domingo, 29 de abril de 2012

El buen pastor


29 de abril 2012 - 4º domingo de Pascua

"El pastor da la vida por las ovejas..."
La lectura de este texto del evangelio de Juan me trae a la memoria tantas y tantas explicaciones y comentarios que a lo largo de mi vida he venido escuchando.
Los sacerdotes y la jerarquía, en general, se han visto reflejados en esas imágenes. Presentaban, primero, a Jesús como ese buen pastor entregado a sus ovejas, capaz de dar la vida incluso. Luego seguía la explicación referente a las ovejas, o sea nosotros. Y se daban ejemplos...
El pastor, el rebaño, su voz... Entrar en el redil, escuchar su voz y seguir sus instrucciones y mandamientos.
Mi reflexión de hoy me hace entrever que todas esas reflexiones, válidas en teoría, serían excelentes si todos los seguidores de Jesús de Nazaret nos centráramos en su buena noticia y en su estilo y manera de vivir.
Jesús que vivió de tal manera que llegó a dar su vida... Una buena noticia que le comprometió y le arrastró hasta la cruz. Porque vivir a la manera de Dios le empujó a proclamar que el reino de Dios era para todos, incluidos los extranjeros, los paganos... (un solo redil). Que el gran templo de Jerusalén, los sacrificios de animales, el poder y el dinero era servir a otros señores y desconocer a Dios, nuestro padre...
Con su vida y con sus palabras nos invita a cambiar, a vivir como hermanos..., en grupos o comunidades en las que el que quiera ser el primero sea vuestro servidor. En las que los más débiles y desfavorecidos son los primeros y hasta Jesús mismo se presenta como el que sirve (y lava los pies a sus seguidores). Que lo que importa es la vida "de las ovejas" y llega a dar su vida por ellas... Y cuando habla de la vida, no se está refiriendo a la vida futura, al más allá, a la vida de su alma.
Y esa nota y detalle que mira más allá: "Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer..." Judíos, griegos, romanos, etíopes... Hoy diríamos europeos, americanos, blancos, negros, indios, chinos, hombres de todas las clases y condiciones... Para que todos escuchen el mensaje de la buena noticia, esa nueva manera de enfocar la vida... Que entiendan bien que lo que importa no es su poder, su dinero o su saber... sino su vida, su humanidad. Y que si tienen medios medios, menos saber, menos poder..., si se encuentran marginados por los que mandan y poderosos, ellos también están llamados a formar parte de esa comunidad nueva. Es más ellos son los preferidos de Dios, nuestro padre.
Seguidores de Jesús de Nazaret, comunidad de hermanos, que intentan vivir a su manera. Y todos atentos a su voz...
Con esa perspectiva es difícil comprender una institución en la que abundan los jefes y señores, los que mandan, los que saben, los que tienen poder y dinero... y una multitud de gentes a la que se le trata como a inferiores ignorantes cuya única obligación es obedecer y seguir sus doctrinas y mandamientos.
Me resisto a aceptar una institución así. Es como falsear el mensaje de Jesús de Nazaret. Al mismo tiempo siento que es más importante escuchar y seguir su estilo de vida... tratando de seguir su ejemplo: "dar la vida por las ovejas", tener en cuenta a tantas personas que viven como abandonadas, despreciadas y oprimidas. Ir entregando mi propia vida en las pequeñas situaciones de cada día... porque Dios nos ha dado esta vida para vivirla intensamente y alcanzar una humanidad más justa, más solidaria y fraterna.
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,11-18):
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»

sábado, 21 de abril de 2012

Al partir el pan


22 de abril 2012 - 3º domingo de Pascua
"...Vosotros sois testigos de esto"


¿Cómo dar a entender su experiencia?
¿Cómo comunicar, después del terrible final de Jesús de Nazaret, que sigue vivo?
¿Cómo aceptar su camino, su buena noticia, su mensaje?

Su experiencia, lo que ellos han vivido, les dice que todo lo ocurrido no es el final. Que no ha sido un desastre. Que, por difícil que parezca, él, Jesús, es el viviente, el que está en medio de ellos. Que lo han reconocido. Que sienten su presencia...
Es cierto. Hasta imaginan que puede ser un espíritu, un fantasma... Pero todos saben la realidad vivida, el recuerdo de la ejecución, de la cruz, de su muerte horrorosa.

¿De qué podían echar mano? Tenían la biblia, los libros religiosos y sabios de su pueblo: los salmos, los profetas, su historia... que, a lo largo de siglos, la leían como una auténtica historia unida a Dios, su pastor, su rey, su refugio y su roca (como suelen decir muchas veces).
Con esa relectura de la biblia nos transmiten algo que es único: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Y comenta Lucas: "Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras."
Es como el sentido profundo de los caminos de Dios, su manera de actuar, la propuesta que nos hace... Lo que, en palabras de Jesús de Nazaret, es la buena noticia del reino de Dios...
Lo que podía sonarles a cuentos y palabras poéticas... ahora comienzan a captar su sentido más hondo, su exigencia...

