27 de Enero de 2019
"Jesús actúa movido por el Espíritu de Dios. La vida entera de Jesús está impulsada, conducida y orientada por el aliento, la fuerza y el amor de Dios. .."
Así inicia su comentario José Antonio Pagola.
El texto que escuchamos, tomado del evangelio de Lucas, me suena como a algo "sabido" y que, a fuerza de oírlo, perdió su fuerza y el interés.
Es como la presentación de Jesús, de su manera de pensar, de su programa, de aquello que se va a proclamar como "buena noticia" del reino de Dios.
"Jesús es Buena Noticia para los pobres, continúa Pagola, Su actuación es Buena Noticia para la clase social más marginada y desvalida: los más necesitados de oír algo bueno; los humillados y olvidados por todos..."
Hasta ahí nos resulta conocido, es lo que siempre nos han dicho y predicado. Lo que me obliga a reflexionar y a cuestionarme es el aplicar ese programa de "buena noticia" a los que se dicen seguidores de Jesús de Nazaret, a mí mismo. Porque resulta que todo ese plan y proyecto de "liberación" es, precisamente, lo que el Maestro exige a todas aquellas personas que quieren seguir sus huellas...
Esto es, como dice Pagola, "nos empezamos a parecer a Jesús cuando nuestra vida, nuestra actuación y amor solidario puede ser captado por los pobres como algo bueno...", como la buena noticia.
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor».
No necesitamos andar muy lejos para descubrir todo un mundo de personas necesitadas, marginadas; una sociedad en la que también abundan los oprimidos, los cautivos en medio de un pueblo empujado y coaccionado por el consumo, el dinero y el poder...
Entonces, si digo y confieso que quiero ser seguidor de Jesús de Nazaret, ¿mi modo de vivir y de actuar apunta a esa "buena noticia" del reino de Dios?
Un pensamiento y reflexión tomada de Fray Marcos: "Oprimir a alguien, o desentenderse del oprimido, es negar el Dios de Jesús. El Dios de Jesús no es el aliado de unos pocos. No es el Dios de los buenos, de los piadosos, ni de los sabios. Es, sobre todo, el Dios de los marginados, de los excluidos, de los enfermos y tarados, de los pecadores. Solo estaremos de parte Dios, si estamos con ellos..."
Así inicia su comentario José Antonio Pagola.
El texto que escuchamos, tomado del evangelio de Lucas, me suena como a algo "sabido" y que, a fuerza de oírlo, perdió su fuerza y el interés.
Es como la presentación de Jesús, de su manera de pensar, de su programa, de aquello que se va a proclamar como "buena noticia" del reino de Dios.
"Jesús es Buena Noticia para los pobres, continúa Pagola, Su actuación es Buena Noticia para la clase social más marginada y desvalida: los más necesitados de oír algo bueno; los humillados y olvidados por todos..."
Hasta ahí nos resulta conocido, es lo que siempre nos han dicho y predicado. Lo que me obliga a reflexionar y a cuestionarme es el aplicar ese programa de "buena noticia" a los que se dicen seguidores de Jesús de Nazaret, a mí mismo. Porque resulta que todo ese plan y proyecto de "liberación" es, precisamente, lo que el Maestro exige a todas aquellas personas que quieren seguir sus huellas...
Esto es, como dice Pagola, "nos empezamos a parecer a Jesús cuando nuestra vida, nuestra actuación y amor solidario puede ser captado por los pobres como algo bueno...", como la buena noticia.
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor».
No necesitamos andar muy lejos para descubrir todo un mundo de personas necesitadas, marginadas; una sociedad en la que también abundan los oprimidos, los cautivos en medio de un pueblo empujado y coaccionado por el consumo, el dinero y el poder...
Entonces, si digo y confieso que quiero ser seguidor de Jesús de Nazaret, ¿mi modo de vivir y de actuar apunta a esa "buena noticia" del reino de Dios?
Un pensamiento y reflexión tomada de Fray Marcos: "Oprimir a alguien, o desentenderse del oprimido, es negar el Dios de Jesús. El Dios de Jesús no es el aliado de unos pocos. No es el Dios de los buenos, de los piadosos, ni de los sabios. Es, sobre todo, el Dios de los marginados, de los excluidos, de los enfermos y tarados, de los pecadores. Solo estaremos de parte Dios, si estamos con ellos..."
Texto del evangelio de Lucas (1,1-4;4,14-21)
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