Domingo 8 de Julio de 2018
El texto que escuchamos este domingo (tomado del evangelio de Marcos) nos habla del poco aprecio y acogida que tuvo Jesús en su pueblo de Nazaret..."No es éste el carpintero, el hijo de María..., hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven aquí con nosotros?"...
José Antonio Pagola lo comenta así: "Los cristianos tenemos imágenes bastante diferentes de Jesús. No todas coinciden con la que tenían los que lo conocieron de cerca y lo siguieron. Cada uno nos hacemos nuestra idea de él. Esta imagen condiciona nuestra forma de vivir la fe. Si nuestra imagen de Jesús es pobre, parcial o distorsionada, nuestra fe será pobre, parcial o distorsionada..."
José Antonio Pagola lo comenta así: "Los cristianos tenemos imágenes bastante diferentes de Jesús. No todas coinciden con la que tenían los que lo conocieron de cerca y lo siguieron. Cada uno nos hacemos nuestra idea de él. Esta imagen condiciona nuestra forma de vivir la fe. Si nuestra imagen de Jesús es pobre, parcial o distorsionada, nuestra fe será pobre, parcial o distorsionada..."
Tanto se nos dicho y comentado sobre Jesús, el Mesías, el Cristo, el Ungido, el Hijo de Dios, que hemos arrinconado al Jesús de Nazaret, al que nació y creció en un pueblo de Galilea (Nazaret) en el que todos se conocían muy bien y se sabían todos los "hechos y milagros" de cada familia, como suele decirse.
Tal vez hasta nos da miedo plantearnos esa imagen de Jesús, habitante de Nazaret, carpintero como su padre y conocido de todas las personas en ese rincón de Galilea. ¿Qué imagen tengo yo de él? Los evangelios (en especial el de Marcos que es el primero) nos dan muchos detalles de cómo era, cómo pensaba y cómo actuaba. Y si no nos acercamos al Jesús hombre real como nosotros, difícilmente nos encontraremos con él.
Fray Marcos lo comenta también: "El relato de hoy nos habla de la humanidad de Jesús. Nos está confirmando que no tiene privilegios de ninguna clase. Por eso es tan difícil aceptarle como profeta enviado de Dios. Siempre será difícil descubrir a Dios en aquel que se muestra como muy humano. También hoy rechazamos por instinto cualquier Jesús que no esté de acuerdo con el que aprendimos de pequeños. Yo he oído más de una vez esta frase: “no nos compliques la vida. ¿Por qué no nos dices lo de siempre?” Acostumbrados a oír siempre lo mismo, si alguien se le ocurre decir algo distinto, aunque esté más de acuerdo con el evangelio, saltamos como hienas..."
Terminamos dudando si Jesús fue realmente un hombre como nosotros, tan de carne y hueso como tú y como yo. Como si de esa manera lo rebajáramos... Resulta chocante el que afirmemos la "encarnación"; pero sólo como fórmula que se dice en el credo. De esa manera aumentamos el número de "cristianos bautizados" con unas fórmulas y ritos, y unos dogmas que hay que creer, al tiempo que nos alejamos del Jesús natural de Nazaret.
Terminamos dudando si Jesús fue realmente un hombre como nosotros, tan de carne y hueso como tú y como yo. Como si de esa manera lo rebajáramos... Resulta chocante el que afirmemos la "encarnación"; pero sólo como fórmula que se dice en el credo. De esa manera aumentamos el número de "cristianos bautizados" con unas fórmulas y ritos, y unos dogmas que hay que creer, al tiempo que nos alejamos del Jesús natural de Nazaret.
"...El gran espejismo, en que hemos caído en el pasado, - sigue comentando Fray Marcos- fue pensar que “todos” tenían la obligación de aceptar el mensaje de Jesús. Nada ha hecho más daño al cristianismo que el querer imponerlo a todos... La opción por el evangelio será siempre cuestión de minorías. Nos asusta un Jesús completamente normal porque hemos puesto la grandeza en lo extraordinario. Pero resulta que lo más grande de todo ser humano no es lo que no tienen los demás, sino precisamente lo que todos tenemos por igual..."
Ahí está nuestro objetivo y nuestro reto: Crecer en humanidad, como Jesús de Nazaret. Descubrir a Dios, nuestro padre-madre, que asume nuestra humanidad y descubrirlo en cada hermano y hermana. Y convertirnos tratando de alcanzar la compasión y ternura que derrama sobre cada uno... Y con ese objetivo delante me gusta encontrarme con otras personas que también se declaran seguidores de Jesús de Nazaret.
Ahí está nuestro objetivo y nuestro reto: Crecer en humanidad, como Jesús de Nazaret. Descubrir a Dios, nuestro padre-madre, que asume nuestra humanidad y descubrirlo en cada hermano y hermana. Y convertirnos tratando de alcanzar la compasión y ternura que derrama sobre cada uno... Y con ese objetivo delante me gusta encontrarme con otras personas que también se declaran seguidores de Jesús de Nazaret.
Texto del evangelio de Marcos (6, 1-6)
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