Entiendo, pues, que hay unos elementos importantes y centrales que quieren transmitirnos:
-"Lo habían reconocido al partir el pan"
Las explicaciones que hemos recibido, las imágenes, el arte y la música han hecho que nos quedemos fijos en la imagen de Jesús partiendo el pan... Algo así como una foto tomada por un fotógrafo escondido y que nos llega a nosotros a través del tiempo.
Y así, perdemos el mensaje. Partir el pan, estar al lado de los débiles, de los hambrientos, de los necesitados, de los que no tienen voz, ni poder... Partir nuestro pan, mi pan, lo que tengo...
Y al hacerlo experimentamos su presencia, su fuerza, su vida, el camino de Dios...
-"Todo lo escrito... tenía que cumplirse"
Y ahí, de nuevo, hemos tomado los salmos y los profetas como si de adivinos se tratara... Ya lo dijeron, ya lo profetizaron. Así cerramos el argumento del triunfo de Jesús.
Sin embargo, cuando leo los libros de la biblia he ido constatando la aspiración y deseo de esos grandes hombres (religiosos y piadosos) que desean, sueñan y predican un mundo más justo, más solidario, más según lo que Dios quiere... La realidad, por otro lado, las circunstancias sociales y políticas (comenzando por sus propios reyes y políticos) presentan un panorama triste y desolado...
Y el pueblo llano sufre las invasiones, los despojos, el destierro, la humillación... Generaciones y generaciones que ven pasar el tiempo y ese mesías que les salva, ese reino de Dios, cada vez parece más lejano.
La lectura que hacían estaba enfocada hacia ellos mismos (su historia, su política, su realización como pueblo).
Jesús de Nazaret retoma la palabra de los profetas, de los salmos, y nos muestra un camino nuevo. Y lo descubrimos al partir el pan. Cuando comenzamos a practicar lo que resumirá en: "Dar de comer al hambriento, de vestir al desnudo, visitar al preso y al enfermo..." Porque Dios y su camino se encarna en esos pobres y humildes.
Y aquí llegan los ilegales, los que menos tienen (ni siquiera papeles)... y nos dicen que es "políticamente incorrecto" atender a esa gente. Como decir: sin papeles no tienen derechos. Derecho a nada. Que se vayan! Y si escuchamos las políticas que nos presentan... Importan más los "mercados" y los "bancos" que las personas. Que hay mucha gente que apenas pueden llegar a fin de mes, que subsisten de mala manera... ¡no importa! No son gente importante, no tienen peso político...

"Al partir el pan" lo reconocieron... Estoy pensando que si los que nos decimos seguidores de Jesús de Nazaret comenzamos a practicarlo, es muy posible que nosotros y muchos más comiencen a experimentar que Jesús sigue vivo, que el camino de Dios es de verdad, que -a pesar de todos los sufrimientos, de toda la pasión y de la cruz- no es ningún fracaso. Y que la humanidad se salva y aparece un mundo nuevo. "Otro mundo es posible"... al partir el pan.


Lectura del santo evangelio según san Lucas (24,35-48):
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma.
Él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies.
Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo que comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.
Y les dijo: «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.
Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»

viernes, 20 de abril de 2012

El Vaticano ordena cambios a las religiosas norteamericanas 
Por Isabel Gómez-Acebo 
La congregación para la doctrina de la Fe, ha ordenado a la mayor organización de religiosas norteamericanas LCWR que modifique sus estatutos, programas y afiliaciones para que sean acordes con las enseñanzas y disciplina de la Iglesia. Incluso para dirigir el cambio ha nombrado a un obispo de Seattle, Peter Sartain, por un periodo de 5 años. 
Dentro de las cosas más importantes que Levada pretende cambiar están: el contenido de las conferencias anuales a la asamblea, la disidencia a nivel de congregación sobre las enseñanzas sexuales de la Iglesia y temas de agenda feminista. Por lo visto, a Levada le habían llegado cartas de superioras de algunas órdenes, pidiendo un cambio sobre la ordenación de las mujeres y el trato a los homosexuales "que las colocaba fuera del pensamiento eclesial y las convertía en mal ejemplo para sus comunidades". También les echa en cara, que no hicieran eco de la carta apostólica de Juan Pablo II, Ordinatio Sacerdotalis, que prohibía la ordenación femenina. 
Niega la posibilidad que este rechazo de la doctrina eclesial pueda ser profético, como algunas religiosas defienden, y ofrece un encuentro con las dirigentes para estudiar el documento conjuntamente, y evitar que sea mal interpretado. La noticia, que es consecuencia de la investigación llevada a cabo en los últimos años, no ha caído bien. 
Joan Chittister, una de sus presidentas en el pasado, considera que la orden es inmoral ya que las religiosas no han hecho nada malo y lo que se trata es de controlar su pensamiento que discurre sobre los signos de los tiempos. "Si dejamos de pensar, que es un don, nos dice, estaremos traicionando a la Iglesia aunque sus dirigentes consideren que es inconveniente. Cuando yo era niña en mi ciudad era pecado entrar en una iglesia protestante, algo que la Iglesia ha admitido era un error, pero el escándalo de ese error ha durado 400 años".
Las religiosas han tratado desde el Vaticano II de ayudar a la Iglesia para evitar las tinieblas y el control. han sido un regalo para la Iglesia en su liderazgo, su amor y su continua fidelidad. Tratar de reformar a estos testigos supone someter a la Iglesia a otros 400 años de oscuridad. Al final esta política las empuja a desmembrarse para formar una asociación civil como única manera de poder crecer y nutrir los carismas de cada institución adaptándose a los signos de los tiempos. Si todo lo que se hace tiene que ser aprobado por alguien de fuera, se reniega de los carismas y de la habilidad de las mujeres. 
Cuando leo estas cosas me acuerdo de las personas que lo quieren dejar todo atado y bien atado de antemano, sin pensar que la historia empuja en todos los sentidos y lo que era válido hoy, no lo es mañana. Parece que hemos entrado en una dinámica inquisitorial que nos lleva a Irlanda, a Austria, a España, a los Estados Unidos. la imposición y las condenas no sirven de mucho si no se convence y predisponen en contra. 
Negar a las mujeres que reivindiquen su responsabilidad en la Iglesia, es semejante a prohibir que los esclavos reclamen su libertad, o que los padres testifiquen contra sus hijos. Por otro lado, mantener sin cambios la doctrina sexual de la Iglesia está llevando a un disenso masivo de los fieles ¿No habrá que escuchar todas estas voces? ¿Por qué no se hace?

La cercanía de los implicados



Copio la noticia que me ha hecho llegar Rosa...
Daniel Valero ha sacado hoy en la edición digital de "mi barrio maritimo" de las Las Provincias la siguiente nota. Me parece estupenda y es algo que da ánimos en medio de tantas dificultades, tantos problemas, tanta gente prepotente y avasalladora...

Además (nota de Rosa), ya hay 57 niños apadrinados y (un detalle más) en este evento les acompañó un gran cantautor, David Calabuig, que puso punto y final a una tarde muy agradable con su buen hacer.

Mujeres de Nazaret exhiben sus logros vecinales en La Fe
Representantes del barrio dan a conocer los apadrinamientos del 'Proyecto Kiziguro'


Vecinas de Nazaret, durante la presentación. 


