Domingo 14 de enero de 2018
Anoche lo escuchaba en el comentario de la eucaristía. Ahora lo leo en los comentarios de J. A. Pagola y Fray Marcos. La pregunta de Jesús a los dos discípulos del Bautista que le siguen: "Qué buscáis?"
Y miro alrededor, incluso yo mismo, y me doy cuenta de que nuestra búsqueda, la mía, se entretiene en pequeñas búsquedas de salud, bienestar, curiosidad, consumo... Cosas que intentan llenar nuestra vida; pero que siempre nos dejan insatisfechos.
Pagola lo comenta así: "Para algunos, la vida es «un gran supermercado» (D. Sölle), y lo único que les interesa es adquirir objetos con los que poder consolar un poco su existencia. Otros lo que buscan es escapar de la enfermedad, la soledad, la tristeza, los conflictos o el miedo. Pero escapar, ¿hacia dónde?, ¿hacia quién?
Aquellos hombres y mujeres que escucharon a Jesús de Nazaret y le siguieron buscaban algo distinto. No eran doctrinas, ni conocimientos, ni siquiera signos y milagros... ¿Dónde vives? -Venid y lo veréis...
Doctores y maestros de la Ley, había muchos. Como ahora.
Sabios y grandes conocedores del saber, de las ciencias y los misterios de la vida... También los había, como ahora los hay.
Personas cumplidoras de los mandamientos, religiosas y seguidoras de todo lo que está mandado... Cierto que los había. También los tenemos ahora.
-¿Dónde vives? - Venid y lo veréis...
Cómo es tu vida. Cuál es tu estilo. Cómo te lo montas... Algo muy especial fueron descubriendo en aquel campesino de Nazaret. Cada acción, cada palabra, cada actitud les sorprendía cada vez. Hablaba de la Buena Noticia del reino de Dios y veían que lo sentía como algo real y presente ya. Si se refería a Dios, le llamaba "papá" con la confianza de un niño pequeño. Y cómo trataba a los marginados y despreciados de la sociedad: leprosos, enfermos impuros, mujeres desgraciadas y maltratadas, niños que no contaban en su sociedad... Y la libertad con la que hablaba a los grandes y poderosos, a los doctores y sabios de la Ley...
Era una manera tan diferente de entender la vida. Y siempre con esa referencia a la voluntad de Dios que no hace distinción de malos y buenos, que cuida de todos, que hace "que salga el sol para unos y para otros... O que llueva por igual..." Nunca se refiere a Dios como el "todopoderoso", el que castiga, el que vigila constantemente... Y les da la figura del padre del "hijo pródigo"...
Fray Marcos hace este comentario: "No le preguntan por su doctrina sino por su vida. No responde con un discurso, sino con una invitación a la experiencia. A esa pregunta no se puede responder con una dirección de correos. Hay que experimentar lo que Jesús es. ¿Dónde moras? Es la pregunta fundamental. ¿Qué puede significar Jesús para mí? Nunca será suficiente la respuesta que otro haya dado. Jesús es algo único e irrepetible para mí, porque le tengo que ver desde una perspectiva única e irrepetible, la mía. La respuesta dependerá de lo que yo busque en Jesús.
Venid y lo veréis. Así podemos entender la frase siguiente: “Vieron donde (como) vivía y aquel mismo día se quedaron a vivir con él” (como él)..."
Dar un sentido profundo a mi vida. Creo que Jesús de Nazaret puede responder a todas mis preguntas e interrogantes. Y seguir sus huellas es la mejor manera de serenar mi corazón y caminar hacia Dios nuestro padre.
-¿Dónde vives? - Venid y lo veréis.
Dar un sentido profundo a mi vida. Creo que Jesús de Nazaret puede responder a todas mis preguntas e interrogantes. Y seguir sus huellas es la mejor manera de serenar mi corazón y caminar hacia Dios nuestro padre.
-¿Dónde vives? - Venid y lo veréis.
Texto del evangelio de Juan (1,35-42)
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