Domingo 12 de Febrero de 2017
En nuestra formación religiosa hemos escuchado y repetido tantas veces eso "cumplir los mandamientos", hacer las cosas "como Dios " y tantas otras expresiones que nos hacían "legales" = cumplidores de la ley que apenas si nos afecta el texto que nos ofrece Mateo en la lectura de este domingo... "No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas..." Jesús nos señala un modo bien distinto de entender.
Sí, ya sabéis lo que se dijo antiguamente... y va enumerando los mandamientos (esos que también nosotros aprendimos). Sólo que en cada uno de ellos marca una gran diferencia.
"Si vuestra justicia no es mayor que la de los que siguen al pie de la letra las leyes..."
"El que se deje llevar de la cólera..." "Si vas a presentar tu ofrenda... (si vas a misa) y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra tí..."
Aprendimos a ser "legales", cumplidores de leyes, y dejamos a un lado el estilo y manera de pensar y vivir que presenta Jesús de Nazaret.
Si hasta el presentar la ofrenda a Dios, el ir a misa, se deja para reconciliarse primero con el hermano... Si primero es el "hombre", antes que el sábado (o el domingo), eso me da a entender que lo más importante es la atención al hermano, el sentido de humanidad y solidaridad. Es algo que Jesús fue repitiendo a lo largo de toda su vida. Su actitud, sus parábolas, todo nos da a entender que para él "cumplir la ley" era poner en el centro la compasión y la ternura especialmente hacia los últimos, los olvidados, los marginados, los más débiles.
Por muy legal que yo sea, si no empiezo a asimilar el estilo y manera de actuar de Jesús de Nazaret, no entraré en el reino de Dios. Así de contundente.
Según algunos observadores, se está extendiendo en la sociedad actual un lenguaje que refleja el crecimiento de la agresividad. Cada vez son más frecuentes los insultos ofensivos, proferidos solo para humillar, despreciar y herir. Palabras nacidas del rechazo, el resentimiento, el odio o la venganza..."
Por ahí comienza nuestra conversión. Si me indigna la actitud de políticos y gobernantes, si me parece fatal la actitud de nuestra sociedad ante las grandes situaciones de injusticia, de dejadez, de abandono y hasta de desprecio... será mejor que comience yo mismo a hacer mi pequeño mundo más humano y solidario, más atento y compasivo.
Según algunos observadores, se está extendiendo en la sociedad actual un lenguaje que refleja el crecimiento de la agresividad. Cada vez son más frecuentes los insultos ofensivos, proferidos solo para humillar, despreciar y herir. Palabras nacidas del rechazo, el resentimiento, el odio o la venganza..."
Texto del evangelio de Mateo (5,17-37)
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