"Diversas mujeres de Nazaret, en representación de diferentes colectivos del barrio, presentaron este jueves en la escuela de enfermería del hospital La Fe las actividades que desempeñan en el barrio, entre ellas los apadrinamientos de niños de Rwanda llevados a cabo gracias al 'Proyecto Kiziguro'.
El 'Proyecto Kiziguro', una iniciativa vecinal impulsada desde el Centro de Música y Danza de Nazaret para recaudar fondos destinados a Rwanda, ha permitido construir 135 viviendas, apadrinar 49 niños y escolarizar a 1.760 alumnos de primaria y secundaria.
Sus impulsores destacan "la cercanía de los implicados" y  la entrega de la ayuda "en persona" como las claves del éxito de su iniciativa vecinal, que apoya su acción en ONGs y recibe subvenciones públicas."
NOTICIA DE DANIEL VALERO20/04/2012

domingo, 15 de abril de 2012

Paz a vosotros


15 de abril 2012 - 2º domingo de Pascua
"Dichosos los que crean sin haber visto"


Siempre que escuchaba el relato del evangelio de Juan sentía como cierta envidia de aquellos hombres que "habían visto al Señor"... Y me ocurría algo parecido a lo pone en boca de Tomás, el mellizo:  «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» Tenía que hacer un esfuerzo mental para llegar a la frase del mismo Tomás: "Señor mío y Dios mío"...

Hacía una lectura literal del relato de Juan y tomaba su presentación como un relato histórico en el que hasta los detalles más pequeños nos explicaban lo acontecido. Lo cierto es que, aún hoy en día, oigo comentarios en la misma línea con los mismos comentarios y los mismos argumentos...
Acepto que a muchas personas (mayores, sobre todo) todo ello es como la fuerza de la tradición, lo que siempre se ha dicho, lo que siempre hemos creído; pero qué lejos lo siento. Además contado de esa manera suena a fábula, a narración fantástica, a algo que no tiene nada que ver con nuestras vidas... Es como haber perdido el sentido del evangelio.

Tomás el mellizo, al igual que todos los demás (incluido Juan y Pedro), tuvieron un verdadero trauma con el final de Jesús de Nazaret. El arresto, el juicio, la condena y el ajusticiamiento en cruz fueron como un verdadero descenso a los infiernos. ¿Cómo era posible? Seguro que durante días estuvieron dándole vueltas y vueltas. El desánimo lo llevaban todos. "El reino de Dios, el mesías, la buena noticia..." Todo perdido, todo terminado...
Cuando empiezan a comprender algo, a ahondar en el sentido de la vida misma de Jesús... ¿Cómo expresar, cómo contar que la buena noticia de Jesús sigue adelante, que está a su lado, que ha muerto pero... sigue vivo, que el reino de Dios está sembrado...? "Hemos visto al Señor¡" Así de rotundo lo expresan. Ese sentimiento no les abandonará nunca.

Dos palabras que hoy me llaman la atención: "Paz a vosotros".
Después de todo el miedo vivido, de toda la angustia, el temor, el sufrimiento, el saber de la muerte en la cruz de Jesús de Nazaret... "Paz a vosotros".
No tengáis miedo, estad tranquilos, el reino de Dios es más grande y más fuerte que la cruz, que la muerte, que todo el miedo y el sufrimiento...

La otra: "Dichosos los que crean sin haber visto..."
Creo que es una palabra dirigida a ellos y a nosotros.
Porque el "reino de Dios" tampoco era visible para aquellos hombres y mujeres. Aunque proclamaran que Jesús seguía vivo..., la realidad que les rodeaba era la que era: seguía habiendo violencia, opresión, injusticias, pobres despreciados, extranjeros indeseables, poderosos que pisoteaban a las personas...
"Dichosos los que crean en el reino de Dios sin haber visto..., sin poder tocar y experimentar esa realidad".
Y hoy, nos dice lo mismo a nosotros: "Dichosos los que, a pesar de toda la miseria, el hambre, el abuso y violencia, los inmigrantes que nos presentan la pobre humanidad y todas sus carencias... crean en el reino de Dios, se fíen del plan de Dios y la palabra de Jesús de Nazaret..."

Y con esa palabra de Jesús ("Paz a vosotros") quiero seguir mi camino. Presintiendo ya el sosiego y tranquilidad a pesar del panorama triste y sombrío que pinta nuestra sociedad y nuestro mundo. Los poderosos que hablan un lenguaje hecho de dinero y poder mientras los pueblos, las gentes humildes, los necesitados y desvalidos se van hundiendo en la miseria y se apaga su humanidad... "Paz a vosotros!"


Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegria al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

lunes, 9 de abril de 2012

PROYECTO JAK - Un banco diferente


Presentación del Proyecto JAK (Madrid, 24 de abril)
Los bancos no conceden ni créditos ni hipotecas, los tipos de interés son abusivos, los desahucios se producen en cascada, los autónomos no pueden continuar con su actividad. Esta información ya la conoces, la oyes y la ves todos los días.

Buscando sinérgias:  Eres una persona concienciada. Sabes que en otros ámbitos existen alternativas y participas. Te organizas en grupos de consumo, participas en las asambleas de tu barrio para combatir políticamente, usas los bancos de tiempo…

Sientes la necesidad de transformar la realidad, eres de los que prefieren construir y ponerse manos a la obra.

En este contexto nosotr@s te proponemos:

¿Y si nos juntamos para un proyecto de Soberanía Financiera?
¿Por qué no pensar en un banco horizontal y cooperativo de las personas y para las personas?
¿Por qué seguir pagando intereses injustos que solo aumentan las desigualdades?
Si eres una persona inquieta, luchadora y te preocupan estos temas, acude a la presentación del PROYECTO JAK y participa con nosotr@s en su construcción.

¿Dónde?
En el Matadero de Madrid (sala El Terrario).
Paseo de la Chopera, 14.
Metro: Legazpi.

¿Cuándo?
El martes 24 de abril, a las 19h.

