28 de julio 2013 - 17º domingo tiempo ordinario
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo: «Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.”»
Siempre me ha llamado la atención el que en la iglesia (especialmente la católica) tenemos mucha gente rezadora, pero poca gente que sepa orar... en la forma que nos enseña el Maestro.
Lo recuerdo de cuando era un niño y lo sigo viendo hoy en día.
Sigue siendo necesario insistir a Jesús: "Enséñanos a orar..."
Hace muchos años me quedé impresionado con los comentarios sobre el "Padrenuestro" de Joachim Jeremías. Es como un desmenuzar el significado profundo de las palabras de Jesús. Desde la primera palabra, tal y como aparece en Mateo, "Abba"= papá, hasta la última.
En Jesús, en su forma de orar, podemos ver su principal preocupación, el motivo de su vida, su escala de valores: Papá, que sea santificado tu nombre... Y como explica Joachim Jeremías no se trata de un deseo, de algo pasivo. No, es un verbo de acción. Que mi vida, mis obras, mis palabras, mis deseos, mis acciones santifiquen tu nombre, te den gloria...
Que venga tu reino. De nuevo: una acción, un compromiso. Quiero hacer que tu reino (tu manera de ser y de pensar) vaya apareciendo en mi vida y en mi entorno.
El pan de mañana dánoslo ya hoy... Y esa petición enlaza con aquella otra expresión: "No sólo de pan vive el hombre..." Cuál es el pan por el que suspiro?
Perdona nuestros pecados, como al decir estas palabras yo también perdono... Nuestro padre nos perdona, claro... si yo mismo perdono. Es como una condición.
Y no nos dejes caer en la tentación... Siempre estamos tentados de cambiar nuestro objetivo: el reino de Dios. Y nos puede el dinero, el poder, el pasarlo bien, la importancia, el ser más que los demás...
En otro texto leemos que Jesús explica: Cuando oréis no necesitáis usar muchas palabras... porque Dios, nuestro padre, ya sabe bien lo que necesitamos.
"Enséñanos a orar"! Así de sencillo, así de profundo, así de comprometido...
Lo recuerdo de cuando era un niño y lo sigo viendo hoy en día.
Sigue siendo necesario insistir a Jesús: "Enséñanos a orar..."
Hace muchos años me quedé impresionado con los comentarios sobre el "Padrenuestro" de Joachim Jeremías. Es como un desmenuzar el significado profundo de las palabras de Jesús. Desde la primera palabra, tal y como aparece en Mateo, "Abba"= papá, hasta la última.
En Jesús, en su forma de orar, podemos ver su principal preocupación, el motivo de su vida, su escala de valores: Papá, que sea santificado tu nombre... Y como explica Joachim Jeremías no se trata de un deseo, de algo pasivo. No, es un verbo de acción. Que mi vida, mis obras, mis palabras, mis deseos, mis acciones santifiquen tu nombre, te den gloria...
Que venga tu reino. De nuevo: una acción, un compromiso. Quiero hacer que tu reino (tu manera de ser y de pensar) vaya apareciendo en mi vida y en mi entorno.
El pan de mañana dánoslo ya hoy... Y esa petición enlaza con aquella otra expresión: "No sólo de pan vive el hombre..." Cuál es el pan por el que suspiro?
Perdona nuestros pecados, como al decir estas palabras yo también perdono... Nuestro padre nos perdona, claro... si yo mismo perdono. Es como una condición.
Y no nos dejes caer en la tentación... Siempre estamos tentados de cambiar nuestro objetivo: el reino de Dios. Y nos puede el dinero, el poder, el pasarlo bien, la importancia, el ser más que los demás...
En otro texto leemos que Jesús explica: Cuando oréis no necesitáis usar muchas palabras... porque Dios, nuestro padre, ya sabe bien lo que necesitamos.
"Enséñanos a orar"! Así de sencillo, así de profundo, así de comprometido...
Texto del evangelio de Lucas (11,1-13)