Siguiendo el curso de los años y de las estaciones, siempre estamos tentados de creer que la "vida se repite". El trabajo, la oficina, los acontecimientos familiares, la gente que nos rodea... Como si fuera una rueda que da vueltas sin parar: primavera, verano, otoño, invierno. Cumpleaños, Navidad, vacaciones de verano, regalos de Reyes...
Pero la realidad es que "no repetimos". Pasa la película delante de nosotros y cada segundo es distinto.
Nos hemos reunido todos los hermanos. Hemos vuelto a hacernos la fotografía familiar, en la misma posición en que aparecíamos hace ya muchos años (junto con los padres). Son momentos irrepetibles. Cada día, cada momento es totalmente irrepetible.
Por eso es vital para cada uno "atrapar" ese instante que tenemos y hacerlo nuestro, íntimamente nuestro, como algo que sólo nosotros podemos vivir.
Recordando los momentos vividos con los hermanos, ése es mi brindis y mi mejor deseo para todos ellos.
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