*Contaremos con la presencia de Miguel Ganzo, que actualmente trabaja en JAK Medlemsbank (Suecia), un banco que pertenece a sus 37.000 miembros.

NO FALTES, ¡contamos contigo!

domingo, 8 de abril de 2012

NUESTRO CREDO


(Tomado del libro de Roger Lenaers - "Otro cristianismo es posible"
Me gusta. Me parece que es un lenguaje que podemos entender mejor ya que las fórmulas de siempre se expresan en unos términos tan antiguos y tan de otro tiempo... que no me ayudan nada.)

Creo en Dios, amor infinito,
Que expresa soberanamente su ser más profundo
En la evolución del cosmos y de la humanidad.


Y en Jesús, nuestro Mesías,
Imagen única de Dios,
Nacido de padres humanos,
Sin ser obra humana,
Sino fruto enteramente de la gracia salvadora de Dios.


El recorrió el camino del sufrimiento y de la muerte,
Fue crucificado por orden de Poncio Pilato,
Murió y fue sepultado,
Pero vive en plenitud,
Porque se abrió y quedó absorbido enteramente en Dios,
Llegando a ser por lo mismo una fuerza sanadora,
De manera que puede guiar a toda la humanidad a su plenitud.


Creo en la acción inspiradora del soplo de vida de Dios
Y en la comunidad universal de la Iglesia,
En la que Jesús, el Cristo, sigue viviendo con rostro humano.


Creo en el don de Dios,
Que nos sana y hace de nosotros una nueva creación,
Para llegar a ser, por fin, seres humanos.


Y creo en el futuro divino de la humanidad,
Un futuro que significa la vida sin límites.
Amén

Vio y creyó


8 de abril 2012 - PASCUA DE RESURRECCIÓN
"-Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto..."


Es un texto emotivo, lleno de sentimientos y emociones contenidas... También de alivio y consuelo.
Después de la tragedia de la semana santa, de los textos que nos narran la pasión y muerte, los textos que siguen eran el nuevo amanecer, el paso a una nueva vida...

Y durante muchos, muchos años he seguido paso a paso la experiencia de aquellos hombres y mujeres que lloraban de alegría al reencontrar al Maestro, a sentir que estaba con ellos, que había triunfado, que había superado todas las pruebas... y ahora caminaba con ellos, delante de ellos.

Con María Magdalena que "muy temprano, al amanecer..." corrió al sepulcro; con los discípulos que se iban para Emaús; con los otros, escondidos en la casa...

Todo eso me lo habían contado así, literalmente, como un hecho periodístico. Y confieso que, en ese tiempo, me sirvió. Era un estímulo e incentivo entender que Jesús había vencido a la muerte, que había superado la cruz, la tortura... Y "si él ha resucitado...", nosotros también lo haremos... Pablo también habla en esa línea.
Y todavía hoy, nuestros sacerdotes hablan el mismo lenguaje.

Hoy, esa manera de hablar y de explicar se me queda corta. El mundo moderno, el lenguaje moderno choca con un montón de expresiones que resultan muy difíciles de comprender. Se sigue utilizando la manera de entender el mundo a la manera antigua y según la cultura que se tenía: Cielo arriba, la tierra abajo y por debajo de nosotros el infierno, pugatorio, etc...
¿Qué quieren decir los textos que leemos?
¿Qué les pasó a aquellos hombres y mujeres?
¿Qué entendieron?

La pasión, la cruz y la muerte de Jesús (como un malhechor) lo vieron y tocaron de cerca. Aquello que "comenzó en Galilea", Jesús de Nazaret que "pasó haciendo el bien...", su vida, su manera de hacer y de entender, su buena noticia del reino de Dios, su enorme sentido de humanidad, de vida y de preocupación por los más débiles, por los marginados... (Pedro utilizará la palabra "atormentados por el diablo"...) Y que todo eso terminara en la cruz, en la muerte... Eso era demasiado fuerte!
No hace falta imaginar mucho para experimentar lo hundidos y aplastados que se sintieron... No hacían más que darle vueltas.
Tardaron tiempo en "ver y entender"...
Sus reflexiones, las únicas que tenían y conocían, estaban tomadas de la biblia, de los profetas, de los libros sabios que tenían a mano.

Y la inspiración, el sentir profundo de lo acontecido, la noticia que superaba todo (incluso la muerte) era que comenzaba a experimentar que realmente Jesús seguía con ellos, estaba vivo en ellos, podían proclamar que era el "viviente"... Su vida había cambiado porque el camino y manera de hacer de Jesús estaba ahí, en ellos, y Jesús de Nazaret caminaba delante de ellos...
¿Cómo explicar todo eso?
Lógicamente su lenguaje no es el de hoy, siglo XXI, y se expresa con los elementos de la cultura judía y griega...
Lo importante no es la herramienta que utilizan, no es la manera como lo cuentan, es esa nueva realidad, sentir y experimentar que al seguir sus huellas esa vida nueva va a ir apareciendo en nosotros.
Y nos marcan algunos elementos que, eso es seguro, fueron de gran impacto para ellos: "Al partir el pan"...
Aparece en el relato de los de Emaús, aparece en el encuentro con los discípulos y vuelve a aparecer en el encuentro de Galilea...
Y tiene toda la carga emotiva de la cena de despedida: Tomó el pan y lo partió... Toda una vida que se entregaba y se despedía... aceptando que su manera de vivir el reino de Dios llevaba consigo un final como aquel. Además, que al repetirlo era mucho más que un recuerdo... "Celebramos la muerte del Señor...", así dice Pablo.

Por eso, hoy, al escuchar de nuevo el texto, pongo atención a no correr el mismo camino de Magdalena "buscando en el sepulcro"... Más bien, trato de situarme al lado de Pedro y el otro discípulo, el que "vio y creyó". Porque, en definitiva, se trata de eso: de percibir la buena noticia del reino y entregarme a ella de modo que, paso a paso, Jesús el viviente vaya apareciendo en mí, en lo que hago, en mi manera de pensar y de sentir... Diré entonces que vive, que es una realidad!!!

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

viernes, 6 de abril de 2012

¿Por qué me has abandonado?


