneros y religiosos-religiosas que trabajan en la enseñanza, en la sanidad, etc). Y mientras lo escuchaba me preguntaba yo: ¿dónde se queda el pueblo, la comunidad...? ¿Realmente se le ocurrió todo eso a Jesús de Nazaret? ¿O se trata simplemente de ideas y organizaciones surgidas a lo largo de los siglos?
"Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria..."
Me gusta mucho el comentario que hace Inma Calvo en la introducción que hace (en ecleSALia.net) como presentación al texto de este domingo: "Desde hace siglos venimos interpretando el Evangelio de Marta y María como un texto que habla de la vida contemplativa y la acción. Y podemos sacar reflexiones muy provechosas al respecto, pero según algunos exégetas, el tema de fondo era el que más preocupaba a los primeros cristianos: si debían seguir observando, o no, la Ley de Moisés..."
"En torno a Jerusalén cumplían la Torá. Los cristianos de Antioquía, sin embargo, provenientes de la gentilidad, tenían dificultades para practicar los preceptos judíos. La figura de Marta representa a una mujer intentando cumplir todos los preceptos, con un gran agobio porque sabemos que eran muchísimos. María simboliza a los cristianos que, liberados del cumplimiento, beben las Palabras de Jesús y simplifican la ley en un solo mandamiento, el del amor..."
Me ha parecido que leído y expresado de esa manera es como devolver al evangelio la fuerza y exigencia que significaba para todas aquellas personas (hombres y mujeres) que querían seguir las huellas del Maestro de Nazaret.
¿Que a los sabios y doctores de la Iglesia les pareció bien lo de clasificar en dos o tres clases a los seguidores de Jesús...? Bueno, seguro que tenían sus buenas razones; pero también es verdad que eso ha ido creando como una escala o división concediendo una mayor dosis de santidad y cercanía de Dios según estuvieras en primera, segunda o tercera. Y todo eso es alejarse del mensaje y buena noticia del Reino de Dios.
"Sólo una cosa es necesaria..." Y esa palabra enlaza con la que escuchábamos el domingo pasado: "El buen samaritano... -Anda y haz tú lo mismo..."
Centrados en la buena noticia del reino de Dios, me reúno con mi grupo o comunidad de seguidores para ir adquiriendo el estilo y manera de vivir de Jesús de Nazaret (del propio Dios). Y así ver y descubrir a "mi prójimo", todas esas personas marginadas en las cunetas de la sociedad y de la vida que, al carecer de importancia, al ser tan poca cosa, apenas si cuentan para nada... Sólo una cosa es necesaria... Así entiendo mejor ese pasaje del evangelio de Lucas. Yo mismo escucho la respuesta de Jesús de Nazaret... Marta, Marta...; Javier, Javier...; José, José...; sólo una cosa es necesaria...
Texto del evangelio de Lucas (10, 38-42)
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