(Tomado de la ANTOLOGÍA POÉTICA de Ernesto Cardenal)

Salmo 21

Dios mío Dios mío ¿por qué me has abandonado?
Soy una caricatura de hombre
el desprecio del pueblo
Se burlan de mí en todos los periódicos

Me rodean los tanques blindados
estoy apuntado por las ametralladoras
y cercado de alambradas
las alambradas electrizadas
Todo el día me pasan lista
Me tatuaron un número
Me han fotografiado entre las alambradas
y se pueden contar como en una radiografía todos mis huesos
Me han quitado toda identificación
Me han llevado desnudo a la cámara de gas
y se repartieron mis ropas y mis zapatos
Grito pidiendo morfina y nadie me oye
grito con la camisa de fuerza
grito toda la noche en el asilo de enfermos mentales
en la sala de enfermos incurables
en el ala de enfermos contagiosos
en el asilo de ancianos
agonizo bañado de sudor en la clínica del psiquiatra
me ahogo en la cámara de oxígeno
lloro en la estación de policía
en el patio del presidio
en la cámara de torturas
en el orfanato
estoy contaminado de radioactividad
y nadie se me acerca para no contagiarse

Pero yo podré hablar de ti a mis hermanos
Te ensalzaré en la reunión de nuestro pueblo
Resonarán mis himnos en medio de un gran pueblo
Los pobres tendrán un banquete
Nuestro pueblo celebrará una gran fiesta
El pueblo nuevo que va a nacer

Mesa compartida

5 de abril 2012 - Jueves Santo
"...Haced esto en recuerdo mío"


Celebramos como parte importante de la Semana Santa la fiesta del Jueves Santo.
Las ceremonias y desarrollo de las mismas van cargadas de simbolismos, de enseñanzas, de ritos y recuerdos antiguos que hacen que sea difícil de centrar todo lo que la iglesia nos quiere trasmitir.

Las explicaciones de los sacerdotes, en general, adolecen de lo mismo. Supongo que tanto quieren decirnos y explicarnos que, posiblemente, sientan que les falta tiempo, que no pueden comentarlo todo...

Y, al final, nos volvemos a casa con una gran cantidad de ceremonias y rezos; pero que, tal vez, están bien lejos de nuestra vida, de la comunidad, de nuestro mundo. Y que, sinceramente, comprometen poco.

Por otra parte, al tiempo que escucho sus comentarios surgen en mí un montón de preguntas a las que no se suele responder...
-La afirmación de que "sin sacerdotes no hay eucaristía"... ¿De verdad? ¿Por qué?
Se ha unido (los sabios y doctores de la institución) eucaristía y sacerdocio... Y si la comunidad cristiana o de seguidores de Jesús no dispone de alguien "marcado y consagrado" por la autoridad, entonces no puede celebrar el recuerdo de Jesús... Así lo dicen; pero tiene fundamento, de verdad?
-Se afirma que "Jesús se ofreció como víctima por los pecados de todas las personas..."
Si se ofreció (hizo él el sacrificio de su vida), entonces lo que se llama el "sacrificio de la misa" no es tal porque eso Jesús ya lo hizo.
Y si Jesús "pagó el rescate" por nuestros pecados (los de todos), entonces estamos salvados... Todos! ¿Cuál sería entonces la condición para recibir esa salvación?
-Se insiste mucho en la "presencia física de Jesús en la eucaristía"... Y se habla de ella de manera que actuemos delante de ella como si estuviéramos ante el rey, ante el gobernador, ante la gran autoridad: arrodillarse, humillarse, guardar silencio, portarse bien... Y si hacen lo que se llama la "exposición del santísimo"... Entonces hay que actuar con más cuidado, velar y estar de guardia...
¿Tiene todo eso sentido?
Si la eucaristía es la mesa común, la imagen del reino de Dios en el que todas las personas comparten la misma mesa, viven y se sienten hermanos... entonces nuestra eucaristía debería hacer realidad todo eso. Y no puede ser como "mi alimento" particular, mi unión con Jesús, mi alimento de Dios...
Eso lo aprendí desde pequeño, desde la primera comunión... El proceso era: confesarse de faltas y pecados y después ir a comulgar... Era mi proceso, mi relación con Dios, poner en orden mi vida para conectarme a él y así encaminarme a la vida del cielo...
Y eso ha sido una constante en mi vida y supongo que en la vida de muchas personas seguidoras de Jesús de Nazaret.
Ahora, cuando participo en estas ceremonias y ritos, no dejo de preguntarme si "nuestra eucaristía" tiene el sentido que le dió Jesús. Una mesa compartida imagen del reino de Dios. Una fraternidad de personas que creen en la buena noticia del reino y que, al compartir la misma mesa, borran sus diferencias, se dan la mano, se perdonan y vuelven a encaminarse por la senda de Jesús... sabiendo que él será siempre el viviente, que sigue a nuestro lado, que cuando compartimos nuestra mesa se hace presente...
Compartir mesa, eso que llaman "comensalía", es mucho más que recibir la comunión de manos de un sacerdote o de otra persona. Compartir mesa, como dice José M. Castillo, es mucho más que comprar comida para dársela a los que la necesitan; es mucho más que dar dinero para que se la compren... Compartir mesa tiene mucho de acogida, de comer juntos compartiendo lo que tenemos. Prestar atención a la persona, a su vida, a cómo es, qué dice, qué hace...
Si mi eucaristía, la de mi comunidad, fuera todo eso... sería signo de algo bien distinto.
¿Verdad que no suena eso de "el reino de Dios se parece a un banquete...", "...a una boda", "...a una fiesta"?
Hoy, hago mi oración suspirando porque "tu reino se haga realidad en mi vida, que vaya apareciendo..."

martes, 3 de abril de 2012

HERMANO HERIDO


Para orar

(Comunidad cristiana Bup Leyre, Pamplona)
Hermano herido, a pesar de tu tortura
en tus ojos ardió el brillo de ese fuego que te quema.
Tus manos duras, a pesar de su impotencia,
expresaron la violencia del amor más puro.
Tú que has caído, con tu muerte has vencido
y a tu pueblo has redimido de sus cadenas…


¡Yo te canto, amigo, hermano,
compañero y camarada
Por tu vida entregada!
¡Yo te canto amigo, hermano, 
compañero y camarada, 
en este día!


Tu muerte ha sido el principio, no el final, 
de la vida que camina hacia el futuro.
Y, aunque en tu pecho se quebraron mil estrellas 
y la luna se ha fundido, se han grabado tus huellas.
El tiempo apura: eres Árbol florecido
y en el mundo has esparcido simiente nueva…


¡Yo te canto, amigo, hermano,
compañero y camarada
Por tu vida entregada!
¡Yo te canto amigo, hermano, 
compañero y camarada, 
en este día!


La suerte de todos los malditos de la tierra.


Hermano herido

Por José Arregi
Artículo aparecido  en  DEIA

Va por el hermano herido. Va por ti, padre o madre sin trabajo al borde del suicidio, joven en paro y sin futuro (¡un joven sin futuro!, terrible confusión de mundo y de lenguaje). Va por ti, muchacha violada o mutilada en tu carne y en tu alma, anciano abandonado con la sonrisa ya perdida. Y por vosotros, todos los amores traicionados. Va por ti, pobre niño soldado doblemente pobre, y vosotras, muchedumbres hambrientas que los grandes poderes asesinan cada día sin rastro de mala conciencia, sin que nadie pida perdón ni exija reparación. Dejadme que bese todas vuestras lágrimas, pues son la esencia más sagrada de esta tierra herida.
Va por ti, Jesús de Nazaret, Hermano Herido. Déjanos sumarnos hoy a esa confusa multitud de Jerusalén que te aclama con sus palmas de olivo o de laurel, con su voz rasgada o su silencio desnudo, con su ira contenida o su esperanza incierta. Ellos con todas sus heridas, y todos nosotros con las nuestras. Tú eras entonces joven y fuerte, Jesús. Eras tierno y valeroso. Parecías intacto en tu cuerpo y en tu alma, pero ninguna herida te era ajena. Eras como aquel buen samaritano de tu parábola, que los sacerdotes y los levitas del templo a quienes habías ofendido con ella, y muchos escribas a quienes habías provocado, te la tenían guardada.
Tus ojos. Tus ojos lo habían observado todo muy de cerca: la desesperación de los campesinos despojados de sus tierras, la miseria de los pescadores del rico lago de Galilea, el desaliento de los jornaleros esperando en la plaza de las aldeas, la humillación de las mujeres, el llanto de los niños (¡qué tsunami el llanto de un niño!), la dictadura de los impuestos, el yugo de las deudas impagables, la desdicha de los leprosos a las afueras de todo, el dolor de los enfermos al borde de los caminos. Y la prepotencia del prefecto romano, la sombría altivez del Sumo Sacerdote, la codicia de los terratenientes, los abusos de los soldados. Y la dureza implacable de los justos sin bondad. Y la sangre derramada de los animales y el dinero sustraído a los pobres que sostenían el templo. Así era aquel mundo en que viviste, tan semejante al nuestro, y tus ojos lo vieron todo, junto con la belleza de los campos, el vuelo de los pájaros y el brillo de los ojos.
Tu corazón. Tu corazón sensible y fuerte, tu corazón palpitante. Donde había alegría, te alegrabas. Donde había pasión, padecías sin desmoronarte. Nunca te evadiste, nunca diste un rodeo para no encontrarte con el herido del camino. Tuviste compasión de la gente hambrienta, del ciego de Jericó, del leproso impuro. ¡Gracias, Jesús, en su nombre y en el nuestro! No te imagino como un hombre perfecto, pero eras compasivo. Y nunca temiste ser contaminado por los leprosos y los “pecadores”, tal vez porque no eras perfecto. Pero ¿qué perfección necesita este mundo si no es la dulce compasión con todo lo imperfecto y con todo lo herido? ¡Gracias, Jesús, por ser como fuiste!
Tus labios. Tus labios eran de profeta, y nunca callaron nada de lo que veía la luz de los ojos y nada de lo que dictaba la compasión del corazón. Tus palabras estaban hechas de luz y de fuego, como tus ojos, pero también de misericordia y consuelo, como tu buen corazón. Tus palabras provocaban, pero nunca condenaban. Consolaban al afligido y transformaban a todos. “Luz que penetra las almas y fuente del mayor consuelo”: eso es el Espíritu del Eterno; eso fuiste y, cuando somos de verdad, nosotros también somos eso. ¡Gracias, Jesús, por haberlo revelado en tu carne herida y dichosa!
Un día dijiste: “Nada es impuro en la creación de Dios, ni cuerpos ni alimentos ni gentes”, y los guardianes de la pureza fruncieron el ceño. Otro día dijiste: “El sábado, es decir, toda la Ley de Dios, está hecha para la vida, no la vida para la Ley”, y las alarmas se encendieron.  Sobre una verde colina de Galilea, en medio de campesinos arrendatarios, jornaleros y pescadores miserables, dijiste una vez”: “Bienaventurados los pobres, porque pronto dejaréis de serlo. Bienaventurados los que lloráis, porque pronto haréis fiesta. Bienaventurados los mansos y pacíficos, porque sois hijas e hijos de Dios, y la mansedumbre y la paz son más fuertes que la violencia y la fuerza de las armas”. Cuando lo oyeron Pilato, el procurador romano, y Herodes Antipas, el rey judío vasallo, se inquietaron.
Pero tú seguiste sin miedo. Cuando ya crecía la primera luna de la primavera, acompañado de tus discípulos y discípulas subiste a Jerusalén a celebrar la Pascua, a convertir al Sanedrín o a provocarlo, a anunciar el “reino de Dios” o a adelantarlo. Fue entonces cuando un grupo de simpatizantes tomaron palmas en sus manos y te aclamaron. Los guardias del pretorio y los sacerdotes del templo se volvieron a alarmar. Tenías 35 años más o menos, y toda la fe y la libertad de los profetas, y todo el fuego y la inspiración del Eterno. Y fuiste al templo, soltaste a los pobres animales, volcaste las mesas en que cambiaban la moneda para el pago del impuesto, y dijiste: “¡Destruid este templo! Dios no quiere templos. Dios no quiere impuestos, ni sacrificios, ni sacerdotes, ni dogmas. Dios solo quiere libertad y bondad. ¡Hay que destruir este templo!”. Allí mismo te arrestaron. Y lo que siguió fue terrible para ti. Corriste la suerte de todos los malditos de la tierra.
Pero nosotros te bendecimos, Jesús. Eres nuestro Hermano Herido y te recordamos cada día con emoción y gratitud. Y humildemente, porque ¡cuán lejos estamos nosotros de ti! Pero, aunque sea de lejos, más de lejos incluso que Pedro, que te abandonó aquel terrible día, y mucho más de lejos que María de Magdala y otras mujeres que te siguieron hasta el Calvario, nosotros también queremos seguirte. En este Domingo de Ramos, en esta Semana Santa que no es ni más ni menos santa que todas las demás, déjanos sumarnos humildemente a aquella sencilla gente que –no sabemos si de esperanza o desesperación– te aclamó en las calles de Jerusalén, sin saber que ibas a fracasar tan pronto y tan joven. Déjanos celebrar tu vida, contemplar tus heridas, por si tu memoria nos convierte a la bondad y a la esperanza.
Tú no viniste enviado por un dios cruento para expiar nuestras culpas con tu sangre. Tú viniste a anunciar el nuevo tiempo de la curación, de la restauración, para todas las criaturas heridas del mundo, entre ellas nosotros. Tú lo llamabas “reino de Dios”. Pero los reyes de este mundo –y los poderes religiosos aliados con ellos– no te dejaron; te arrestaron,  te juzgaron, te condenaron, te torturaron, te crucificaron. Pero la contemplación de tu cuerpo herido nos cura, Jesús, nos sana, nos salva. No nos salva tu cruz (¡malditas sean todas las cruces!), sino tu fe en Dios, tu libertad, tu solidaridad arriesgada. No nos curan tus heridas, sino tu vida feliz y generosa, tan generosa y feliz que quisiste curar a todos los heridos, aunque fueran a herirte a muerte como te hirieron. No nos salva tu muerte, sino tu vida que se hundió y germinó en la Eterna Compasión, como un grano de trigo, como una semilla de árbol que se hunde en la tierra y allí brota de nuevo.
Jesús, Hermano Herido, ya crece la primera luna de primavera. Ya florece el laurel. Ya se hinchan las olivas como lunas minúsculas en la noche del olivo, para luego hacerse aceite en la mesa, ungüento en la herida, bálsamo en la tumba, perfume en la Pascua.


domingo, 1 de abril de 2012

¿Celebrar el jueves santo?


Este escrito de Hugo Cáceres es una buena reflexión...
Como iglesia, como institución, celebramos "cosas" que resultan ambiguas. Se alejan tanto del mensaje de Jesús de Nazaret que, difícilmente, pueden llevarnos a la buena noticia del reino de Dios...

¿POR QUÉ NO ASISTO A LAS CELEBRACIONES DEL JUEVES SANTO?
HUGO CÁCERES GUINET, hcaceresguinet@gmail.com
LIMA (PERÚ).

ECLESALIA, 02/04/12.- Hace años que dejé de asistir a la liturgia del Jueves Santo; ya que soy un católico practicante quiero dar mi explicación por qué me dispenso una vez al año:
- No hay otro día del calendario litúrgico en que se acumulen mayor cantidad de errores teológicos en la predicación: “Hoy celebramos el día del sacerdocio”; “un día como hoy conmemoramos la instauración de la Eucaristía”. Jesús nunca estableció un modelo de ministerio eclesial sino que nos invitó a todos los cristianos a ser discípulos, condición que asumimos con nuestro bautismo y nos esforzamos por vivir cada uno desde su propio estado de vida. Todos los ministerios fueron creados por la tradición y las necesidades pastorales -tengo excelentes amigos ministros de la iglesia y aprecio mucho su labor- pero no creo en una clase selecta que remonta su existencia a la propia voluntad de Jesús. Los sacramentos corren igual suerte, excepto el bautismo -que fue una práctica tomada del judaísmo- y que Jesús y los apóstoles practicaron. Lo que se recuerda en el Jueves Santo es que Jesús festejó la pascua con sus discípulos y que los primeros discípulos, por ser judíos, continuaron celebrándo con un enfoque nuevo: la muerte de Jesús es el inicio de nuestra liberación.
- Los símbolos son incorrectamente interpretados. Un sacerdote u obispo lavando los pies a doce varones, en algunos casos también sacerdotes, no representan ni la unidad ni la diversidad de la Iglesia ni la enseñanza sobre el servicio fraterno o sororal. Es un símbolo que únicamente enfatiza la imagen de una iglesia excluyente y selectiva. Hacer memoria del Salvador por medio de este texto “Sabiendo Jesús que llegaba la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la cena…se levantó de la mesa, se quitó el manto, y tomando una toalla…” (Jn 13,1-4) y continuarlo con una demostración de control y poder, es en el mejor caso, un sinsentido y en el peor, incapacidad de leer e interpretar símbolos. Se ha convertido la mejor enseñanza del Maestro respecto de renuncia al poder, (el lavado de pies, una tarea de mujeres y esclavos) en expresión de autoridad de un selecto club masculino. Somos invitados a celebrar el final del patriarcado: “Les aseguro que el esclavo no es más que su señor, ni el enviado más que el que lo envía. Si lo saben y lo cumplen, serán dichosos” (Jn 13,16-17).
- Unir la celebración del Jueves Santo: lavado de pies y la cena del Señor más un acto de devoción eucarística es un exceso y una desproporción litúrgicos en que no quedan claramente establecidos la jerarquía de significados. Como decimos en el Perú, es mezclar papas con camotes y es embotar la mente y el corazón de los creyentes.
El próximo jueves seguiré celebrando la muerte del patriarcado que nos enseñó Jesús, por medio del lavado de pies y de la cena entre hermanos, quedándome en casa leyendo el evangelio de Juan y escuchando la sublime Pasión según san Juan de Bach, mientras en los templos se seguirán repitiendo actos que solamente fortalecen el modelo de poder y control eclesial. A la espera de descubrir una parroquia en que nos lavemos mutuamente los pies hombres, mujeres y niños y se celebre la kenosis de Jesús bebiendo de la copa del discipulado, permaneceré en casa. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).



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Como un malhechor


1 de abril 2012 - Domingo de Ramos
"Dios mío, por qué me has abandonado"


Durante mucho tiempo he vivido y experimentado los días de la Semana Santa como un cúmulo de sensaciones personales, íntimas, de una gran pena... Eran días de conmoverse por el dolor que veía en la figura de Jesús, la crueldad y la saña por parte de sus verdugos, la soledad y el desamparo en medio del gentío que grita contra él...
Por un lado, en contraste con las secuencias de los relatos de la pasión, la celebración del domingo de ramos como el "gran triunfo" de Jesús que entra en Jerusalén como si fuera el conquistador... Todos cantando, agitando palmas y ramos, los gritos de "hosanna" (que a nosotros no nos dice nada; pero que debe significar "gloria a tí"...), las personas que muestran la alegría y el optimismo por el triunfo...
Y pasado ese instante de gloria, nos adentramos en todo el drama: la cena de despedida, la traición, la pena y la soledad, el apresamiento, las acusaciones, la condena, las torturas, la ejecución... (como un malhechor, como un bandido...).
Y todos le abandonaron!
Todavía hoy escucho los comentarios y explicaciones -siguiendo el esquema clásico- de una lectura espiritual y personal en la que se insiste (siguiendo a Pablo en alguna de sus cartas y a muchos otros que lo han hecho después) en que "Dios envió a Jesús para..."; que Jesús vino al mundo para morir en la cruz por todos nosotros; que aceptó todo ese sufrimiento, todo ese dolor, porque asumía todos nuestros pecados y así nos salvaba de la muerte y del infierno...
Y, a partir de ahí, todo sirve para enternecer nuestro corazón, para sentir tristeza y dolor por todo lo que pasó por mí, por mis pecados... Y esa meditación se entretenía en considerar todos los dolores posibles.
Las procesiones, las imágenes, las cofradías y todos los asistentes nos ofrecen esa imagen de dolor en la que sólo faltan las plañideras.

No cabe duda de que todo esto tiene su importancia como expresión de un pueblo, de una comunidad, del pueblo que (estoy seguro) en más de una ocasión y circunstancia se ha identificado con Jesús de Nazaret, apresado, juzgado y condenado, torturado y ejecutado...
Sin embargo siento que nos hemos alejado de la buena noticia de Jesús de Nazaret.
Porque, como expresa Pedro, todo comenzó en Galilea... Y aquella "buena noticia", verdadera liberación de los poderosos, de los ricos, de la religión incluso, fue comprometiendo cada día más a Jesús y a los que le seguían. Su manera de entender el "reino de Dios", el nuevo estilo en el que lo más importante es la fraternidad, la solidaridad, la justicia, la atención al hermano... por encima del "sábado", de los ritos y ceremonias del templo... eso no fue bien visto por los "representantes de Dios" en su pueblo, en su religión.
Y por eso lo acusaron, lo juzgaron y lo condenaron... Y lo mataron como a un malhechor colgándolo de una cruz.
El impacto entre sus seguidores fue terrible. ¡Cómo era posible! ¿Por qué?  A Jesús de Nazaret que "pasó haciendo el bien y curando a todos..."
Fue tan difícil de asumir...

¿Quién podía explicarlo?
Y comenzaron a recordar escritos de la biblia. Explicaciones y pensamientos que hombres llamados profetas habían vivido; salmos o poemas que trataban de entender situaciones parecidas...
Por eso, reviviendo lo sucedido con Jesús, citan testimonios, recrean escenas, retoman imágenes antiguas... todo aquello que cualquier judío ya conocía de tiempos antiguos: el siervo de Yahvé, contado entre malhechores, el cordero degollado, la pascua y la liberación...
A nosotros nos viene un poco grande. Sabemos lo que nos han ido explicando; pero la tradición judía se quedó ya muy lejos. Ahora aplicamos a Jesús todo eso; pero sin su comprensión. Por eso me parece que nuestra presentación y vivencia de la Semana Santa es como una desviación. Nos alejamos de la buena noticia de Jesús de Nazaret. Y, al hacerlo como tan espiritual y personal, perdimos también la dinámica social y fraterna del nuevo estilo de Dios que predicaba Jesús.

La buena noticia de Jesús de Nazaret compromete y nos lleva a una nueva manera de vivir.
Vivir solidariamente y en fraternidad te obliga a situarte en el lado de los más débiles.
Si das más importancia a la justicia, a compartir, a las personas por encima de las cosas, del poder y del dinero entonces sentirás el peso de los poderosos, de los sabios de este mundo, de la religión incluso.
Y si insistes en vivir así, ese peso de la ley y de la religión... es más que probable que te arrincone, te desprecie y quizás de acuse y te condene...
Revivirás, entonces, la pasión de Jesús... confiando siempre en Dios, nuestro padre. Y es casi seguro que no comprenderemos bien lo que nos pasa y se nos escape el mismo grito: "Por qué me has abandonado"...
Será entonces, creo yo, el momento de agarrarnos fuerte a la fe y a la esperanza que vivimos cuando intentábamos seguir su camino como nuevo estilo de vida, a la manera de Dios.

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (15,1-39):
C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Él respondió:
+ «Tú lo dices.»
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S. «¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.»
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:
S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»
C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?»
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. «¡Crucifícalo!»
C. Pilato les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho?»
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. «¡Crucifícalo!»
C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio– y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
S. «¡Salve, rey de los judíos!»
C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos.» Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: «Lo consideraron como un malhechor.» Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
S. «¡Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.»
C. Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:
S. «A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.»
C. También los que estaban crucificados con él lo insultaban. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, jesús clamó con voz potente:
+ «Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.»
C. Que significa:
+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S. «Mira, está llamando a Elías.»
C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:
S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.»
C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S. «Realmente este hombre era Hijo de Dios.»

Se acerca vuestra liberación

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